Con René Barrientos Ortuño se
inicia la era de las dictaduras militares en la República de Bolivia el año
1964. Militar reconocido por su
liderazgo natural en el seno de las Fuerzas Armadas, perteneció al ala de oficiales
que profesaban simpatía por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y el
hecho de haber sido vicepresidente de Victor Paz Estenssoro marca con
absoluta claridad la sociedad política civil-militar que habría de consolidar
más tarde el líder emenerrista con quien fuera Ministro de Educación del gobierno de Barrientos, el entonces Coronel
Hugo Banzer Suárez.
Las biografías resumidas con
marca Wikipedia, dicen que Barrientos nació en Tarata, Cochabamba el 30 de mayo
de 1919. Hizo sus estudios primarios en su pueblo natal para luego ingresar al
convento de su pueblo, pero dejaría muy pronto los hábitos ya que sus gustos
personales no coincidian con los de monje.
En 1938, con 19 años de edad,
después de una discusión con el sacerdote superior del convento, Barrientos
decidió abandonarlo con la idea de dedicarse a la carrera militar, viajando
para ello a la ciudad de La Paz para ingresar al Colegio Militar del Ejército,
de donde egresó como subteniente el año 1943. Después realizó también estudios
en la Escuela Militar de Aviación Boquerón (actualmente denominada Colegio
Militar de Aviación). En 1945 estudió como piloto en los Estados Unidos de
América, hecho que ya vislumbraba con toda claridad, su relación de afinidad
con las administraciones gubernamentales y militares imperiales.
Durante el gobierno del
presidente Mamerto Urriolagoitia Harriague, Barrientos participó en la guerra
civil de 1949 a favor del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), motivo
por el cual fue dado de baja de las Fuerzas Armadas de la Nación. Tres años después,
en 1952, fue reincorporado con el grado de capitán. Al crearse la Fuerza Aérea
Boliviana (FAB) como nueva rama del ejército boliviano en 1957, siendo ya
general, Barrientos fue nombrado comandante en jefe de la Fuerza Aérea de
Bolivia.
Fue elegido vicepresidente de
Bolivia acompañando al presidente Víctor Paz Estenssoro en su tercer Gobierno,
cargo del que se posesionó el 6 de agosto de 1964. En la huelga nacional del 29
al 31 de octubre, el vicepresidente Barrientos se encargó personalmente de reprimir
a los obreros y mineros, y tres días después, el 4 de noviembre de 1964,
perpetró el golpe de Estado que significaría traición a quien lo llevara del
brazo a la candidatura vicepresidencial.
Barrientos se autonombró
presidente de la Junta Militar (1964-1965), al año siguiente (1965) tuvo que
aceptar un copresidente, el Gral. Alfredo Ovando Candía. En 1966, Barrientos
fue elegido presidente constitucional, imprimiéndole a su gobierno un sello de
desarrollismo económico. Favoreció a los campesinos y se enfrentó contra los
obreros y mineros. En 1967 promulgó una nueva Constitución Política del Estado,
que estuvo vigente durante 42 años, hasta 2009, cuando fue cambiada durante el
primer Gobierno del presidente Evo Morales Ayma a través de una Asamblea Constituyente.
El 7 de noviembre de 1966, se
inició la guerrilla comandada por Ernesto "Che" Guevara. En marzo de
1967, casi medio año después de su llegada, el Che y su grupo tuvieron el
primer choque con el ejército boliviano en Ñancahuazú en el departamento de
Santa Cruz. René Barrientos y el jefe de Estado Mayor, Alfredo Ovando Candia,
dedicaron todos sus recursos a aplastar al comandante “Che” Guevara.
Contrariamente a lo que él esperaba, Guevara no recibió la ayuda del
campesinado boliviano; por el contrario, estos daban un apoyo total a
Barrientos.
En abril de 1967, fue capturado
Regis Debray, intelectual francés socialista, amigo del Che; en octubre
cayeron, fueron apresados o huyeron dispersos los últimos guerrilleros
sobrevivientes; el “Che” herido en combate, fue asesinado horas después en la
escuelita de La Higuera, el 9 de octubre de 1967.
Durante su gobierno, Barrientos
nombró al criminal de guerra nazi de la segunda guerra mundial Klaus
Barbie --“el Carnicero de Lyon”-- que se
cambió el nombre en Bolivia a Klaus Altmann, presidente de la Sociedad Naviera
del Estado (Transmarítima), que en la época contaba con un solo barco, y que
según informaciones reservadas, se dedicaba al comercio internacional ilegal de
armas. Barbie también fue nombrado por Barrientos asesor de los Servicios de
Inteligencia de Bolivia. Particularmente elevado fue el número de víctimas
durante su dictadura. Según Amnistía Internacional, solo entre 1966 y 1968 se
ejecutaron varios asesinatos por parte de los escuadrones de la muerte.
Incluida también la llamada Masacre de San Juan de 1967 en la que miembros del
Ejército de Bolivia atacaron a la población de los centros mineros de Catavi y
Siglo XX.
Cabe destacar que René
Barrientos, llamado “El General del Pueblo” en un panegírico biográfico escrito
por Fernando Diez de Medina, tuvo un amplio apoyo popular campesino; sin
embargo, las distintas versiones biográficas de su trayectoria coinciden en
afirmar que poco es lo que hizo durante su período, pues se dedicó más a la
política y a trasladarse semanalmente a todos los distritos del país y
especialmente en el departamento de Cochabamba, constituyéndose de esta manera
en uno de los pocos presidentes que viajó a todos los departamentos del país.
Precisamente en uno de esos
viajes, que le alejaba de la sede de gobierno, sufrió el accidente que habría
de costarle la vida (según rumores nunca confirmados, un atentado). El día 27
de abril de 1969, Barrientos había visitado el pueblo de Arque y cuando su
helicóptero levantaba vuelo para retornar a la ciudad de Cochabamba, éste
impactó con unos cables de postes de alta tensión, cayendo la nave a tierra e
incendiándose inmediatamente. Barrientos llegó a fallecer en el accidente, así
como también su edecán de servicio y el piloto. Hasta la fecha no se ha
despejado el rumor de que no se trató de un accidente, ya que otra versión
afirmaba que la caída del helicóptero había sido provocada intencionadamente.
Inmediatamente después de la
muerte de Barrientos, su vicepresidente Luis Adolfo Siles Salinas se hizo cargo
de la presidencia de Bolivia, meses más tarde derrocado por el Gral Alfredo
Ovando Candia. El entierro de René Barrientos fue apoteósico quizá muy
comparable y similar al entierro ocurrido 104 años antes con el expresidente
Manuel Isidoro Belzu en 1865.
Principalmente Barrientos,
Banzer, y García Meza establecieron una línea de continuidad gubernamental
autoritaria, apegada a las directrices establecidas desde el Departamento de
Estado y el Pentágono estadounidenses. Convendría establecer analíticamente,
las ligazones que estos militares establecieron con partidos políticos con los
que cogobernaron, pero que fueron fieles a una visión de país excluyente con
fuerte vocación represiva contra las expresiones políticas y sindicales
progresistas de izquierda, principalmente en sociedad con el Movimiento
Nacionalista Revolucionario (MNR), la Falange Socialista Boliviana (FSB) y más
adelante --con el Banzer democratizado--
con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). “Los políticos bolivianos
tocaban las puertas de los cuarteles” era una frase muy extendida para
caracterizar la relación entre militares y partidos políticos, aspecto que fue
nítidamente evidenciado con un desprendimiento del Movimiento Nacionalista
Revolucionario (MNR) que coauspicio la Masacre de Todos Santos (1979), golpe de
Estado asestado por el que fuera Ministro de Asuntos Campesinos y Agropecuarios
de la dictadura banzerista, Gral. Alberto Natusch Busch.
A estos que gobernaron Bolivia
durante cuatro décadas, entre Revolución Nacional, dictaduras militares, y
períodos democráticos formales los cubrieron distintos mantos de impunidad
procurados por actores políticos de la época. El único que se atrevió a
intentar impugnar histórica y políticamente esa impunidad fue Marcelo Quiroga
Santa Cruz, jefe del Partido Socialista - 1, con una proposición acusatoria de
un juicio de responsabilidades contra la dictadura banzerista en el parlamento
nacional el año 1979, osadía que un año más tarde le costaría la vida en las
instalaciones de la Central Obrera Boliviana (COB), cuando un grupúsculo de
paramilitares lo abatió con metralletas en mano (17 de julio de 1980) en pleno
golpe de Estado encabezado por Luis García Meza, otro oficial de Ejército
bendecido por Hugo Banzer Suárez.
La democracia
autoritaria o la continuación de Banzer en la vida política de Bolivia
(De 1971-1978 a
1997-2001)
Las peculiaridades de la
democracia boliviana permitieron que el Gral. Hugo Banzer Suárez consiguiera
ejecutar un tránsito de su septenio dictatorial
hacia la renaciente democracia inaugurada el 10 de octubre de 1982. De
esta manera, se convirtió en el único militar latinoamericano fuertemente
ligado al imperio norteamericano, por formación profesional y afinidad
ideológica anticomunista, capaz de infiltrarse en la cancha democrática gracias
a la fundación de su partido político –Acción Democrática Nacionalista—en 1979,
lo que le permitiría continuar en el protagonismo de la vida política del país,
respaldando al último gobierno de Paz Estenssoro (1985-1989), hacer sociedad
política con quien fuera uno de sus perseguidos políticos en dictadura, Jaime
Paz Zamora (1989 – 1993) y recibir la devolución de favores del propio Paz
Zamora para finalmente convertirse en presidente democrático (1997 – 2001). En este
contexto hay que leer a Banzer como al autocrata democratizado, que no pudo
jamás sacarse el estigma de dictador con el que siempre se lo categorizará en
términos históricos, fundamento que nos permite ensayar una mirada de su etapa
como presidente electo, como extensión de sus prácticas autoritarias
desarrolladas entre 1971 y 1978. Banzer dominó la escena política boliviana
durante tres décadas consecutivas.
En ese marco de comprensión el
gobierno democrático del Gral.Hugo Banzer Suárez (1997-2001) terminó
confirmando que la genuina vocación democrática de Hernán Siles Zuazo y la UDP
(1982 – 1985) permitiendo el desamarre absoluto de todas las fuerzas políticas
progresistas y sindicales del país, encontraría en su sucesor, Victor Paz
Estenssoro, un muro de contención y el paradigma de la instalación de gobiernos
sustentados en la gobernabilidad parlamentaria que su predecesor y ex compañero
revolucionario no había tenido, y en el uso monopólico de la violencia,
respaldado en la legalidad del principio de autoridad, lo que hizo de los
gobiernos de esta era democrática, indiscutiblemente legales, pero seriamente
cuestionados desde la perspectiva de la legitimidad ciudadana.
Fue así que la democracia
boliviana, entre 1985 y 2003, exhibió características de autoritarismo que
encuentran sentido y explicación en la amistad política entablada desde 1971
entre Paz Estenssoro y Banzer, interrumpida momentáneamente por éste último en
1974, que se refrendó con el Pacto por la Democracia (1985-1989), primer gran
acuerdo político de la derecha, todavía sin repartija del aparato
administrativo estatal, que permitió la aplicación contundente del D.S.21060
con el que se modificaban los tamaños y las correlaciones entre Mercado, Estado
y Sociedad.
Si Paz Estenssoro fue el referente
de los 50-60, con un reinserción electoral final en los 80, Banzer dominó el
espectro del poder en una extensión de su gobierno dictatorial entre los 70 y
el comienzo del siglo XXI. Bajo sus dos regímenes, de facto primero y
democrático autoritario después, se consolidó la penetración del narcotráfico
como variable de la economía boliviana y de la dependencia del poder imperial,
formó parte de la galería de dictadores fascistoides de Sudamérica –en el marco
estratégico militar de terrorismo de Estado denominado Plan Cóndor--, pudo
sacarse de encima al líder del Partido Socialista – 1 (PS-1), Marcelo Quiroga
Santa Cruz, --que le iniciara un juicio de responsabilidades en 1979-- con el
asesinato que truncó su ascendente carrera, cometido por paramilitares que
facilitaron el golpe de Luis García Meza, lo mismo que se deshizo de sus
primeros socios políticos (MNR y FSB), suspendiendo de cuajo la actividad
partidaria y sindical, quedando sacudido y liberado también de su
camarada-rival, el Gral. Andrés Selich Chop, primer ministro del Interior de su
régimen en 1971, torturado y asesinado en 1973 bajo la administración de su
sucesor en las políticas de represión, Alfredo Arce Carpio, obsecuente y
sombrío colaborador del entonces Coronel.
Estricto con su línea de
pensamiento, Banzer autorizó la eliminación de campesinos en las localidades
cochabambinas de Tolata y Epizana (1974), sentenciados por comunistas, se
abrazó en Charaña con Augusto Pinochet en el intento de un trueque territorial
para una salida boliviana por puertos del Oceano Pacífico, que le permitiría
recuperar su cualidad marítima, y encabezó la celebración del Sesquicentenario
de la fundación de la República (1975), tuvo como asesor al “Carnicero de
Lyon”, el nazi Klaus Barbie (finalmente deportado, años después, en 1983),
refugiado y protegido en nuestro país luego de la segunda guerra mundial, le
tocó en suerte usufructuar del precio internacional del estaño que llegó a
cotizar en 8 dólares la libra fina, y otro de sus camaradas, el Gral. Joaquín
Zenteno Anaya, fue asesinado en Paris, --enviado a una especie de exilio dorado
a la embajada boliviana en Francia luego de ser Comandante en Jefe de las
Fuerzas Armadas--, por supuestos terroristas de izquierda en vendetta por el
asesinato de Ernesto Che Guevara (1967)en el que habría participado en su
calidad de oficial del Ejército.
También fue violentamente abatido
el ex presidente Gral. Juan José Torrres Gonzáles a quién defenestró, exiliado
en Buenos Aires, con indicios de haber sido víctima del tenebroso Plan Cóndor,
y para no extendernos más en el certificado de antecedentes, incrementó la
deuda externa que en 1971 registraba 460 millones de dólares a 3000 millones de
dólares para 1978.
Represión política y
dictaduras militares: El recuento de los daños
Una investigación de la carrera
de Historia de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) estableció los nombres
y apellidos de al menos 627 personas que murieron en 18 años de dictaduras
militares.
Esta cifra está incluida en un
trabajo académico aún no concluido, fue presentada cuando se recordaron 38 años
del asesinato político del líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz. La
iniciativa responde al proyecto Paseo de
la memoria viva, que impulsa el Gobierno Municipal de La Paz junto con la carrera
de Historia de la UMSA.
La investigación se inicia con la
dictadura de René Barrientos Ortuño, quien liderizó el golpe militar del 4 de
noviembre de 1964 perpetrado contra Victor Paz Estenssoro, quien se había
habilitado para ganar elecciones, con acusaciones de violación de la
Constitución Política del Estado por afanes prorroguistas. Desde ese año se
restringieron los derechos y las actividades políticas, se produjeron
frecuentes arrestos arbitrarios, torturas y asesinatos, como fue el caso del
reconocido dirigente minero de Siglo XX (Potosí) César Lora.
“Fue una convocatoria entre investigación,
interacción social y trabajo voluntario”, dice la docente y coordinadora del
proyecto, María Luisa Soux, quien suscribe también que cuatro universitarios se
sumaron a la idea: “Impacta volver a trabajar este tema, se dice que hubo
muertos y desaparecidos, pero cuando les pones nombre y apellido, la situación
es diferente”, dijo Soux a la periodista Ibeth Carvajal del diario La Razón..
Según el documento académico, el
episodio de las dictaduras, dejó más de mil muertes, pero se identificó a 627
personas (ver infografía), como el caso de Santiago Anagua Mamani, un minero
que fue masacrado por el Ejército en 1965, o Juan Bernardino Condori, niño de
ocho años que murió en 1967 en la Masacre de San Juan.
***
A diferencia de lo acontecido con
los muertos y perseguidos políticos, producto de los gobiernos correspondientes
a la Revolución de 1952, investigaciones históricas de estas características
permiten llegar al dato estadístico exacto y concreto, y en lo posible, a los
nombres y apellidos de todos quienes fueron perseguidos, desaparecidos y
asesinados por defender y profesar ideas políticas “subversivas” de izquierda
–socialistas, comunistas, con varios matices e intensidades-- para el orden
imperante inaugurado militar y dictatorialmente por el Gral. René Barrientos
Ortuño en 1964, que tendría continuación ideológico represiva con las
dictaduras de Banzer (1971 – 1978) y García Meza (1980 – 1981):
Dictadura del Gral. René
Barrientos Ortuño (1964-65; 1966-69): Cinco desaparecidos, dos muertos. Masacre de San Juan (Mina Siglo XX, 24 de
julio de 1967): Doce muertos. Asesinato de Ernesto Che Guevara (Ñancahuazú,
Vallegrande, 8 de octubre de 1967) y otros cuarenta y cuatro muertos. (Con
asesoramiento y participación de la CIA, agencia central de inteligencia
estadounidense).
Dictadura del Gral. Alfredo
Ovando Candia (1966; 1969): Guerrilla de Teoponte, dieciocho desaparecidos, 49
muertos. 1970: Miembros de la guerrilla de Ñancahuazú, Teoponte y del Ejército
de Liberación Nacional (ELN), once
muertos , dos suicidios.
Dictadura del Gral. Hugo Banzer
Suárez (1971-1978): Sesenta y cinco desaparecidos, cincuenta y siete muertos.
Dictadura del Gral. Alberto
Natusch Busch (Noviembre, 1979): Ciento cuarenta y cinco desaparecidos, setenta
y siete muertos.
Dictadura del Gral. Luis García
Meza (1980 – 1981): Asesinato y desaparición del cadaver de Marcelo Quiroga
Santa Cruz, jefe del Partido Socialista – 1 (PS-1). Ocho asesinatos a
dirigentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en una casa de la
calle Harrington de la ciudad de La Paz. Veintiún desaparecidos, ciento
dieciocho muertos.
Los responsables del proyecto
“Paseo por la memoria” advierten que estas cifras de muertos y desaparecidos
son susceptibles de modificación con el avance de la investigación que abarca
desde 1964 hasta 1982, año en el que – exactamente el 10 de octubre—se inicia
un tiempo político democrático interrumpido el 10 de noviembre de 2019 con la llegada
de la Senadora Jeanine Añez, a la sucesión presidencial inconstitucional
producto de un golpe de Estado perpetrado contra el gobierno saliente de Evo
Morales Ayma.
Originalmente publicado en la edición digital del suplemento Animal Político del diario La Razón el 25 de octubre de 2020.