lunes, 16 de abril de 2018

Goni: El fin de la impunidad

El martes 14 de octubre de 2003 ya se habían registrado sesenta y dos muertos en la ciudad de El Alto, producto de la bala militar y asesina con la que Gonzalo Sánchez de Lozada pretendía resistir en la silla presidencial,  dicen que con la idea de trasladarla a Santa Cruz de la Sierra. Ese día, atravesé durante cinco horas a pie, la ciudad casi desierta que se encontraba en estado de emergencia, desde la calle 12 de Calacoto (Zona Sur) hasta los estudios televisivos de P.A.T., situados en Miraflores, para grabar “El Pentágono” que debía emitirse a las 22:00, con Mario Espinoza como conductor, Alvaro García Linera, Freddy Morales y éste periodista, como panelistas habituales del programa.
“El Pentágono” de esa fecha, puede encontrarse en youtube –“El Pentágono, programa de análisis político, partes 1, 2, 3 y 4, (Octubre, 2003)”—en el que Freddy Morales, puso en evidencia que el gobierno manejaba la mentirosa versión en sentido de que estaba en marcha una conspiración internacional orquestada por Evo Morales, los cocaleros y el narcotráfico; Alvaro García Linera trazó una prognosis sobre lo que podría ser la futura presidencia de Carlos Mesa, y yo denuncié persecución política y miedo a la aparición de francotiradores pertenecientes a las fuerzas represivas del Estado y pedí la renuncia del Ministro de Defensa, Carlos Sanchez Berzaín y por supuesto que la del Presidente Sanchez de Lozada.
Nuestra compañera Verónica Larrieu, no había podido llegar desde Santa Cruz de la Sierra, así que El Pentágono fue en esa ocasión cuarteto y guardo un especial recuerdo por esa emisión, por la manera en que tuve que empeñarme para llegar a la grabación en horas de la tarde, debido a que por razones de seguridad y por el estado de convulsión en el que se encontraba el país, nos veíamos impedidos de hacerlo en directo como sucedía habitualmente.
Goni fue víctima de los delirios exterminadores y fascistoides de su ministro de Guerra, Carlos Sánchez Berzaín –“Chulupi” para unos, “Zorro” para otros—que como bien se recordó hace unos días, estaba convencido que la crisis podía ser superada con un par de centenas de muertos.
Terco como millonario que era, sabedor de su olfato para los negocios, Goni hizo caso omiso de los consejos que le dieran en distintas oportunidades algunos de sus familiares y amigos políticos: “Sánchez Berzaín te llevará a la tumba política” era la advertencia, y eso quedó fehacientemente registrado en una entrevista que me concedió el periodista y ex ministro Irvin Alcaraz, cuando escribía para “El juguete rabioso” y que titulamos “Sanchez de Lozada fue prisionero del Palacio de Sánchez Berzaín”.
Huídos a los Estados Unidos, y transcurridos quince años de los trágicos sucesos que fueron la antesala del desmoronamiento del ciclo neoliberal (1985-2005), Goni se dedicó a proseguir amasando fortuna, esta vez, como empresario petrolero. De manera muy esporádica se conocían noticias acerca de su octogenaria existencia, mientras Sanchez Berzaín, el que fuera su ministro en tres carteras (Presidencia, Gobierno, Defensa), en dos períodos presidenciales discontínuos (1993 – 1997 y 2002 -2003), decidió convertirse en operador anticomunista con base en Miami, de los de añeja estirpe, a través de una fundación, autotitulándose “analista político”, profiriendo continuamente, en tono desafiante y altanero, una serie de declaraciones trasnochadas acerca de lo que sucede hoy con Bolivia, y con “regímenes castro chavistas” como los de Cuba y Venezuela.
Conociendo su perfil psicológico que tiene como rasgo sobresaliente el haber roto con la realidad, no dudo que Carlos Sanchez Berzaín, continuará convencido de haberse reciclado como gran articulador de la oposición al gobierno de Evo y probablemente insistirá en aconsejar rutas de confrontación con ese aire de estratega que le vendió a Goni y por el que en los pasillos del poder de entonces podían escucharse exclamaciones de admiración.
El masacrador de Octubre Negro, tal como lo  ha dictaminado el Jurado de la Corte de Fort Lauderdale del Estado de Florida en su veredicto del 3 de abril, se ha dado licencia para hablar de dictadores y narcotraficantes a cargo del gobierno de Bolivia desde 2006. Hoy éste individuo ha dejado de ser impune, lo mismo que su admirado jefe. Sanchez Berzaín debe ponerse de acuerdo con Gonzalo Sánchez de Lozada para erogar aproximadamente diez millones de dólares y así materializar el resarcimiento económico a esas ocho valientes familias que decidieron demandarlos por la vía civil y consiguieron la histórica decisión de que pudiera juzgarse a un ex mandatario fuera de su país, por violaciones a los derechos humanos, decisión que potencia la posibilidad de volver a la carga con el pedido de extradición que permitiría procesarlos penalmente, tal como lo reclama la memoria colectiva de Bolivia y los familiares de todas las víctimas de la ciudad de El Alto que ofrendaron sus vidas por la defensa de la integridad nacional y sus recursos naturales.

Originalmente publicado el 05 de abril en la sección Opinión de la Agencia de Noticias Fides (ANF).

No hay comentarios:

El anverso del horror

  Ha sucedido en distintas latitudes que varios creadores audiovisuales fueron advertidos a través de preguntas formuladas por la crítica es...