domingo, 28 de junio de 2009

Por el innegociable estado de derecho en Honduras

Nunca más aceptaremos en América Latina, golpistas con/sin uniforme militar. Todas las voces democráticas de nuestro continente se manifiestan al unísono por el retorno del presidente Zelaya a Tegucigalpa. No queremos que las fuerzas armadas vuelvan a convertirse en el brazo represor de las fuerzas reaccionarias que se niegan a aceptar el proceso de transformaciones que vivimos en esta primera década del siglo XXI. Los demócratas del mundo estamos obligados a manifestarnos por esta ruptura violenta, ilegal e ilegítima del estado de derecho en nuestro hermano país centroamericano.

sábado, 27 de junio de 2009

Michael Jackson o el dolor como existencia

Así vivió Michael Jackson, sin jamás haber encontrado las cirugías para el alma, porque las que se hizo en el rostro no le fueron suficientes. Montado en la ola del fanatismo con el que se le retribuyó y que le fue útil para mitigar sus profundas penas existenciales alcanzó, apenas, el medio siglo de vida. Con esa adoración masiva que de ninguna manera compensa los vacíos y las cicatrices que deja la falta de afecto filial cuando se es niño, este músico genial, revolucionador de la TV con la introducción del videoclip como nuevo concepto estético-comercial, se ha ido tal como había decidido: Mortificandose el cuerpo, entrando y saliendo de quirófanos, metiendo a su cama a niños a quienes seguramente pretendía convertir en esa otra compensación por no haber tenido infancia en el sentido más sencillo y silvestre.
El desamor ha marcado la vida de Jackson. Liz Taylor, la hija de Presley, Neverland...ninguna de estas relaciones de amistad, ningún forzado paraíso, indican que alguna vez Michael haya dado volteretas de felicidad.
Este precursor en el uso del barbijo hizo maravillas con su creatividad como autor, con su voz y con sus inimitables contorsiones de andrógino con destino trágico. No podía dejar el mundo de otra manera.

martes, 23 de junio de 2009

Ciegos, corruptos y tontos

Abundan: Se resisten a quitarse la venda de los prejuicios y si finalmente lo hacen, utilizan unos filtros que les impiden mirar una realidad multicolor y apasionante. En política no hay Santos. Está preso. Debieran estar presos todos los Santos. Pero más que premiarlos con encarcelamientos dorados --mariachis, comilonas, putas y otros excesos que permite el dinero mal habido-- se debería inventar la forma jurídica de que devuelvan todo lo que exaccionaron del erario público o lo que ese dinero les permitió en inversiones como por ejemplo el formidable hotel de Chito Valle en el Shan-Gri-La boliviano. Y finalmente los mediocres. Los que se llenan la boca de sentencias en los cafetines que ni por asomo se parecen a los europeos, los de Buenos Aires o Montevideo.
Cieg@s, corrupt@s y tont@s. Con esta galería es imposible pensar en otro país y para eliminarl@s hay que usar las armas del conocimiento, la lucha y la decencia, valores casi imposibles de encontrar, todos juntos, en todos y cada uno de nosotr@s. El día en que miremos al cielo y al suelo, por los cuatro puntos cardinales, el día en que comencemos a leer y comprender en profundidad las nuevas historias que se están escribiendo, esas en las que irán tomando cuerpo los invisibles de ayer, el día en que YPFB sea una empresa, y no más el laboratorio experimental de unos ejecutivos de pacotilla, y el día en que pensar sea la exigencia mínima para comprometernos con Bolivia, a partir de ahí, y sólo a partir de ahí, esto que está cambiando comenzará a cambiar definitivamente.

jueves, 18 de junio de 2009

La izquierda de derecha

Conozco desde hace muchos años a varios personajes de la derecha: Fortún, Guiteras, Leopoldo Fernández.
Personajes como estos, alineados en el conservadurismo/neoliberalismo tienen la virtud de no esconder nada e incluso de sentirse orgullosos por las trayectorias públicas que acumularon. Los derechones de derecha, está claro, son preferibles a los que se desenmascararon en el último año como derechones de izquierda luego de la emergencia y consolidación del MAS como nueva entidad política con vocación hegemónica, tal como lo fuera el MNR de los 50 y 60.
Una vez instalado el MAS como partido de gobierno, con serias posibilidades de reproducir su rendimiento electoral de 2005, esos izquierdistas de columna periodística o de paseo dominical en el "Sopocachi de mis sueños juveniles" andan horrorizados con el "masismo", con la visibilizada e indiscutible identidad plurinacional de Bolivia, con la interculturalidad, con el Estado recuperando el tamaño que necesita para encarnar las necesidades sociales mayoritarias del país, con el proceso descolonizador que debiera cambiar nuestros formatos mentales de aquí a cincuenta años.
Los socialistas de la bancada de Marcelo en los años 80 --el caso más evidente es el de "Chunka" Gutiérrez en Sucre-- habían sido unos rojillos de manual que leyeron el Manifiesto Comunista, el 18 Brumario y la introducción de El Capital de Marx y que jamás pensaron en una izquierda con las mayorías originarias indígenas de este lado del mundo, para las que el gran Karl, y Engels, y Lenín, y Trotsky, y Stalin!!! podrían ser lo mismo, líderes de algún proceso político como futbolistas de algún equipo europeo al que ni siquiera verán alguna vez por TV.
¿Qué pasó compañeros? ¿O en realidad nunca fueron compañeros, sino un puñado de snobs en tiempos en que ser de izquierda era llevar jeans raídos, bufandas coloridas y cabellos grasos? Pasó, simple y llanamente, lo que el lúcido comunicólogo Jesús Martín Barbero resumió en una sola frase: "Aman al pueblo en nombre de la democracia, pero lo desprecian en nombre de la razón".
Estos brillantes individuos (finalmente brillosos y nada más) habían sido notablemente individiualistas (no confundir: el gran Fellini diferenciaba bien el individualismo del personalismo) y marchaban por la vida, tan campantes, ellos, cojudeando al prójimo que no había leído y comprendido lo que ellos estaban en condiciones de explicar en plan paternal tal como hiciera Carlos Diego Mesa Gisbert, que nos instruyó a todos en qué consistía la democracia desde la televisión y luego quiso utilizar el mismo método desde sus insoportables discursos presidenciales para retearnos por lo burros que todos éramos, menos él.
Los tiempos cambiaron y los aprendices del tiempo televisivo crecieron y se hicieron ciudadanos demócratas, capaces de diferenciar un pañuelo blanco fabricado para lágrimas de utilería y las reales intenciones de un tipo que quería prorrogarse y que ahora critica al presidente Evo Morales de autoritario. Genio y figura Carlitos, terminó demostrando ser un perfecto idiota ilustrado, es decir, muy leído, pero carente de inteligencia para leer sin prejuicios el país, y desprovisto de autenticidad y de agallas para entrarle, como se debe, a la lucha política, tal como hicieran su propio padrino, Sánchez de Lozada, el General y Jaime Paz Zamora, otro izquierdista de derecha, digamos el pionero del disfraz ideológico en Bolivia.
Izquierdistas de derecha. Algunos de ellos van a participar en las presidenciales de diciembre y van a perder como en la guerra. Nada más por impostores.

lunes, 8 de junio de 2009

Una derrota buscada

Erwin Sánchez tuvo que prescindir de cuatro jugadores que alinearon contra la Argentina. Martins tiró un penal al cielo. El Choco Rivero hizo el autogol que necesitaba la vinotinto. El propio Martins y Reyes se hicieron expulsar. Venezuela 1 Bolivia 0 en la altitud de La Paz. La Bolivia paradójica exhibió todo su esplendor. Se insistió en el juego centralizado, se renunció casi siempre a jugar por las bandas y en ese mar de confusión el único que siempre tuvo idea en qué lugar estaba el arco rival fue Alex Da Rosa. Esta es la Bolivia habitual, la que le ganó a Argentina, lo hizo --ahora sí que queda claro-- con la ingenuidad y la falta de oficio que puso en evidencia Diego Armando Maradona como director técnico de un cuadro que todavía no logra ser equipo.

El anverso del horror

  Ha sucedido en distintas latitudes que varios creadores audiovisuales fueron advertidos a través de preguntas formuladas por la crítica es...