lunes, 23 de abril de 2018

La herencia de Banzer


“La Banzer” es la principal avenida de Santa Cruz de la Sierra que nace en el Cristo Redentor y la Monseñor Rivero hasta Viru Viru y prolongándose como carretera hacia el norte integrado (Warnes, Montero). El ex ministro de Defensa y ex rector de la Universidad Gabriel René Moreno, Reymi Ferreyra, me aclaró hace un par de años que “la Banzer” ya no lleva oficialmente ese nombre, que se había cambiado, aunque por la fuerza de la costumbre –y la estatura del personaje— los cruceños y cruceñas, mas los estantes y habitantes de la ciudad procedentes de otros distritos del país,  conocen tan importante ruta de conexión con ese nombre y no con otro, por lo que todo indica que ”la Banzer” nunca dejará de ser “la Banzer”.
En la mágica Concepción, provincia Ñuflo de Chávez, corazón de la Chiquitania, de macizas y formidables maderas talladas con talento y sacrificio, y orquídeas cultivadas con paciencia como si el tiempo no transcurriera, una de las avenidas principales comienza o termina, depende por qué lado de la ruta se transita, con un monumento del General Banzer de cuerpo entero. Es más, el hospital del pueblo lleva el nombre de César (Banzer), hermano del ex dictador laboriosamente reciclado a la democracia reinaugurada en nuestro país en 1982.
Es tan fuerte la impronta banzerista por esas tierras de Dios y sus misioneros franciscanos y jesuitas, que el principal museo chiquitano situado en la plaza principal de
Concepción, fue la casa de su familia de ascendencia alemana, en la que transcurrió su infancia,  y que con generosidad a la tierra que lo vió nacer, la donó para que hoy día, la memoria e identidad de la zona fuera debidamente preservada a través de documentos originales, muestras arquitectónicas hechas de cuchi, artesanías con imágenes de ángeles musicales y fotografías de la restauración de la maravillosa catedral a cargo del suizo Hans Roth (1975, en pleno desarrollo del septenio dictatorial), construída bajo la dirección del sacerdote Martin Schmidt (1753 – 1756).
Hugo Banzer Suárez (1926 – 2002) nació en Concepción, pero hizo de la vecina San Javier su centro de operaciones ganaderas y ya es leyenda que el cadáver del asesinado Marcelo Quiroga Santa Cruz estaría enterrado en algún lugar de su propiedad. Han transcurrido treinta y ocho años del golpe de García Meza que en principio fue bendecido por el General concepcioneño y no se han podido encontrar hasta ahora los restos del líder del Partido Socialista – 1 y ex ministro nacionalizador de la Gulf Oil durante el gobierno de Alfredo Ovando Candia. 
En 1995, el para entonces jefe de Acción Democrática Nacionalista (ADN), me recibió en su oficina de FUNDEMOS, el brazo oenegero de su partido. En aquella oportunidad lo entrevisté para el suplemento Ventana del diario La Razón, me habló de sus “profundas convicciones democráticas” y me confesó -fuera de grabación- que había encañonado a pistola limpia al industrial cervecero Max Fernández, jefe de la Unidad Cívica Solidaridad (UCS) exigiéndole que se retractara de acusaciones que “mellaban su honor y su prestigio”. “Le pedí –me dijo Banzer—que hiciera la aclaración en un lugar de tamaño y lugar similares en el diario en el que había levantado mi nombre”.
Durante cuatro décadas, hasta el día de su deceso por cáncer terminal, Banzer dominó en el escenario principal de la política boliviana. Hizo sociedad con Victor Paz Estenssoro, líder histórico del MNR, en dictadura y en democracia a través del Frente Popular Nacionalista (FPN) y el “Pacto por la Democracia”, y se hizo enemigo de Gonzalo Sánchez de Lozada desde el día en que –me lo contó también fuera de grabación—le ofreció dinero para que resignara sus intenciones de conformar gobierno con el MIR de Paz Zamora-Oscar Eid (1989).
Varios de quienes formaron parte de los entornos cercanos que Banzer supo organizar ya no están en este mundo, entre los que destacan Guillermo Fortún, Fernando Kieffer y Tito Hoz de Vila. Otros han dejado el país y la actividad política hace como quince años (Mauro Bertero, Ronald MacLean), “Manfredito” (Kempff Suárez), como lo llamaba tiernamente el General, es novelista y columnista de opinión que escribe frecuentemente contra “la dictadura”de Evo Morales. Algún otro –Walter Guiteras-- ha retornado a sus calurosos cuarteles ganaderos en San Borja y a continuación tenemos a los herederos vigentes y activos que en alguna medida, aunque ya no citen al General como mentor y guía político, se encuentran en plena actividad: Su sucesor en la presidencia,  Tuto Quiroga, embajador de oficio contra la “dictadura venezolana”; Ernesto Suárez, hijo del Prefecto de García Meza en el Beni, Senador de la República por ADN, también Prefecto y luego gobernador del departamento oriental; Manfred Reyes Villa, edecan de García Meza e hijo del ministro de Defensa de ese gobierno, Armando Reyes Villa, que huyó a los Estados Unidos y tiene sentencia ejecutoriada por actos de corrupción perpetrados como Gobernador del departamento de Cochabamba; Leopoldo Fernández, el “Cacique” de Pando, ex prefecto y ex gobernador, condenado a quince años de cárcel por responsabilidades en la Masacre de El Porvenir (2008); Carlos Valverde Bravo, --hijo del falangista Carlos Valverde Barbery, ministro de Salud de la dictadura banzerista por Falange Socialista Boliviana (FSB)--, y hoy inquieto operador mediático contra el “régimen” de Evo Morales, gestor informativo del llamado “Caso Zapata”, Zvonko Matkovic hijo y Zvonko Matkovic padre, ex Prefecto de Santa Cruz durante el gobierno del Banzer “democratizado”.
Como se puede comprobar, con estas referencias de hechos y nombres, Hugo Banzer Suárez, desesperado por pasar a la historia como legítimo estadista y no como dictador que ordenó las masacres de Tolata y Epizana, y fue parte  fundamental del plan Cóndor, ha dejado huella con herederos que continúan haciendo política y que en la actualidad hacen flamear las banderas de la democracia. Es bueno recordar para la historia, que todos estos furibundos combatientes del 21F16, crecieron en sus acomodadas y amplias casonas, con los privilegios que otorgaban el autoritarismo, la persecución política, el apresamiento indebido, la desaparición forzada y el asesinato político. Así caminaron hacia la democracia de la que gozamos hoy y de la que han conseguido amplias ventajas cuando hicieron ejercicio del poder.



Originalmente publicado el 18 de abril en la sección Opinión de la Agencia de Noticias Fides (ANF)

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