Si usted es una persona que tiene una formación intelectual... Si le gusta leer a Bolaño, Arlt (gracias por la corrección al tonto del pueblo) y Cortazar... Si anda buscando películas de Ken Loach...si admira la revolución cubana sin ser un fundamentalista...si cree en el trabajo de equipo, en la suma de excelencias...si es un perfeccionista que disfruta del trayecto antes que con obsesionarse por el punto de llegada...tenga cuidado, le puede ir muy mal en tanto asomen todos esos rasgos que lo diferencian. Apenas el jefe de sección, que sólo escucha un tipo de música y se la pasa tramando cómo cortarles las alas a gente con el perfil aquí descrito, advierta que sobresale, la maquinación y la intriga serán las herramientas con las que hará lo posible por deshacerse de semejantes especímenes.
Si por si fuera poco, además de todo lo dicho, es un tipo solidario que tiene conciencia sobre el bien común, y pelea porque sus compañeros se encuentren en las mejores condiciones materiales y anímicas para optimizar su rendimiento... peor! Lo acusarán de estar conspirando, de querer serrucharle el piso a los jerarcas de turno, esos plomazos que no tienen ni la más peregrina idea de lo que es creatividad y talento.
Por eso, porque buscar el cincelamiento de un estilo en la vida resulta peligrosísimo para su estabilidad laboral, sea usted discreto, piense en Yo y solamente en Yo, no haga notar que tiene ideas para mejorar las cosas, no sugiera nada que lo ponga bajo sospecha de ser "muy" laborioso, porque lo que se interpretará es que nada más busca notoriedad y alimento balanceado para el ego.
Sea el hombre/la mujer del traje gris del que habló Sabina. Sea un funcionari@ que marque tarjeta sin minutos de retraso. Sea muy prudente en las reuniones y limítese a recibir instrucciones. No diga que conoce Madrid o Berlín. No diga que la diversidad étnico-cultural hace el mundo más interesante, gracias a los contrastes que se evidencian en distintos orígenes y culturas. No cuente que alguna vez habló con García Márquez en el ascensor del hotel Nacional de La Habana, o entrevistó a Jorge Valdano en el Eurobuilding, o que fue el jefe de prensa de Azkargorta y desfilo con la selección boliviana ante las cámaras con audiencia mundial total en el Soldier Field de Chicago y guárdese para "sus adentros" que dirigió una impecable transmisión televisiva de cuarenta y ocho horas cuando Evo Morales asumió la presidencia entre el 22 y 23 de enero de 2006. No sea imprudente, cállese la boca, baje la cabeza ante las órdenes y cumpla con lo que tiene que cumplir.
Con este manojo de sugerencias, conservará su pega, tendrá su sueldito seguro a fin de mes, y muy probablemente una aceptable jubilación cuando llegue a la edad de optar por derecho a la renta Dignidad. No sea imbécil, no diga nada, porque si lo hace, aunque solamente lo insinúe, encima de matarse por hacer bien las cosas, le van a dar un puntapié en el culo y lo van a poner en la calle y ni a quien quejarse. Viva el Alto Perú. Viva la colonia, pero sobre todo, viva la neocolonia.
Si por si fuera poco, además de todo lo dicho, es un tipo solidario que tiene conciencia sobre el bien común, y pelea porque sus compañeros se encuentren en las mejores condiciones materiales y anímicas para optimizar su rendimiento... peor! Lo acusarán de estar conspirando, de querer serrucharle el piso a los jerarcas de turno, esos plomazos que no tienen ni la más peregrina idea de lo que es creatividad y talento.
Por eso, porque buscar el cincelamiento de un estilo en la vida resulta peligrosísimo para su estabilidad laboral, sea usted discreto, piense en Yo y solamente en Yo, no haga notar que tiene ideas para mejorar las cosas, no sugiera nada que lo ponga bajo sospecha de ser "muy" laborioso, porque lo que se interpretará es que nada más busca notoriedad y alimento balanceado para el ego.
Sea el hombre/la mujer del traje gris del que habló Sabina. Sea un funcionari@ que marque tarjeta sin minutos de retraso. Sea muy prudente en las reuniones y limítese a recibir instrucciones. No diga que conoce Madrid o Berlín. No diga que la diversidad étnico-cultural hace el mundo más interesante, gracias a los contrastes que se evidencian en distintos orígenes y culturas. No cuente que alguna vez habló con García Márquez en el ascensor del hotel Nacional de La Habana, o entrevistó a Jorge Valdano en el Eurobuilding, o que fue el jefe de prensa de Azkargorta y desfilo con la selección boliviana ante las cámaras con audiencia mundial total en el Soldier Field de Chicago y guárdese para "sus adentros" que dirigió una impecable transmisión televisiva de cuarenta y ocho horas cuando Evo Morales asumió la presidencia entre el 22 y 23 de enero de 2006. No sea imprudente, cállese la boca, baje la cabeza ante las órdenes y cumpla con lo que tiene que cumplir.
Con este manojo de sugerencias, conservará su pega, tendrá su sueldito seguro a fin de mes, y muy probablemente una aceptable jubilación cuando llegue a la edad de optar por derecho a la renta Dignidad. No sea imbécil, no diga nada, porque si lo hace, aunque solamente lo insinúe, encima de matarse por hacer bien las cosas, le van a dar un puntapié en el culo y lo van a poner en la calle y ni a quien quejarse. Viva el Alto Perú. Viva la colonia, pero sobre todo, viva la neocolonia.