martes, 30 de marzo de 2010

Gobernaciones y municipios: Guerra electoral como en los viejos tiempos

Habría sido bueno que las campañas se centraran en las necesidades de cada región y de cada municipio. Que se leyeran los departamentos y las ciudades a partir de inteligentes miradas sobre lo que se hizo y los desafíos del futuro inmediato. No ha sido así. El espectáculo electoral se ha caracterizado en la mayoría de los casos, por la remanida y exagerada apelación al descrédito del adversario. No ha asomado por ninguna parte la tan mentada "nueva forma de hacer política". Todo lo contrario, se ha retornado a la antigua práctica de la guerra sucia y el adjetivo fácil. Han aparecido nuevos oradores de plazuela y astutos portavoces de la desinformación. Como en tiempos en que el MNR, la ADN y el MIR se sacaban los ojos...y luego pactaban para cogobernar.
Con este panorama la reconfiguración de un nuevo sistema de partidos sigue todavía lejana. El MAS abruma y si puede aplasta y esto porque de la vieja partidocracia quedan hilachas. El cambio solo será posible si resolvemos el dilema de nuestra identidad indígena-mestiza, si logramos asumir conciencia que esos dos potentes rasgos, el uno ancestral y el otro republicano-neocolonial están yuxtapuestos y de ahí se entiende por qué la estrategia de homogeneización monocultural desplegada a lo largo del siglo XX sigue vigente y dominante en las conductas de nuestras dirigencias.

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