En el día feriado de recordación de la muerte de Tupac Katari
(15 de noviembre de 1781), con versiones contradictorias sobre su
descuartizamiento, tiradas sus extremidades por cuatro caballos disparados en
las direcciones de los puntos cardinales, se nos ha ido Xabier Azkargorta,
aquejado por una durísima enfermedad cardiaca, triste e injusto final para un
señor que hizo de la lucidez y la palabra, las mejores herramientas de
convencimiento motivacional para sus dirigidos en aquella selección boliviana
del 93-94 que pudo estar bajo su dirección en esa Copa del Mundo jugada en
Estados Unidos en la que le cortaron las piernas a Maradona por haber ingerido
efedrina.
Tendré un recuerdo agradecido de “Shabier”, así se pronuncia
su nombre en euskera, porque gracias a su complicidad con mi osadía
desobediente de largarme a Barcelona (dirigentes envidiosos trataron de
impedirlo) cuando la selección se preparaba en el Centro de Alto Rendimiento de
Sant Cugát del Valles y yo era el jefe de prensa de ese equipazo, pudimos
grabar “Cien preguntas para Xabier Azkargorta”, libro con dos ediciones, antes
y después del Mundial, en el que ha quedado periodísticamente registrado ese proceso
en el que participó un puñado de talentosos futbolistas que supieron escuchar
los mensajes medulares de su entrenador para encarar con aplomo y suficiencia
primero la eliminatoria y luego los partidos jugados en Boston y Chicago.
Ahora que ingresa en suspenso un ciclo histórico fundacional
en nuestro país, justo ahora nos visita la muerte para llevarse a este hombre
de fútbol y médico deportólogo que usaba el psicoanálisis como método de
trabajo y con quién tuve la posibilidad de reencontrarme en su segundo
desembarco como seleccionador de Bolivia (2012 – 2014) para sostener
conversaciones de tarde en Santa Cruz de la Sierra sobre la actualidad y el
destino del fútbol boliviano. En aquella oportunidad no le fue bien y tuvo que
dejar el cargo, para asumir la dirección técnica de Bolívar y conducir al
equipo celeste hacia la semifinal de la Copa Libertadores de América.
Nadie te quitará lo bailado Xabier. Clasificaste a Bolivia
con Jaime presidente e inauguramos USA 94 en el Soldier Field de Chicago
debutando contra Alemania con Goni Presidente. Dirigiste a la selección
chilena, al Yokohama Marinos de Japón con Julio César Baldivieso en la
plantilla, a las Chivas Rayadas de Guadalajara en México, encaraste un proyecto
formativo en China para el Real Madrid con el club Beijing Gouan, y finalmente
luego de haberte hecho boliviano, te hiciste cruceño y querendón de la capital
oriental, esa de dónde emergieron los Melgar, Etcheverry y Platiní Sánchez que
se abrazaban sin reparos ni prejuicios con los cochabambinos Borja, Sandy,
Baldivieso, Soria y Ramallo. Bolivia, gracias a tu impronta, fue por esa
excepcional vez, una de dos, construyendo un patrimonio emocional como sólo se
había sentido con la obtención del Sudamericano de 1963.
Con el único propósito de incomodar a los conservadores que
jamás entenderán a Bolivia como una totalidad, recordamos aquí lo dicho por
Xabier al diario AS de España en 2006: “A (Evo)Morales lo conocí en una
entrevista en el Chaparé boliviano, invitado por unos sindicalistas cuya
organización atravesaba por graves problemas, como es frecuente allí. Evo tenía
ya en su cabeza esta revolución que ha iniciado desde su toma de poder; el que
ha vivido allí lo entiende perfectamente. Otra cosa es su encaje en la comunidad
internacional, la cosa jurídica y demás. Pero en Bolivia ha habido tal abuso
por parte de la gente rica, es tal la diferencia de clases, que el pueblo ha
optado por algo nuevo y Morales lo es. En Bolivia no se vive, se sobrevive. Eso
recuerda Morales.” Con estos criterios, queda claro que Azkargorta participó de
la vida pública del país, interpretando la bolivianidad desde el desinteresado
lugar de los afectos.
Debo estar agradecido por siempre con Xabier, al
haberse posibilitado la publicación del primer libro de mi andadura
periodística y para luego posicionarme como el periodista que más libros futboleros
ha publicado en Bolivia, incluido ese “Salto al futuro” (1994) junto a Carlos
Mesa en la historiación general de la selección boliviana y Tony Suárez en la
fotografía con la colaboración de Ricky Rogers.
Linda época. Lindo tiempo. Linda vida periodística que me permite decir, que a mi tampoco nadie me quitará lo bailado como testigo y hacedor periodístico de acontecimientos diversos en la historia de nuestra vibrante y tantas veces turbulenta y dolorosa vida pública. Último apunte: El 28 de septiembre de 1994, Azkargorta recibió el Cóndor de los Andes de manos del entonces Canciller Antonio Araníbar Quiroga. Nueve años antes, en la revista Perspectiva (junio-julio, 1985), se publicaba la primera entrevista que hice en mi vida periodística, justamente con quién entonces era candidato a la presidencia por el Frente del Pueblo Unido (FPU), Antonio Araníbar Quiroga. La vida da vueltas y seguimos girando: Gracias por todo Xabier.
Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 15 de noviembre
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