martes, 4 de enero de 2011

Lula

El gran jugador de la política contemporánea es un ex obrero metalurgista, sin credenciales académicas, sin pergaminos profesionales, sin pretensiones intelectuales. Se ha marchado para casa luego de dos gestiones presidenciales con el 89 por ciento de popularidad, con miles de brasileños y brasileñas despidiéndolo con lágrimas y agradecida emoción. Nadie osa hablar mal de Lula en Brasil. Ni los terratenientes más conservadores y retrogrados.
Hincha del Corinthians, dicharachero libador de whisky, se llevó bien con Dios y con el Diablo como ningún otro --Dios y el Diablo en la tierra del Sol fue un peliculón vanguardista de Glauber Rocha en los 70--, cediendo con sagacidad algunas presiones de centro y centro derecha, privilegió sin dubitaciones una política social integral rematada con una intervención policial agresiva y rotunda en las favelas narcotraficadas de Río de Janeiro.
Si amábamos Brasil por su música, sus músicos, su juego, su televisión de vanguardia periodística y registro de testimonio social y creatividad telenovelesca asentada en su identidad cultural...si amábamos Brasil por su espiritualidad sincrética de orishas y santos católicos...si amábamos Brasil por la calidez de su gente y su inimitable espíritu de celebración...amamos hoy más a Brasil porque ha encabezado con la inteligencia y el poder visionario de Lula, el reposicionamiento de Sudamérica al que ahora el imperialismo yanqui mira con recelo y con una prudencia que nunca antes sucedió, porque como andábamos por separado, vulnerables a los negocios transnacionales y a las fuerzas militares funcionales a los designios del Pentágono no había caso.
Brasil es mejor hoy gracias a la conducción de Lula. Volverá este gran líder, este Estadista con aptitudes naturales para conducir a ese gigante, volverá no sé si para ser presidente, pero seguro que para convertirse en el gran anfitrión de la Copa del Mundo 2014.
Hay que copiar a Lula, porque la clonación en este caso es imposible. Lula hay uno sólo y es que en el planeta hay un sólo Brasil.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lula siguió una politica economica que se atiene a las reglas del juego del mercado, eso quiere decir compitiendo con compañias globalmente; Petrobras es ahora una de las petroleras más importantes no de América sino del Mundo. La China ha hecho inversiones cuantiosas en Brasil, por ejemplo en siderurgia; consiguéndolo con alta tecnología y sin demagogia. Y el avión que usa Lula es un jet Embraer mucho menos costoso que el Falcon Mallku Baño de Mármol 01. Ergo, la retórica socialista se quedó en las favelas y para las cumbres, donde antes de salir hizo una limpieza a tanqueta y bala.

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