jueves, 26 de noviembre de 2009

Los "observados" de la Corte Celestial

"Gracias, gracias, gracias..." machacó el Organo Electoral Plurinacional (OEP) a través de una saturante frecuencia de emisión de spots, promocionando las efigies inmaculadas de sus tres vocales a la cabeza de Antonio Costas para pavonearse en la autofelicitación por los más de cinco millones de ciudadanos que se inscribieron para configurar el modernísimo padrón biométrico. Nunca antes en la historia de esta institución, sus responsables se pusieron por delante de los acontecimientos, admitiendo con esa campaña, su propensión a la figuración y a un protagonismo indebido, si se considera que la sala plena fue alguna vez presidida por Huáscar Cajías que hizo de la impecabilidad y la sobriedad, el estilo de funcionamiento de una estructura que comenzaba a superar la noche protagonizada por la Banda de los 4, esto es, una corte sin despliegue de autobombo.
Habilitados y depurados, esas fueron siempre las categorías de los electores en el país. A partir de la ley electoral transitoria, aprobada con el propio presidente Evo Morales encabezando una huelga de hambre, tenemos que ahora aparece una cualidad ambigua que se denomina "observados", es decir no habilitados, tampoco depurados, pero ciertamente encaminados a la condena de no votar el próximo 6 de diciembre. Así tenemos servido el menú para que la raquítica oposición haya comenzado a desplegar la sombra del fraude perfectamente auspiciada por la irrestricta libertad de información y opinión que ejercitan despiadadamente las televisoras portavoces, especialmente, de la candidatura del Capitán Reyes Villa.
Antonio Costas ha demostrado que como técnico en asuntos de sufragio es un torpe lector de la realidad política boliviana. Que este manejo protagónico de la contienda del 6 de diciembre lo ha conducido a darle más importancia a su agenda de entrevistas en los medios que a la rigurosidad y al cuidado con el que hay que manejar asuntos legales en que lo interpretativo puede ser el detonador de una protesta popular en la medida en que yo, Juan Pérez, me entero a duras penas que mis documentos de identidad no cuadran con las "contrastaciones" (otra palabreja desorientadora, propia del léxico del señor Costas) del OEP y que podré encontrarme el domingo 6 con que los jurados de mi mesa me informen que no podré ejercer mi derecho.
El éxito de la construcción del padrón biométrico es inversamente proporcional a la falta de decoro y de discreción con el que trío de vocales se dirige a la gente, poniéndose, a diario, en franca competencia declarativa con quienes son los verdaderos protagonistas de esta carrera, los candidatos a presidentes, vicepresidentes, senadores y diputados.
¿Cuatroscientos mil y fracción bolivian@s se van a quedar con los brazos cruzados si las cosas quedan suspendidas en el aire tal como las ha puesto Costas y sus dos colegas? En que atolladero ha metido a la democracia boliviana este busto parlante que habla demasiado antes de meditar en sala plena a puertas cerradas acerca de decisiones mal pensadas y no debatidas con los delegados de los partidos y agrupaciones que van a terciar en los comicios que se realizarán en diez días.
Nota del 1 de diciembre: Para que conste documentalmente en este blog, el Organismo Electoral de Costas, Oporto e Ibarnegaray decidió retroceder y restituír el derecho de los cuatroscientos mil "observados" que corrían el riesgo de no poder votar. Las conclusiones acerca de esta muy lamentable metida de pata "técnica" deberán venir luego de transcurridos los comicios del domingo 6 de diciembre.

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