sábado, 24 de noviembre de 2007

La muerte del opinador ecuánime

Dentro los márgenes impuestos por el pensamiento único, en el cómodo ámbito de la receta ineludible para corregir la economía y lograr meterla en el saco del ajuste estructural, Carlos Diego Mesa Gisbert era ecuánime y como entre ser y parecer hubo total correspondencia, fue el portavoz indiscutido del neoliberalismo desde su púlpito televisivo durante quince años.
Hoy que Mesa es practicamente un cadáver velado por luces y cámaras televisivas, pero sobre todo por su muy fallida incursión en la política, ya resulta difícil evitar mostrar las hilachas de la herencia política porque asistimos a la cotidiana confrontación entre una derecha demacrada, carente de referencias personales, potentes y una izquierda que hace sus pininos en el ejercicio del poder. Hasta 2002 sólo había derecha con distintas variaciones en el escenario mediático,así, el camino quedaba expedito.
Y aunque algunos geniecillos se autoproclamen progresistas desde la opinionitis audiovisual en la que viven atrapados, siguen nomás aprisionados por el viejo chiste de poner el guiñador hacia la izquierda, y virar para el otro.
Anoche, viernes 23 de noviembre percibí por primera vez que la derecha está comenzando a temer su derrota definitiva. Esa fue la sensación que me produjo la intervención de Susana Seleme que habló en televisión con una autoridad y una autosuficiencia que hasta nos podría hacer olvidar sus credenciales de secretaria privada de Jaime Paz Zamora.
Para estos portavoces de salida, se viene la noche del autoritarismo indígena populista alentado para provecho de un puñado de tipos que quieren el poder por el poder, según el conductor del programa en el que intervino Seleme, Carlos Valverde Barbery.
Eso que en periodismo se llama parte y contraparte no existió en la emisión en la que se despotricó contra los "tácticos" del gobierno que habrían armado una arremetida para dar lugar al funcionamiento de la Asamblea Constituyente en el minicastillo de La Glorieta, antigua casona de campo de la ilustre familia Argandoña, sede de un regimiento militar y de un liceo para el bachillerato de chicos clase media descarriados que hace dos décadas eran castigados por sus papás y enviados internos allí,por haber reprobado el año escolar.
Seleme que se expresa con gran elocuencia, no pudo evitar que su estado de ánimo la pusiera en evidencia: Se impregnó del espíritu de este programa acucioso, en el que se procura rizar el riso, y que se nutre de ese tono histérico de ¡oh qué horror, miren lo que está pasando en Bolivia! y fue en ese tono que habló Seleme, con registro propio de señoronas que van a tomar el té a Fridolin con cuñapeces, masaco, pero sobre todo sonso.
Miren a los opinadores como van terminando: Cayetano se ha atrincherado en El Deber, vaya uno a saber por qué ya no en La Prensa. Los propietarios de la Cadena A le levantaron el programa, dizque por presiones del gobierno. Cadena A tiene paquetes accionarios de los Mercado Rocabado, Gasser y dicen que Monasterio, los de Unitel!
Siguiente: Roberto Barbery dejó P.A.T. por "diferencias irreconciliables" con el canal. El propietario es el señor Daher, un próspero importador que alquila aviones como intermediario y representa a catorce marcas que van desde la electrónica hasta las líneas de electrodomésticos.
También han desaparecido del firmamento mediático, genios con pedigree académico como Carlos Toranzo, por años hombre del ILDIS y Jorge Lazarte que dejó el curul de Constituyente para impartir cátedra en Francia.
La ecuanimidad de la que hiciera gala Carlos Mesa en sus esplendorosos años está quedando en el recuerdo. Canal 7, oficialista como casi siempre, ahora amplificando las voces masistas en una esquina y en la otra Valverde que en el caso específico de la noche del 23 de noviembre de 2007 contó una historia a partir de las últimas páginas de un capítulo de novela de anticipación (1984, Orwell), porque para comprender la razón del traslado de la Constituyente y actuar con honestidad ante las audiencias había que decir en primer lugar que el Comité Interinstitucional coludido con el poder cívico cruceño llevó las cosas hasta la exasperación durante tres meses, que ese mismo Comité organizó grupos de choque y que es tan tremendo y brutal o peor decirles "¡llamas vayanse al campo!" a unos indígenas y campesinos como sacrificar un par de perros para intentar amedrentar medialuneros en algún lugar de El Alto.
En Bolivia la mayoría de la gente ya no come vidrio y espero que el gobierno no cometa el error de presionar para sacar a Valverde como supuestamente lo habría hecho con Llobet. Es fundamental que un showman de sus características siga validando todas las noches la sacrosanta institución del pluralismo democrático, porque para ciertas alocuciones siempre hay remedios que compensan las carencias y los sesgos: Se puede ver "Que no me pierda" de John Arandia, el mejor talkshow de la televisión boliviana justamente por su profesionalidad y pluralismo propiciando la confrontación de ideas, se pueden escuchar los noticieros de la red ERBOL que contrarresta las versiones sesgadas que maquina la derecha televisiva, se puede escuchar al Cura Pérez con su enorme experiencia para poner a jugar en el terreno mediático a todos los actores de izquierda, derecha y a los supuestos centristas.
Lamento profundamente que las cosas en Santa Cruz no permitan voces disidentes, la dictadura informativa de la televisión privada parte del convencimiento de quienes detentan los medios, autonomistas constructores de un subcentralismo, porque de eso se trata la autonomía que pretende Costas, los cívicos y los logieros. Ahí sí que la presencia de Valverde es importante, se trata de aplicar el refrán de "en el país de los ciegos." Su programa es de derecha, pero su ropaje de izquierda lo hace aparecer casi como un comunista a los ojos de los fascistas que quieren la independencia cruceña.
El opinador ecuánime ha muerto, pero es fundamental que la derecha siga diciendo su palabra, sólo así quedará claro que aquí, por lo menos en el terreno de la libertad de expresión, no hay motivos para buscar fantasmas.

1 comentario:

Manu dijo...

Ni hablar lo has dicho todo!!

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