viernes, 11 de marzo de 2011

Que la DEA sí nos vea

Hay que hacer una coraza inteligente, sólida y abrumadora contra las estratagemas imperiales que siguen apostando a usar la cocaína y su tráfico ilegal como mecanismo de control político y territorial en el planeta. Hay demasiados Sanabrias en el mundo que permiten a los agentes de las deas, cias y usaids a hacer su trabajo con miras a una medalla y al reconocimiento por servicios patrióticos prestados a la Nación. Y también hay muchos tontos útiles que en su fugaz paso por alguna instancia de poder empiezan a disparar sin discriminar quienes son los enemigos históricos y quienes los aliados de siempre, por más críticos e impugnadores que estos puedan tornarse circunstancialmente.
Bolivia está distraída con los derrumbes y los miles que han quedado sin techo. El mundo estaba espectante por una deseada caída del dictador Kadhafi en Libia, pero con el terremoto del Japón, la catástrofe se hace planetaria, y el mundo sigue su marcha con ese afán obsesivo del Imperio de intentar recuperar posiciones luego del puñetazo recibido de Julian Assange y Wikileaks, que ahora se sabe, se nutrió de las infidencias de un joven soldado del Ejército de barras y estrellas, seguramente hastiado con urdimbres tenebrosas como las de Irak y Afganistán.
Europa todavía no sale de la crisis económica, mientras Berlusconi se folla jovencitas inmigrantes menores de edad y quiere recuperar a Kaká para el Milan. Sarkosy va en busca de su reelección y mientras el mundo árabe se sacude por los masivos movimientos sociales que claman por democracia, ahora tenemos, otra vez, que por más hipertecnologizado que un país sea, puede desaparecer con 9 puntos de sismo en la escala de Richter.
El planeta está revuelto, pero el Imperio no descansa en su despliegue de tramas para pringar a indeseables que estorban y han interrumpido sus planes por continuar controlando y benificiándose de los recursos naturales y humanos que saquean aquí y allá por las buenas y por los malas.

1 comentario:

Luis Mena dijo...

Dé o no dé, las hectáreas cultivadas con la sagrada siguen aumentando año tras año como obedeciendo una cruel ley natural, sin que se registren reducciones importantes; desplazando cultivos de alimentos lícitos y nutritivos; arruinando la fertilidad de las tierras otrora nobles productoras; e intensificando la asimetría de la economía del país.

Los productos derivados ilícitos continúan su expansión, ya que ahora el fármaco ya tiene fábricas en isutu para su cristalización.

La madurez también significa asumir la total responsabilidad de lo que nos acontece, pues es la única manera de accionar en forma libre. El momento que achacamos a otros nuestros males, los empoderamos de tal modo que ya no poder nosotros hacer algo por redimirnos.

El anverso del horror

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