martes, 24 de junio de 2008

Un nostálgico embajador humillado

Esteban Ticona, Director de la Academia Diplomática, me ha contado hace unas horas que en la transmisión televisiva de Unitel dedicada al referendum por el estatuto autonómico tarijeño, un ex embajador de nacionalidad chapaca había afirmado que lo que pasa hoy en la Cancillería es una humillación para los diplomáticos de su alcurnia y su recorrido, incluídas dictaduras militares y abrazos de Charaña.
Están perdiendo la paciencia los bien trajeados hombres del establishment y los buenos modales. Hace unos días me encontré en la cuadra del edificio del Congreso Nacional con el Embajador Armando Loayza Mariaca, ex canciller de la República, que me desconcertó con su "estoy bien...espectando como se derrumba todo poco a poco" ¿Qué te pasó Armando? ¿En qué gaveta guardaste tu buen humor y jovialidad para reemplazarlos por esta amargura impensable hasta hace poco en tí? Sigo. El ex videasta y psicólogo paceño, heredero de los chocolates Breick, Francisco Ormachea, me preguntó si estaba de acuerdo "con este cojudo" que gobierna Bolivia. Hice mutis, creo que fue lo mejor, porque hace diez años lo habría mandado bien a la mierda por la forma despectiva y despreciativa con que se refirió al indio presidente.
Afirmo y reafirmo que quisiera estar desclasado de la clase media, porque es esta la clase media que aborrezco y que me provoca verguenza, pero que felizmente me permite una certidumbre: Se está cayendo el viejo régimen como bien me comentó con gran lucidez y sentido crítico, Mauro Bertero, que ha dejado la política porque considera que ha llegado el tiempo de los otros.
Los otros, esos otros a los que ignoramos olimpicamente por décadas para hacer un país de mentiras, monocultural, forzada y exclusivamente mestizo, y a los que he escuchado, por ejemplo, en el programa televisivo "Palabra clave" sobre la nueva constitución, gran parte de ellos aymaras: Idon Chivi, especialista en justicia; Félix Patzi, sociólogo; el mismo Esteban Ticona, historiador. ¡Indios! Indios que se bañan! ¡Que han ido a la Universidad! ¡Que tienen maestrías y doctorados! ¡Indios, esos indios que ahora hablan desde la función pública o desde la cátedra universitaria, con criterios alternativamente certeros y equivocados como todos los seres humanos del planeta! ¡Los indios no sólo habían tenido alma sino también pienso, Cayetano Llobet Tabolara y compinches que mamaron de "consultorías" y gastos ocultos!
Lo siento por mi amigo el Embajador. Lo siento profundamente. Pensé que su racismo lo había escondido celosamente en el closet de sus fantasmas y su abolengo, pero no tuvo el más mínimo pudor para exponerlo en la vitrina de su medialunera vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé de como llega a la conclusión de que se trata de racismo, cuando la opinión emitidas por las personas citadas es de lo mal que se manejan las cosas.

Miguel Angel Sivila dijo...

Es cierto que Julio no menciona textualmente que ninguna de las personas nombradas en el artículo se haya referido de manera racista al presidente o al gobierno en general. Quizá lo dijeron pero no está citado, pero fuera de eso quizá el trasfondo esté en que cuando uno antes escuchaba hablar mal de algún gobernante, las expresiones eran: "cojudo", "hijo de ...",etc., quedaban ahí sin entrar en valoraciones de otro tipo. Para el caso por ejemplo, si el presidente no dice bien alguna palabra es un "indio ignorante" en vez de un ignorante a secas.

vh.ti dijo...

El hecho al final es que al blancoide y al mestizo que se cree un blancoide, tiene formas diferentes de ver los errores de su clan que son “errores” y las equivocaciones de aquellos que siempre han sido marginados que al equivocarse lo que hacen son “cojudezas” sin olvidar que si además es indígena son “cojudezas del indio de mierda”. Tarija tiene una logia tan impenetrable que ni casandote con chapaca o chapaco puedes ser parte pues siempre serás un “culateral” o un “arrimado” o un “méndigo de mierda que de una pegrada la sonsiau a la imilla pa que haga esa cagada”.

Pero como han demostrado los hechos, lo hace la historia pero no lo queremos ver, el racismo se ha vuelto hasta un patrimonio familiar en ciertas regiones del País, entre otras cosas el más emblemático representante de estas expresiones es la media luna añadida la “culta charcas” que además había sabido enseñar racismo I, II, III, IV y V además de dar un diplomado en “como parecerse a los animales de la juventud cruceñista” y una maestría también gratuita de “como humillar al indígena al estilo colonial”.

Estas manifestaciones hay que cortar de raiz, la situación en el país es por demás complicada, pero como hombre libres de pensamiento y de yugo debemos luchar contra este flagelo para evitar que en vez de judíos sean nuestros paisanos del campo los que terminen en fosas comunes.

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