sábado, 28 de junio de 2025

¿Étnicos o cívicos?

 

Las campañas electorales resultan escuálidas para quienes se toman en serio la línea de tiempo colonial, republicana y plurinacional. Cien días carajo. Un día carajo. Ni un día, ahora mismo. Se farrearon la plata de las empanadas, es decir, del gas. Quieren que seamos como Venezuela y Cuba. El modelo económico ha fracasado (firmado, Andrónico Rodríguez). Evo será candidato si o si, de lo contrario no habrán elecciones…¿De verdad creen que con este tipo de expresiones, con este coyunturalismo barato, se resolverán los problemas del país que tiene históricamente irresuelto el choque entre nación cívica y nación étnica? (“Rescoldos del pasado, Conflictos culturales en sociedades postcoloniales”, Javier Sanjinés, PIEB, 2009).

Impuesto el nuevo tiempo cotidiano a través de las redes socio-digitales, vivimos/soportamos la dictadura del aquí y ahora, prescindiendo del antes, del ayer, del pasado como acumulación de memoria, sentido comunitario e identidad. Todos los candidatos  están en el juego, llevados de las narices por la oligarquía tecnológica, incluidos aquellos que se precian de ser antiimperialistas hasta el tuétano, pero que usan las redes imperiales para hacer de las noticias falsas la narrativa que les permite sostenerse en el debate político.

Ese lugar común que dice que lo importante siempre queda pospuesto por lo urgente es en el que hoy día navegamos hacia el 17 de agosto de 2025. Todos, absolutamente todos los candidatos, neoliberales y nacional populares coinciden en que sin la asistencia del crédito internacional no habrá manera de controlar la economía, inyectando dólares al mercado, estabilizando los precios de la canasta básica de alimentos y regularizando  la provisión de combustible que permita recuperar la normalidad que permite el contar con diésel y gasolina, necesarios para un considerable espectro de las actividades productivas.

Las fórmulas para remontar este momento adverso de la economía nacional borran fronteras ideológicas. Unos acudirían al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional, los otros persistirían en que los grandes negocios pasan por tratar con China y Rusia, que no se meten en listas de comandantes y ministros, en tanto su pragmatismo no pasa por el intervencionismo en los asuntos internos de países dependientes como el nuestro. Esto significa que quedará otra vez pospuesta la discusión estructural de por qué no podremos tener otra cosa que estas dos bolivias a las que el ya citado Sanjinés caracteriza de la siguiente manera: “Las concepciones de nación cívica  y de nación étnica deben ser consideradas como dimensiones problemáticas de un mismo fenómeno: la construcción del Estado-nación. La búsqueda de una ecuación entre ambas nociones, entre, por una parte la nación como una comunidad política de ciudadanos, y, por otra la nación como una mezcla de culturas, fue en el pasado y sigue siendo hoy, una lucha constante en el imaginario político de las sociedades latinoamericanas."

Lo cívico, tal como lo señala la práctica del Comité Pro Santa Cruz es negación de lo diverso y potente expresión racializadora, mientras que lo étnico trae lo ancestral, lo originario, como marca del pasado-presente que se transfiguran en un solo tiempo: Aymaras, quechuas, guaraníes y todos los pueblos indígenas desde el antes, desde siempre y con marca distintiva en el ahora debido a la constitucionalización de esa “mezcla de culturas” a la que se refiere Sanjinés y que se traduce en la puesta en vigencia del Estado Plurinacional.

En otras palabras,  este asunto hace a la esencia de los orígenes de lo boliviano, antes y después de la fundación republicana, y fueron el MNR el siglo pasado (Revolución de 1952) y el MAS-IPSP en sus dos primeras gestiones gubernamentales, las únicas dos expresiones políticas en nuestra historia que se tomaron en serio la reorganización de la sociedad desde la mestización de lo indígena (campesinos) y desde la inclusión a la ciudadanía desde lo originario campesino con resultados que a ojos vista resultan inacabados, imperfectos y que mantienen dicha cuestión nacional medular en la suspensión contínua de su tratamiento. El político que no quiera entender que Bolivia es un país de indios, nunca entenderá la esencia identitaria del país, y como consecuencia, seguirá funcionando con la insuficiente lógica de la receta economicista.

El Estado Plurinacional es un proceso inacabado y un proyecto político interrumpido por la división y la autodestrucción, crisis que por supuesto los agentes del capital transnacional culturalmente uniformizante están aprovechando para recuperar el poder estatal que perdieron hace ya más de dos décadas.

Si los muy poco letrados políticos bolivianos y varios de ellos, enemigos del pensamiento y de la memoria, leyeran “El espejismo del mestizaje” (2004) y el ya citado “Rescoldos del pasado” de Javier Sanjinés, profesor asociado de Literatura Latinoamericana y de Estudios Culturales en la Universidad de Michigan, EE.UU. podrían comenzar a salir del estado de ignorancia sobre su propio país en el que deambulan desde hace por lo menos cuatro dècadas.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 28 de junio

miércoles, 25 de junio de 2025

La película que no será


 

En lugar de endilgarles la culpa a los que menos culpa tienen, los operadores del evismo, del androniquismo y del evismo-androniquismo podrían comenzar por hacer un mea culpa acerca del desastre nacional al que nos ha conducido el caudillo de Isallavi-Orinoca, dejando por un minuto en la antesala del psicoanalista los atuendos de sacerdotes y sacerdotisas de esa iglesia fundamentalista instalada en los dominios chapareños y desde la que se vienen urdiendo marchas, bloqueos, amenazas, ultimátums y noticias falsas de todos los tamaños.

Los caminos por los que ha decidido transitar Evo Morales desde que decidiera quebrar la bancada masista en la Asamblea Legislativa Plurinacional (septiembre, 2022), nos llevan por rutas y estados de ánimo de diversa sintomatología, todas ellas de consecuencias nefastas. En primer lugar, a quienes creímos en el y votamos desde 2002 para que fuera presidente, nos produce lástima y decepción desde que apostó por la enajenación de convertirse en presidente vitalicio. A continuación nos provoca indignación porque entre las cosas que dice a diario desde su guarida de Kawsachun Coca y las que verificamos en la realidad, hay un basural de diagnósticos delirantes, burdas mentiras y acusaciones en forma de calumnias e injurias.  Finalmente, las últimas acciones decididas por su maltrecha figura que va desde la debilidad por las menores de edad hasta la demagogia más grosera, nos generan impotencia: Jovencitas abusadas y silenciadas con la maquinaria del poder y policías asesinados en Llallagua que fueron enviados para reestablecer el orden y la calma en plan de superar el bandidaje a sueldo promovido para generar el caos suficiente que precipite la renuncia del presidente Arce y del vicepresidente Choquehuanca.

Esta horrible película en formas de pesadillas varias pudo haber sido otra si Evo hubiera aceptado las reglas y estilo de juego que pretendía Luis Arce para su presidencia. Si en lugar de boicotearlo desde el primer día de campaña electoral y desde el primer día de su gobierno, hubiera aceptado su rol de conductor del MAS-IPSP superando las obsesiones a las que lleva creerse lo que uno ya no es ni puede ser: Evo se hizo presidente imaginario desde el 8 de noviembre de 2020 y así comenzó la caída libre. Quitado Choquehuanca del camino –un indio por otro indio suponía el acabose político de Evo-- , si a Arce le iba medianamente bien como le fue en el combate al Covid-19, Evo hubiera tenido que olvidarse de pensar en el retorno a la silla y como tal cosa era inconcebible, puso a funcionar a su puñado de tirasacos para que lo ayudaran a sabotear al gobierno que el mismo había gestado, hasta que quedara hecho astillas.

Evo hizo de Andrónico un obediente operador que desde la presidencia del Senado cumplió con las instrucciones de sabotear al Ejecutivo y hoy día, como buen aprendiz de demagogo culpa al gobierno por la crisis económica, se estrella contra el presidente Arce cada que lo considera necesario achacándole todos los males que padece el país, cuando el inicio del desmoronamiento de la estructura política nacional popular fue decidido por su jefe eterno para a continuación culpar al presidente saliente por la crisis multifactorial de carestía de combustibles, encarecimento del costo de vida y desaparición del dólar de los mercados nacionales.

La película deseada para la fase 2020-2025 pasaba por facilitarle la vida a Arce para que pudiera encarar sin obstáculos y con fortaleza política la mano pesada que se nos venía encima. Solamente con abstenerse de pretender meterle mano al gabinete ministerial y de no dar directrices invasivas para el funcionamiento del Ejecutivo, Evo se habría situado en posición de liderazgo acompañante y de solidaridad ante la cruda realidad de la duplicación de los precios de la canasta de alimentos y la subida del dólar de 6.96 a 15, 17 y hasta 20 bolivianos. Si así se hubiera procedido, el MAS-IPSP seguiría siendo uno solo y batallando en unidad y fortaleza contra la crisis y evitando el acrecentamiento de expectativas de retorno de cualquiera de los candidatos de la derecha de los que hasta ahora no se conoce una aggiornada visión de país que ha cambiado con la incorporación de las clases subalternas y los pueblos originarios a la vida ciudadana de Bolivia.

Evo no quiso esa película. Se deshizo de Eva Copa y esta le contestó con un triunfo de sesenta y pico por ciento de votos para ganar la Alcaldía de El Alto. Atacó a Del Castillo con esa misma mala onda y sin fundamentos, y este hizo tabla rasa para acabar con las mini unidades de negocios narcotraficantes en el Chapare logrando records que superan largamente los números obtenidos por sus antecesores. Y en lugar de dejarlo volar sólo, sujetó a Andrónico de los cojones para que nunca pudiera ser el mismo y no más muñeco de ventrílocuo. De esta manera, Evo trituró el instrumento político que con tanto sacrificio se construyó en casi tres décadas. Eso sí, a todos lo que creímos en el nos amenazan por las calles y plazas del conservadurismo llamandonos masistas de mierda.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 14 de junio 

Ídolo de barro

 

El año pasado le pregunté a un académico cochabambino a través de un audio de whatsapp si sabía quién había promocionado un viaje de Andrónico Rodríguez a Colombia, considerando que en calidad de asesor del Presidente del Senado, seguramente tenía claridad y precisión sobre el asunto. La respuesta que me dió tenía forma de pregunta: “¿Qué has estado fumando?”.  De esta manera me quiso decir que de asesor de Andrónico no tenía nada, y mi replica fue terminante en sentido de que nada más le estaba haciendo una pregunta periodística. Para fines de contextualización, el académico en cuestión si fuma, vicio universitario que felizmente dejé atrás hace cuarenta años.

Resulta que hace unos días, recibí la información de que el fumatérico investigador encabeza un grupículo que podría denominarse “Los adoradores de Andrónico” que suena más como nombre de una banda musical que forma parte del Alba carnavalera de Oruro. Pues bien, este grupo de profesores, asesores o como quieran llamarse, que probablemente se reúnen en alguna sajra hora para elucubrar acerca de las tareas del nuevo predestinado, ha decidido convertir en Dios al también Vicepresidente de las seis federaciones de campesinos cocaleros del Chapare, al que parece haberse inducido a buscar una carrera presidencial cual si fuera el ídolo del sueño del rey Nabucodonosor sobre una estatua gigante con cabeza de oro, torso de plata, caderas de bronce, piernas de hierro y pies de barro cocido.  Andrónico, según estos idolatras, podría tener una cabeza dorada, pero en lo que todavía no parecen haberse fijado es que efectivamente tiene unos piececitos hechos de adobe de mala calidad, en tanto los pasos que ha dado hasta ahora para buscar la candidatura presidencial se han caracterizado por la incoherencia y la improvisación.

Una o dos encuestas que lo situaban en el primer lugar de las preferencias electorales realizadas en el primer trimestre del año, inflamaron la testa de Rodríguez que brega por tener personalidad definida, pero que lleva un marca pasos que le hace funcionar el corazón evista. Entre querer ser el mismo y batallar por no ser tachado de traidor, Andrónico es un androniquista-evista o un evista-androniquiano, es decir un artefacto político perjudicado por esa mal entendida lealtad que lo llevó a pactar con la derecha para continuar como presidente del Senado (2024 – 2025) y ejecutar implacablemente el bloqueo de créditos (1800 millones de dólares dormidos en la Asamblea) y el sabotaje contra el gobierno de Luis Arce, para finalmente llegar a decir su única frase resonante: “Este modelo económico ha fracasado”.

Lo que no dice hasta ahora Andrónico es en que consiste el ideario político que sustenta su lanzamiento. Por qué cree un deber, ser candidato presidencial. Con que estructura partidaria cuenta. Cuál podría ser su programa de gobierno. Quiénes lo acompañarían en su desafío para contar con una bancada parlamentaria sólida, resistente y proactiva. Lo que sí ha mostrado el hasta ahora proyecto de candidato es falta de  sentido de previsión al lanzarse a los brazos del Movimiento Tercer Sistema (MTS) de Félix Patzi, a pesar de haber sido prevenido de que la sigla confrontaría problemas debido a las arbitrariedades y abusos de tufo patriarcal cometidos por el ex ministro de Educación y ex gobernador de La Paz. Dicho y hecho, el partido de Patzi ha quedado fuera de la carrera electoral y ha dejado a Andrónico a la intemperie que ahora va en busca del zigzagueante Johny Fernández que ya ha afirmado que se tomará su tiempo para decidir que hará con su UCS…hasta julio!

 “Cuidado con hacer de Andrónico otro caudillo” (8 de febrero de 2025) escribí en esta columna. Y le metieron nomás. Al más puro estilo. Le dicen que está elevado a unas alturas desde las que no tiene por qué descender para hablar con el común de los mortales, mientras émulos de Elon Musk le auguran convertirse en la mejor oposición de izquierda y el continúa emperrado en que el “arcismo” ha llevado al país hacia este momento crítico, cuando el mismo se convirtió en parte del problema al sabotear al gobierno nacido de su misma entraña partidaria y al persistir en convertirse en un mini Dios que ama y teme al Dios mayor, pero que como no puede ser candidato (no tiene sigla y está inhabilitado), le toca a el tomar una posta que nadie le entregó.

Los politólogos de TV, esos que abrazan la exposición pública por sobre todas las cosas, y algunos otros que se autodefinen como “intelectuales de izquierda” han hecho de Andrónico Rodríguez un empaque político de diseño llamativo, digamos una atractiva cáscara fabricada desde el marketing y las encuestas,  pero que vistas las cosas hasta aquí, no es nada más que el resultado de una engañosa estrategia desde la que se ofrece humo en cajitas de fósforos. Andrónico, que sepamos, no ha dejado de ser militante del MAS-IPSP, es precandidato no se sabe de qué partido y ha sellado con su errática conducta la división del bloque popular. ¿Qué has estado fumando? podría preguntarle su asesor mayor.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 30 de mayo

 

Martes 13

Estaba a una semana de cumplir noventa años, pero su energía fue tan extraordinaria que le cambió el sentido supersticioso al martes 13 para dejar de respirar por la tarde de este día como nos lo había anticipado hace algunos meses. El Pepe Mujica ha tenido una vida tan extraordinaria y tan abrazadora de la humanidad que hasta parece habernos advertido que así lo haría, que se moriría el día de la mala suerte, para convertir el momento de su fallecimiento en un día de celebración de todo lo que fue su vida junto a Lucía Topolansky, su compañera de lucha y lecho, con la que compartieron su sencilla casa de campo de Rincón del Cerro, situada en las afueras de Montevideo.

Se ha recibido con serena tristeza la noticia de la partida de este maestro de la vida, de este padre de la esperanza vital, de este comunista bueno y lúcido como ninguno en América Latina, que certifica que el comunismo pudo haber sido distorsionado por la enajenación a la que puede conducir el ejercicio del poder, pero que comunistas como este Pepe Mujica nos recuerdan que pensar la vida como la comunidad humana que debiéramos ser, nos hace personas de entrañas con alma, personas que militamos en la diversidad de  tiempos y pueblos, aquellos milenarios que nos trajeron hasta aquí, y aquellos otros que se reinventan en la vorágine de la contemporaneidad.

Ha partido este uruguayo del mundo, pero no se ira de ese infinito Nosotros desde el que alguna vez pensamos  que cuando fueramos grandes debiéramos ser como el Pepe Mujica. Para decirlo en el sentido argentino del término, muchos ya estamos grandes, de sesentones para arriba y en estas nuestras edades hechas de memorias persistentes de sensibilidad, recordaremos escuchando una y otra vez a este que se convirtió en gran influencer de las redes sociodigitales con su palabra cargada de una filosofía de la cotidianidad para comprender el sentido de lo humano.

Ese mismo martes 13, como si se tratara de un homenaje subliminal a Mujica en el día de su partida, Luis Arce Catacora, en horas de la noche, informaba que había decidido declinar a su repostulación a la Presidencia para las elecciones previstas para este 17 de agosto de 2025. Invocó a la unidad como tantas veces lo hiciera Fidel Castro defendiendo la revolución cubana y su “sentido de momento histórico”. Ya lo había hecho David Choquehuanca en 2020, bajándose de una candidatura pedida por las organizaciones sociales, cediendo el paso al  propio Arce, en aras de la preservación del MAS-IPSP como fuerza política monolítica del bloque popular y ahora le tocaba al presidente-candidato que mayor cantidad de votos obtuvo en la historia electoral de Bolivia (3 millones 393.978 mil bolivianas y bolivianos votaron por el).

Arce se bajó de la candidatura el día de la partida del Pepe y sus casi cinco años en el ejercicio  presidencial nos recordaron esa otra cara de la condición humana, esa repleta de obsesiones personalistas, odio incontenible, calumnias por doquier y otras bajezas que tomaron forma de sabotaje persistente contra una gestión gubernamental asediada por los delirios de Evo y la obsecuencia evista que un día decidió convertir al que hizo candidato en su principal enemigo, en el espectro de sus pesadillas, en la personificación de la traición, en el blanco perfecto para, incluso, cerrar acuerdos con los partidos de la derecha en la Asamblea Legislativa Plurinacional. A propósito de esto el Pepe Mujica fue terminante el 29 de noviembre de 2024: “En la vida hay un tiempo para llegar y otro tiempo para irse (...) Lo de Evo es inconcebible”.

Arce ha optado por una dificilísima decisión que se explica con una frase alguna vez pronunciada por el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan: “La democracia es un tranvía, cuando llegas a tu parada, te bajas.” Pues bien, Arce decidió bajarse luego de haber soportado cinco años de sabotaje a partir del rompimiento de la gobernabilidad que desde la Asamblea Legislativa decidieron senadores y diputados alineados con el evismo y que dió lugar a una gestión diariamente boicoteada, envilecida por los peores instintos que convertían al ex compañero en enemigo irreconciliable. Con esta decisión, Arce ha demostrado que jamás le interesó que se gestara el arcismo en el MAS-IPSP, que estaba muy lejos de su horizonte de vida pretender un culto a la personalidad con el que comenzó a destrozarse al instrumento político del bloque popular, erigiendo a Evo en deidad.

Hay evismo alentado por un puñado de fundamentalistas, no hay arcismo y ojalá que no haya androniquismo y que comience a discutirse en profundidad la necesidad de  eliminar de la estructura jurídico constitucional la reelección, estableciendosé una sola gestión para cualquiera que llegue a la Presidencia como hizo el Pepe Mujica que con un solo mandato (2010-2015) como presidente del Uruguay, tuvo suficiente tiempo para incidir con su palabra orientadora que trascendió fronteras: Un presidente puede optar por el camino de intentar seguir influyendo buenamente en su país y más allá, considerando que por su finitud, el ser humano está hecho de entradas y salidas mientras habite los tiempos y espacios de esta vida.  

 



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 16 de mayo

¿Étnicos o cívicos?

  Las campañas electorales resultan escuálidas para quienes se toman en serio la línea de tiempo colonial, republicana y plurinacional. Cien...