jueves, 14 de agosto de 2008

Voté por Evo, votaré por Evo

He entrevistado una sola vez en mi vida periodística a Evo Morales. Fue cuando hacíamos "Comenzando el día" junto a Perico Pérez, Freddy Morales e Ivon Palenque en canal 4.
La segunda vez que tuve contacto con él, le entregué un conjunto de DVD con las transmisiones televisivas completas del 22 y 23 de enero de 2006 cuando asumió la presidencia (a los pocos días Alex Contreras me sacó del cargo de gerente del canal estatal), y esto se produjo el día en que el flamante primer mandatario salía del acto de premiación a Antonio Miranda Solíz en la Asociación de Periodistas de La Paz.
La tercera y última vez fue en el Salón de los Espejos el 23 de enero de 2007 cuando dirigió palabras de bienvenida al segundo gabinete que había posesionado minutos antes en el hall central del Palacio de Gobierno.
Dicho en concreto, nunca he conversado con Evo y solamente lo haría si la oportunidad periodística lo permitiera. Eso sí, cuando formaba parte de "El Pentágono" televisivo de P.A.T.en 2002 puse en aprietos a Mario Espinoza, el amigo de Carlos Mesa, al preguntarle por quién había votado en las elecciones presidenciales y respondío con el paraguas del voto secreto. Le repliqué que yo había votado por Evo Morales. ¡Qué horror, un periodista desnudando sus preferencias políticas!
En 2005 volví a votar por él, en el referéndum para la Asamblea Constituyente voté por el MAS y acabo de votar por el Sí en el referéndum revocatorio, lo que me hace parte del 67 y fracción por ciento con el que el ratificado presidente les tapó la boca a sus detractores.
El profundo cambio que necesita Bolivia pasa por Evo Morales. Cuando ese proceso esté consolidado, las nuevas bases estatales estén asentadas y este sea el país de absolutamente todos los bolivianos, solo entonces, seguramente, las transformaciones adquirirán dinámica propia. Por ese voté por Evo y volvería a votar por él, a sabiendas de sus debilidades, de sus defectos, de sus cataratas discursivas cuando la euforia sindical le gana al reposo que cualquier estadista necesita para dirigirse al país.
Creo en la autenticidad de Evo. Ese es su valor fundamental. Dice y hace exactamente lo mismo. Sus palabras testimonian los hechos, y sus acciones son certificadas por sus alocuciones de tinglado. Evo es un presidente de masas, es un presidente que gobierna en las calles y ahí reside la diferencia con copetudos como Goni que gobernaba desde su bicicleta estacionaria celular en mano,combatiendo las gorduras de una vida opulenta, en su residencia de Obrajes.
Como inteligentemente dijo Julieta Paredes en el programa de TV que vine haciendo sobre el Referéndum Revocatorio, ser de clase media es una elección socio-económica y esa clase media de la que formo parte y a la que me resisto...gran parte de ella votó por Evo. En buena hora. Eso significa que por fin los "inteligentes" del país saben que es mejor ir hacia adelante con todas las imperfecciones y tropiezos que esto significa que retroceder a los tiempos del reparto del poder.
Voté por Evo y si se habilita constitucionalmente la reelección, seguro que volveré a votar por él, en tanto su compromiso con la gente siga intacto y se fortalezca conforme transcurren los días.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No voté por Evo y tampoco lo haría en el futuro. Igual que nunca voté por el MNR, a pesar que en determinado momento tenía el mejor candidato a alcalde en mi pueblo (Camiri).El Doctor (así pidió que lo llamen) Juan Evo Morales es Presidente de Bolivia gracias al ejercicio de la democracia, y fue ratificado con el voto (algunos cadáveres de por medio) mayoritario. Por lo tanto, independientemente de mis apreciaciones sobre su (mal) gobierno, debe cumplir su mandato de acuerdo a la Constitución vigente y de acuerdo a la misma debe haber la alternabilidad democrática, es decir, puede ser re-elegido luego de un periódo constitucional. Lo lamentable es que Bolivia, una vez más, se sumerge en el caudillismo, donde todo lo que diga el máximo líder debe ser seguido o adulado sin importar si es contrario a las leyes vigentes ("si es ilegal le meto nomás"). Un caudillo más (uno de tantos). ¡Que ahora gobierne para todos los bolivianos, no solo para su adeptos!.

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