jueves, 2 de enero de 2025

La inocencia nunca nos vale

 

En tiempos de redes sociales y de fiebre tiktokera los orígenes de hechos históricos trascendentes se han perdido irreversiblemente en la noche de los tiempos. Para los que no lo saben, el día de los Santos Inocentes recuerda la persecución de Hérodes contra un niño recién nacido llamado Jesús que había sido nombrado rey de los judios. Herodes, rey de Judea, decidió que, luego de adorarlo hipocriticamente anoticiado de su nacimiento, había que matar a Jesús para eliminarlo de la faz de la tierra y para tal cometido el camino más seguro era emprenderla contra todos los niños menores de dos años, de tal manera que el margen de error para cazar al Mesías se redujera a cero, pero que terminó convirtiéndose en un error absoluto: Protegido por sus padres, Jesús escapó a Egipto y permaneció allí hasta la muerte de Herodes que había matado a quienes no eran el que buscaba. Desde entonces, la humanidad recuerda cada 28 de diciembre, tres días después de la noche buena del nacimiento, el día de inocentes que con el transcurso del tiempo se ha convertido en el especial momento del año para gastarles bromas a quienes resbalan en ingenuidades de engullirse cualquier caramelo.

En el último lustro, el día de inocentes en Bolivia presenta datos significativos: El 28 de diciembre de 2019, Luis Fernando Camacho se hizo viral cuando en rueda de amigotes y cómplices de la conspiración contra el gobierno de Evo Morales, dijo que había sido su papá el que había conversado con militares y policías para que “no salieran”. Traducción: Para que se dieran vuelta contra el orden constituído y de esa manera aceleraran el derrocamiento del gobierno masista, lo que da lugar a concluir que en día tan simbólico, los culpables confesos ya insinuaban a jugar a inocentes y heroicas palomas.

 Un año después (2020), el flamante gobierno de Luis Arce, promulgaba la ley 1357 del impuesto a las grandes fortunas: Los culpables de la explotación histórica de los  trabajadores se enteraban que nacía un tributo especial sobre sus privilegios precisamente en el día de inocentes.

 En 2021, exactamente en la misma fecha, el gobierno informaba sobre la llegada de 1.965.600 vacunas donadas por los gobiernos de Alemania y España y de esta manera se sumaba un total de 6.735.140 millones de dosis que permitieron combatir el covid – 19.

Exactamente tres años después de haber fanfarroneado acerca de las habilidades persuasivas de su papá, precisamente un 28 de diciembre, el mismo Luis Fernando Camacho era capturado en un operativo de características hollywoodenses por la Policía Boliviana por acusaciones en el llamado caso Golpe de Estado I que desde entonces mantienen privado de libertad en el penal de Chonchocoro al jefe de Creemos y gobernador de Santa Cruz suspendido de sus funciones. Aquél día no faltaron, quienes prevenidos por la fecha, creyeron que se trataba de una de las bromas del día que generalmente termina con el cliché de “la inocencia te valga” para dejar en claro de que se trataba de una mentira. Quedaba claro que en el día de inocentes, el ministerio público se hacía cargo de un presunto culpable por delitos cometidos en el marco de la sucesión inconstitucional de Jeanine Áñez.

Y el 28 de diciembre de 2023, hace exactamente año, antes de que feneciera legalmente su período reglamentario en funciones, el Tribunal Constitucional Plurinacional emitió la sentencia 1010 con la que se inhabilitó a Evo Morales para ser candidato presidencial en futuras elecciones. Tampoco era una broma de inocentes, aunque para el ex presidente pareciera que sí, porque habla todos los días como si tal inhabilitación fuera sólo producto de la imaginación de todos aquellos que a lo largo de por lo menos tres décadas, han deseado que lo partiera un rayo. En este específico caso no queda en el escenario un solo inocente, ni Evo Morales que se benefició con una ilegal habiltación como candidato presidencial en 2017, y menos los miembros del Tribunal Constitucional que contradiciendo su decisión de seis años atrás, le quitaban a Evo el “derecho humano” de ser candidato las veces que se le pegara la gana.

Como acabamos de revisar, hay circunstancias en que las casualidades y las causalidades se parecen y  eso de haber convertido una masacre de niños en una fecha festivalera y de torneos acerca de quién inventa la mentira más creible, no es otra cosa que el resultado de una práctica de la edad media en que los jóvenes clérigos celebraban la fiesta de los locos en clave carnavelera e irreverente.

Lo más probable para los militantes camachistas es que la detención de su líder era una broma de mal gusto, propia del día de inocentes y por eso incendiaron el edificio de la Fiscalía Departamental, situada a pocos metros del Cristo Redentor, ese al que Herodes persiguió para matar, pero que astutamente protegido fue puesto a buen recaudo. Nos queda claro entonces que eso de que “la inocencia nos valga” es una trillada frase impuesta por costumbre, pero que poco tiene que ver con la realidad. Está claro que para Camacho, Evo y otros actores del escenario público la inocencia no nos puede valer, y menos la culpabilidad.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 28 de diciembre de 2024

Pepe Mujica, el indiscutible

 

A 54 años de haber sido rodeado por la policía en el bar La Vía de Montevideo junto a sus compañeros del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, portando una Colt 45, José Alberto Mujica Cordano, luego de sus turbulentos años de guerrilla y privación de libertad (1972 – 1985), ha podido demostrar que en un país que luego de superar la dictadura de los 70, existían posibilidades de hacer lo que el periodista Mauricio Rabuffetti ha definido como una revolución tranquila.

Uruguay es un país del que se dice hoy posee una democracia aburrida, que el día de las elecciones presidenciales no reviste un carácter especial, porque ciudadanos y ciudadanas han aprendido a asumir los cambios de gobierno con la liviandad que se asume el paso del otoñó hacia el invierno o de la primavera hacia el verano, y esto se nota más cuando el Frente Amplio debe dejar el poder para el regreso de la derecha, o lo contrario, como acaba de suceder con el triunfo de Yamandú Orsi, el nuevo final de la derecha para el retorno de la izquierda al poder de la que el Pepe Mujica es guía y símbolo, piedra y camino como dice la zamba de Atahualpa Yupanqui.

Sin proponérselo, sin buscar reconocimiento, medallas o algún bronce en alguna plaza principal, el Pepe es hoy el faro que no sólo nos guía hacia la reconciliación con el sentido profundo de la cotidianidad simple y austera, sino que se ha erigido en el salvador de las voces disidentes que desde la izquierda y sin lugar para la traición, reniegan y rechazan frontalmente prorroguismos y obsesivas prácticas estalinistas.

Mientras los medios de comunicación del establishment bailan al ritmo que imponen millonarios fascistoides puestos de moda por las redes sociales y que saltan a la política para preservar sus inmensos patrimonios, y en lo posible acrecentarlos, producto de la despiadada explotación a la que conduce la acumulación capitalista, desde su casa rural de Rincón del Cerro, el presidente más internacional de la historia de su país, el “terrorista” que cambió los fierros por el poder de la palabra, la emprende contra Maduro, Evo Morales, Daniel Ortega y contra Cristina: “La vieja Kirchner está al frente del peronismo jodiendo, en lugar de dejar a las nuevas generaciones; ¡cómo le cuesta largar el pastel!”.

Mujica critica a diestra y siniestra, al capitalismo y a su peor dispositivo, el consumismo, y a los que se consideran de su mismo riñón ideológico, con la honestidad intelectual y la rectitud que lo ha caracterizado como servidor público y no hay quién salga a contradecirlo o siquiera a contestarle timidamente. Lo ha demostrarlo hace un par de semanas con los líderes políticos aquí citados, y todos los aludidos optaron por refugiarse en la prudencia del silencio, simple y sencillamente porque no hay manera de rebatir a este líder empoderado no por el dinero y la fama, sino por la descomunal autoridad moral que le ha dado su paso por la vida pública como Senador, Ministro y Presidente de la República Oriental del Uruguay.

El Pepe no lo sabe, pero su palabra está salvando a todos y todas quienes en los últimos tiempos fueron tachados de traidores y vendidos al imperialismo norteamericano, por la sencilla y transparente pretensión de reclamar democracia interna y renovación partidaria para la construcción de un proceso político que hoy día en Bolivia ha quedado abollado desde la cabeza hasta los pies debido a una feroz campaña de erosión al interior del partido más grande con el que cuenta hoy el país desde principios de este siglo XXI. “Lo de Evo Morales en Bolivia es inconcebible” ha dicho Mujica y Evo Morales, chitón, no le quedó otra que mirar para otro lado. Y lo de Daniel Ortega que originalmente fue concebido para combatir la dictadura de Somoza en Nicaragua es “monstruoso” ha afirmado el Pepe sin que desde Managua haya salido una sola palabra de respuesta.

Con apenas tres millones cuatroscientos mil habitantes, Uruguay es el ejemplo atípico por virtud de nuestro Continente en el que un presidente ha sido capaz de imponer el discurso de que las drogas no son un asunto policiaco, sino de salúd pública, y en ese marco, los uruguayos pueden comprar marihuana respaldados por la ley. En ese trayecto de vida, sin hijos, pero con una compañera de lucha y lecho como Lucía Topolansky, también Senadora por el Frente Amplio, Mujica acaba de vencer un cáncer y en mayo de 2025 cumpliría 90 años. Saber de el, y escuchar su palabra lúcida, percatándonos de asuntos que se caen de obvios, pero que con sus reflexiones alcanzan categoría de irrefutables, nos ayuda a no perder la esperanza y la vocación de lucha, esa con la que se camina hasta la tumba cuando las convicciones colectivas logran superar las tentaciones surgidas de la vanidad individualista.

Mujica ha sentido que está cerca de marcharse de este mundo. Los que sabemos quién es y sabemos cuan orientadora es su palabra, estamos seguros de las palabras labradas en piedra y son precisamente esas palabras las que nos ofrecen la certeza de que el Pepe no se irá nunca. Es parte de nuestro patrimonio humano inspirado en eso de que es mejor tener gobernantes que privilegian y saben repartir para abajo.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 14 de diciembre de 2024

 

 

Un hincha en la línea de cal

 

La memorable escena de “El Secreto de sus ojos” (Juan José Campanella, Oscar a la mejor película extranjera 2009) basada en la novela de Eduardo Sacheri (La pregunta de sus ojos, 2003) explica la mentalidad del asesino de una mujer al que persiguen Benjamin (Ricardo Darín) y su ayudante Sandoval (Guillermo Francella). El autor del crimen es hincha de un club de fútbol y en ese contexto nos encontramos con la siguiente brillante conclusión: “¿Te das cuenta, Benjamín? El tipo puede cambiar de todo —le dice Sandoval, mientras se aproxima—: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín: no puede cambiar de pasión.”

Sandoval es un ayudante de juzgado presa de su afición por el alcohol que consume sin límites en un bar cualquiera de Buenos Aires, debilidad que no le impide desarrollar su lúcida capacidad deductiva y resulta que la pasión de la que habla se llama Racing Club de Avellaneda. De esta manera, Benjamin y Sandoval han detectado la pista perfecta que conducirá a atrapar al escurridizo asesino nada menos que divisandoló en la tribuna del estadio en el que está jugando el equipo de sus amores contra Huracán, esa pasión con la que un hincha de fútbol de pura cepa está dispuesto a ir hasta la tumba.

El asesino es de Racing, pero resulta que el actor que encarna a Sandoval es en la vida real también declarado hincha de la academia de Avellaneda, así como para los cultores de leyendas urbanas lo fue el Gral. Juan Domingo Perón, aunque la historia se encargó de aclarar que en realidad era de Boca, cosa que no impidió que el llamado Cilindro llevara el nombre del caudillo argentino que en su condición de presidente de la nación, fue el principal propulsor del estadio inaugurado el 03 de septiembre de 1950.

El fútbol es pasión en todas partes, pero en Argentina es un rasgo distintivo que se reconoce en sus impresionantes hinchadas que saltan y cantan durante los noventa minutos de cada partido. Se han erigido en una expresión socio cultural que ha llevado a muchos a concluir, que no hay mejor público para cualquier espectáculo de muchedumbre en América Latina que el argentino y en este caso, con el añadido de que la camiseta de la academia de Avellaneda que adoptó los colores de la enseña patria, sirvió de inspiración para que la selección nacional copiara el diseño albiceleste con franjas verticales. 

El recuerdo de la película de Campanella se conecta con la manera en que se comporta en la línea de cal, Diego Simeone, el Cholo, entrenador del Atlético de Madrid desde hace trece años. Grita, gesticula, se lleva las manos a la cabeza, putea al arbitro, festeja los goles como un descosido. Otra coincidencia: resulta que el Cholo Simeone terminó su carrera como futbolista en Racing (2006) e inició su andadura como técnico en el mismo club una semana después de haber colgado los botines.

Pero si el Cholo es tan sanguíneo a la hora de saltar al Wanda Metropolítano para dirigir los partidos del Atlético de Madrid, Gustavo Costas ha superado en fervor y pulsaciones a todos sus colegas del planeta entero. Se para en la línea de cal  en el rectángulo previsto para uno de los entrenadores en el campo de juego, pero aguanta quieto apenas unos segundos, porque lo suyo es correr, gritar, saltar,  taparse la cara cuando uno de los suyos no la emboca y extender los brazos con vista al cielo cuando Juan Fer Quintero, Adrián Maravilla Martínez, Gastón Martirena o Roger Martínez anotan. Costas es un hincha más que contagia a su equipo como una fiera suelta al borde del campo de juego. Vive los partidos como uno más de los racinguistas instalados en las tribunas. Su pasión –bendita pasión dirían los creyentes -- emociona, contagia y confirma una autodefinición en que la euforia parece no conocer límites: “Primero soy de Racing, después soy argentino”, es decir la patria es la camiseta antes que la bandera.

Para poder darse la ilimitada licencia de ponerse en escena como el primer hincha del club (mascota, jugador, entrenador del club en distintos tiempos, toda una vida), Gustavo Costas tiene que ser tranquilo, cerebral y medido tal como lo atestiguan jugadores como Maximiliano Salas que cuentan lo distinto que se muestra en las prácticas durante la semana. Lo confirman sus hijos, Gustavo y Federico que forman parte del cuerpo técnico de la academia y subrayan que su padre es un profesional que trabaja la táctica con el rigor y la experiencia que le han dado los años dirigiendo en Paraguay, Ecuador, Colombia, Perú, Chile y Arabia Saudita.

En un video de principios de año, se escucha a Costas junto a su equipo de trabajo decir cómo y con quienes jugará el equipo. Transcurridos diez meses, Racing jugó como lo había concebido su conductor y así acaba de ganar la Copa Sudamericana. Que lección esclarecedora: Como el Sandoval de la película de Campanella hay que cultivar la pasión, pero para que esa pasión pueda desembocar en felicidad, pensar primero y hacer las pausas necesarias para las acciones futuras, son condiciones previas e imprescindibles. Pareciera que en Gustavo Costas, corazón y cabeza son una misma cosa.




Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 30 de noviembre de 2024

 

La bendición católica del golpe de 2019

 

¿Quién convenció a Jeanine Áñez para que no se le pasara por la cabeza que su temeraria decisión de asumir la presidencia del Estado no tendría consecuencias jurídico legales? ¿ Quién le hizo creer que su llegada al Palacio Quemado no le acarrearía con el transcurso del tiempo las consecuencias que hoy está sufriendo? Hay dos posibles respuestas: 1) Una sola persona con enorme capacidad persuasiva le aseguró que estaba en la línea de la sucesión constitucional, cosa que ella, como Senadora, tenía que saber que no era cierta. Esa misma persona pudo convencerla que con el comunicado de prensa respaldado por la Declaración Constitucional 0003/01 del 31 de julio de 2001 que viabilizó legalmente la sucesión de Jorge “Tuto” Quiroga al Gral. Hugo Banzer Suárez, se tenía la jurisprudencia necesaria. 2) Un conjunto de actores políticos tenía claro que la segunda vicepresidencia del Senado ejercida por Áñez la situaba como la posibilidad “más cercana” a la legalidad para asumir la presidencia del Estado, como lo dijera en su momento el ex Rector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Waldo Albarracín, aunque en los pasillos de la Asamblea Legislativa Plurinacional se sabía que quién se sentía en capacidad y disposición para ser presidente era su colega Oscar Ortíz. “Cercano a la legalidad” debe entenderse como ilegal.

Para que toda la estructura político partidaria opositora al gobierno del MAS-IPSP pudiera operar con éxito el derrocamiento de Evo Morales es imprescindible recordar que entre las decisiones del líder del partido de gobierno y las del Tribunal Supremo Electoral (TSE) se habían cometido dos garrafales errores, uno estratégico y el otro táctico.

El error estratégico consistió en la forzada habilitación de Evo Morales en noviembre de 2017 a través de la decisión del Tribunal Constitucional de considerar la candidatura presidencial como un “derecho humano”, decisión cuatro años después (agosto, 2021) rebatida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos con el antecedente de un referéndum realizado el 21 de febrero de 2016 en el que la ciudadanía se manifestó mayoritariamente en sentido de negar una tercera repostulacion al entonces mandatario en las elecciones a escenificarse en 2019. Conclusión: Si Evo Morales decidía no forzar su candidatura presidencial las probabilidades de una conspiración golpista habrían quedado neutralizadas o por lo menos pospuestas hasta nuevo aviso. 

 El error táctico, ya en el desarrollo de los comicios del 20 de octubre de 2019, fue interrumpir la publicación de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), la noche de ese mismo 20 de octubre hasta el 21 de octubre por la noche, lo que generó una rápida reacción de los observadores internacionales, especialmente los de la Organización de Estados Americanos (OEA) encabezados por el costarricense Manuel Gonzáles, quién sin ningún elemento objetivo a su disposición se atrevió a rayar la cancha para generar el clima propicio que desatara la indignación de una buena parte de la ciudadanía convencida de que estaba en marcha un fraude electoral. 

Gonzáles afirmó que “la Misión de la OEA manifiesta su profunda preocupación y sorpresa por el cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia de los resultados preliminares conocidos tras el cierre de las urnas”. Conclusión: “La mujer del Cesar no sólo debe ser honrada, sino que también debe parecerlo” es la mejor expresión para explicar que el conteo preliminar no oficial (TREP) a cargo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) no debió ser interrumpido en su publicación en momento alguno, y de esa manera eludir los argumentos para que los adversarios políticos de Evo Morales y el MAS-IPSP pasaran a operar durante tres semanas –21 de octubre al 10 de noviembre de 2019—una estrategia que lograría finalmente la renuncia de Evo, no sólo a ser candidato, sino a dejar la presidencia del Estado dos meses antes de la conclusión formal de su mandato.

A Jeanine Áñez que se encontraba en Trinidad, Beni,  la contactaron por celular desde una reunión celebrada en instalaciones de la Universidad Católica Boliviana de La Paz, con Monseñor Eugenio Scarpellini, Obispo de la ciudad de El Alto,  como anfitrión, lo que evidencia, en primer lugar, cómo la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) había dado lugar a que la Iglesia Catóica asumiera un rol político partidario en el desarrollo de la crisis política que derivaría en crisis de Estado. Fue a partir de ese llamado que se consumó la decisión de quién llegaría a suceder en el cargo a Evo Morales. A Scarpellini lo acompañaron en dichas oportunidades,  el líder de la CEB, Aurelio Pesoa; el Obispo Auxiliar de El Alto, Giovani Arana; el Secretario Adjunto, José Fuentes, y Juan Carlos Nuñez de la Fundación Jubileo, quienes posteriormente serían recibidos por Áñez en el despacho de la Presidencia del Senado, cuando todavía ni siquiera se había producido la puesta en escena de su doble “autoproclamación” como Presidenta de la Cámara Alta y Presidenta del Estado .

Utilizo a continuación la información acerca de las reuniones realizadas en la Universidad Católica para graficar roles y responsabilidades de quienes convirtieron una sala de reuniones de un recinto académico en una sala de guerra política para definir el destino de las elecciones del 20 de octubre que finalmente serían anuladas y objeto de una auditoría a cargo de expertos enviados por la Organización de Estados Americanos (OEA), procedimiento aceptado por Evo Morales y operativizado por sus entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Diego Pari y de Justicia, Héctor Arce Zaconeta.

Los operadores políticos que propiciaron la asunción de Áñez a la Presidencia de Bolivia les comunicaron a tres representantes del Movimiento al Socialismo (MAS) que estuvieron presentes en las reuniones de la Católica –la Presidenta del Senado, Adriana Salvatierra; la Presidenta en ejercicio de la Cámara de Diputados, Susana Rivero; y la directora de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF), Teresa Morales—que prácticamente las decisiones habían sido tomadas, y que con la venia o no del MAS-IPSP serían ejecutadas.

En honor a la verdad es absolutamente falso como declararan en marzo de 2021 representantes de la Iglesia Católica, que lo que allí se había decidido fue en concertación con las representantes masistas en dichas reuniones en las que el embajador de la Unión Europea (UE), León de la Torre, jugó un papel de coordinador trasladandolas desde la residencia de la Embajada de México donde se encontraban refugiadas, hasta la Universidad Católica.

 Debido a que Salvatierra, Rivero y Morales estuvieron en esas decisivas reuniones, posteriormente el país tuvo la posibilidad de acceder a la información de cómo jugaron sus cartas todos los golpistas que se dieron cita para definir qué sucedería con el país y con el supuesto “fraude electoral” que estaba por terminar con el gobierno del MAS-IPSP.

Las reuniones realizadas en la Universidad Católica Boliviana (UCB) entre el 10 y el 12 de noviembre fueron decisivas para que a continuación se consumara la imposición de la banda presidencial a Jeanine Áñez. Conviene detallar el quién es quién de dichas reuniones para dejar registrado que todos los actores allí reunidos para ejecutar el derrocamiento de Evo Morales tienen como denominador común el haber formado parte o tener alguna relación con candidaturas y partidos gubernamentales que fueron parte de la llamada democracia pactada vigente en Bolivia entre 1985 y 2005 y con políticos y militares producto de las dictaduras de los 60 y 70.

Luis Fernando Camacho, presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz no estuvo en las reuniones de la Católica, pero envío a su abogado de confianza Jerjes Justiniano (hijo), quién fungió de moderador de las discusiones. Camacho tuvo una objetiva actuación político militar callejera durante los 21 días en que se paralizó el país, a través de la movilización de activistas en Santa Cruz de la Sierra que bloquearon calles y avenidas, y suspendieron actividades laborales con el objetivo de buscar la renuncia a la presidencia de Evo Morales. Camacho es hijo de José Luis “Papi” Camacho, quién había sido en los años 90, presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), pero 20 años antes participó en el golpe de Estado que hizo dictador al entonces Cnl. Hugo Banzer Suárez.

Por confesión registrada en celulares a gente de su confianza (27 de diciembre de 2019) y que luego saltó a las redes sociodigitales y a los medios de comunicación, Camacho que llevó una carta hasta la Casa Grande del Pueblo pidiendo la renuncia de Morales en el momento de mayor tensión, días previos al derrocamiento, dijo en tal oportunidad que fue su padre el que convenció a policías y militares para ponerse de su lado con el fin de que la conspiración alcanzara los resultados previstos. En otro libro (“Democracia interrumpida, gobierno de facto y crisis de Estado en Bolivia”, dos ediciones, 2021 y 2024) este periodista ha escrito que Camacho se erigió en el macho alfa del golpe de Estado encabezando bloqueos, marchas y cabilidos alrededor del Cristo Redentor de la avenida Banzer (hoy Monseñor Rivero) y que con la estrategia de la llamada “Revolución de colores” basada en la combinación estratégica del activísimo en las redes y la agitación callejera logró consolidar la caída del MAS.

Jerjes Justiniano, que representaba a Camacho en las reuniones de la Católica, fue nombrado por la presidenta Áñez, Ministro de la Presidencia, cargo al que se vió obligado a renunciar a los veinte días de haber asumido, (02 de diciembre de 2019) por su involucramiento en el caso “La Manada”, en el que había asumido defensa de uno de los cinco autores de un caso de violación grupal contra una joven de 18 años en Santa Cruz de la Sierra y en el que quiso gravitar haciendo uso de su flamante poder político.

Carlos Mesa Gisbert, candidato presidencial por Comunidad Ciudadana (CC) podría considerarse como un perjudicado por el golpe de Estado, debido a que la anulación de los comicios del 20 de octubre, impidió como en principio se pensaba, llegar a una segunda vuelta en el entendido de que Evo Morales como primero en las preferencias no habría logrado la diferencia mínima del 10 por ciento sobre su inmediato seguidor para obtener el triunfo en primera vuelta. Si en lugar de anular dichos comicios se pensaba en la imposición de una segunda vuelta, Mesa tenía altas probabilidades de conseguir el triunfo, considerando que Morales no superaba el 50 por ciento de los votos (habría logrado el 47 por ciento) como lo consiguió en todos los procesos electorales en los que triunfó desde 2005.

En una inocultable fijación contra el MAS-IPSP, Mesa declaro en el momento más caliente de la crisis que ningún parlamentario del partido de gobierno debía sustituir a Morales en un explícito desconocimiento a la Constitución que señala que en la sucesión presidencial, el elegido o elegida debe surgir de la bancada mayoritaria como lo disponen la propia Constitución a partir de su artículo 169 y de los reglamentos camarales.

Más tarde, cuando Jeanine Áñez decidió pasar de presidenta transitoria a candidata presidencial (enero de 2020), Mesa dijo que esa candidatura impediría a Áñez ser una buena presidenta. Al respecto la ex presidenta declaró el 4 de junio de 2021 ante una Comisión de Fiscales en el juicio “Golpe de Estado 2”: “Jeanine Áñez acaba de vincular a Carlos Mesa con su sucesión y develar que éste impidió que Adriana Salvatierra u otros senadores del MAS asuman el poder en noviembre de 2019. Entonces, el expresidente se convirtió en el factor clave de la transición” (diario La Razón).

Mesa, ex vicepresidente y sucesor en la presidencia de Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003 estuvo acompañado por Carlos Alarcón y Ricardo Paz en las reuniones de la Católica. Alarcón había sido candidato vicepresidencial para las elecciones de 2002 haciendo binomio con el abogado René Blattmann, ministro de Justicia de Sánchez de Lozada (1993 – 1997) en representación del Movimiento Ciudadano para el Cambio, obteniendo el décimo lugar con el 0.63 por ciento de los votos, en tanto que Ricardo Paz formó parte de la cúpula de Conciencia de Patria (CONDEPA), fundada por el comunicador y músico Carlos Palenque Avilés en 1988, partido que dejó de existir el año 2002.

Otro ex vicepresidente, y también sucesor presidencial, Jorge “Tuto” Quiroga”, se constituyó sin representación formal alguna, en articulador de la salida de Evo Morales del gobierno y del país. Su larga relación con la Embajada de los Estados Unidos y su coordinación con el entonces Comandante de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), Gral. Gonzalo Terceros, fueron determinantes durante los días en que el golpe fue consumado. Quiroga tenía claro que si Evo permanecía en el país, la situación podía agravarse hasta niveles incontrolables de violencia, por lo que fue el primer interesado en facilitar el exilio del Presidente renunciante junto al Vicepresidente Alvaro García Linera y a la Ministra de Salud, Gabriela Montaño. En la actualidad, Quiroga tacha de cobarde a Morales por haber “huído del país”.

“Tuto” Quiroga que le abrió la puerta a Jeanine Áñez en 2006 para que fuera asambleísta de la Constituyente en representación de su agrupación ciudadana, Poder Democrático y Social (PODEMOS) fue nombrado representante internacional del gobierno de Áñez para explicar fuera del país, en la OEA, en el Mercosur y ante medios de comunicación internacionales,  lo acontecido en octubre-noviembre de 2019,  cargo al que renunció el 08 de enero de 2020. Más adelante, Quiroga consideraría su candidatura presidencial para las elecciones de octubre de 2020, de la que finalmente se bajó porque los números le eran adversos: Según una encuesta llegaba apenas a un uno por ciento de las preferencias ciudadanas.

El que fuera vicepresidente del Gral. Banzer, jugó un papel fundamental para el éxito de la conspiración civil, eclesial, militar y policial contra el gobierno del MAS-IPSP. “Tuto” Quiroga concurrió a las reuniones de la Universidad Católica junto a  su mano derecha, el abogado Luis Vásquez Villamor que había sido el primer Alcalde de la ciudad de El Alto por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) elegido por voto popular en 1987, y que más adelante ocuparía el Ministerio de Justicia (2001) y la presidencia de la Cámara de Diputados (2002) que a 17 años de haber tramado y ejecutado la expulsión del diputado Evo Morales de la Cámara, se encontraba con la posibilidad de volver a expulsarlo, esta vez de la Presidencia del Estado. Vásquez es el estratega de la figura del ipso facto para que Áñez se hiciera presidenta del Estado.

Samuel Doria Medina es el “metepata” al que se le salió lo del “Plan B” en tono de advertencia dirigido a Salvatierra, Rivero y Morales en una de las reuniones realizadas en la Universidad Católica, poniendo en evidencia que ya todo estaba cocinado para que Jeanine Áñez asumiera la presidencia. Empresario cementero hasta hace algunos años y ahora inmobiliario y agente autorizado de una transnacional de trash food, Doria Medina ha jugado un papel bastante más notorio del que le otorgan los medios de comunicación con respecto de su actuación para el derrocamiento de Evo Morales. Para quienes no lo saben, fue el ahora propietario del rascacielos más alto de La Paz, el Greentower, quién invitó a participar en política a Arturo Murillo en su partido Unidad Nacional (UN), al que años más tarde apodaría el “Bolas” y que sería el Ministro de Gobierno, dueño y señor del poder durante la presidencia de Áñez.

Fue el mismo Doria Medina que sello acuerdo seguramente con la mediación de Oscar Ortíz, la alianza con el Movimiento Demócrata Social (MDS) del gobernador Rubén Costas. No será casual por ello, que Doria Medina hiciera nombrar en la Vicecancillería a quién ese momento era uno de sus asesores, Manuel Suárez Ávila, que en realidad fue puesto allí para, a través de encuestas coordinadas con el propietaro del diario Página Siete, Raúl Garafulic Lehm,  medir la popularidad de Áñez con el objetivo de hacerla candidata presidencial. “¿Y si fuera ella?” era la pregunta que surgió de Doria Medina y sus cercanos, Murillo y Ortíz, autores operativos en la Asamblea Legislativa Plurinacional  de la autoproclamación de Áñez primero como Presidenta del Senado y pocos minutos después como Presidenta del Estado.

Samuel Doria Medina fue anunciado como candidato a la Vicepresidencia del Estado, cuando Jeanine Áñez pasó de presidenta que debía permanecer en el cargo transitoriamente durante tres meses, a candidata presidencial. En 2021 muy suelto de cuerpo declaró publicamente: “Yo no estuve en el gobierno de Jeanine Áñez”.

A las decisiones tomadas en la Universidad Católica Boliviana le siguieron las acciones desarrolladas en la Asamblea Legislativa Plruinacional en la que los senadores Oscar Ortíz y Arturo Murillo comandaron un operativo en el que primero se impidió el ingreso de los asambleístas del MAS-IPSP y luego, cuando los cordones de seguridad conformados por “pititas” (1), policías y militares lograron evitar que las mismas Adriana Salvatierra, presidenta del Senado y Susana Rivero, presidenta en ejercicio de Diputados, pudieran pasar del edificio que fuera propiedad del Banco Minero en el que se encuentran comisiones parlamentarias, (calle Comercio esquina Colón) a la Asamblea Legislativa. En un forcejeo con efectivos militares, Rivero evitó que uniformados del Ejército se llevaran detenida a Salvatierra, mientras en esos momentos se preparaba la “posesión” de Añez como Presidenta: No hay imágenes de medios y redes sociales acerca de este incidente.

El que fuera senador potosino por el Movimiento de Organizaciones Populares (MOP), Edwin Rodríguez contó en el programa radiofónico “Al límite” de radio Illimani-Patria Nueva (20 de marzo de 2021) que había quedado abierta la posibilidad para que el 12 de noviembre de 2019, a través de un acuerdo con la mayoritaria bancada del MAS-IPSP pudiera asumir la presidencia del Senado y de ese modo dar paso a la sucesión constitucional una vez renunciados Evo Morales, Alvaro García Linera, Adriana Salvatierra y Victor Borda.  Se debe recordar que Rodríguez era candidato vicepresidencial formando binomio con Oscar Ortíz por la alianza Bolivia dice No, y este decidió renunciar a la misma, convencido de que para ganarle a Evo era necesaria la unidad a través de una sola candidatura.  Con la agilidad que exigía el momento, se hicieron los trámites para habilitar como senadora a Reyna Isabel Villca Huayllani, suplente de Rodríguez, quién en su momento le pidiera al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump que invadiera Bolivia. La indebida inhabilitación de Rodríguez le impidió el ingreso en la Asamblea Legislativa, lo mismo que había sucedido con senadores y diputados del MAS-IPSP.

En uno de los pasillos de la Asamblea Legislativa Plurinacional, Aldo Camacho, responsable de Comunicación del Senado tuvo la templanza para encarar al Senador Arturo Murillo, al que le dijo que lo que estaban a punto de consumar era ilegal. Murillo respondió terminantemente: “Sabemos que es ilegal, pero tenemos el apoyo de la calle”.



Originalmente publicado en Animal Político de La Razón el 23 de noviembre de 2024

 

 

La selección de los cielos

 

Cuando quedó claro y en oportunidades reiteradas que en el Hernando Siles de La Paz, argentinos, brasileños y ecuatorianos aprendieron a ganarnos, superando la barrera imbatible de la altitud de los 3600 metros sobre el nivel del mar, una astuta decisión marketera medioambiental emergida de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) nos condujo a seguir viajando hacia el cielo: Como La Paz ya no es el fortín inexpugnable que tuvimos siempre instalado en nuestro imaginario, se hacía necesario trepar y de esta manera la selección boliviana ascendía hacia los cuatro mil metros de la ciudad de El Alto para que “nadies” nos ganara otra vez.

Hasta ahora la aplicación de esa máxima universal de jugar donde uno vive ha tenido resultados incuestionables. Aunque ninguno de los futbolistas de la Verde viva en El Alto y sólo acudan a jugar al estadio de Villa Ingenio para enfrentar a Always Ready por el torneo nacional. Bolivia le ganó rotundamente a Venezuela (4-0), cuando la Vinotinto había exhibido un interesantísimo rendimiento en la Copa América jugada en los Estados Unidos y se situaba en la cuarta ubicación de las clasificatorias-eliminatorias sudamericanas que conducen hacia la Copa del Mundo de 2026.

La idea de persistir aferrados a la muleta de la altura había funcionado en ese partido contra los venezolanos y en términos de resultados también sucedió frente a Colombia (1-0), aunque nadie dijo esta boca es mía para reconocer, si nos atenemos estrictamente al trámite del partido, que Bolivia pudo perderlo facilmente por los menos 1 – 3. Como el golazo de Miguel Terceros fue tan extraordinario, futboleras y futboleros hicimos de ese momento el punto de inflexión que nos señalaba el camino hacia un puesto de clasificación y ya no miramos los últimos quince minutos en que los colombianos nos pelotearon sin cansancio (dos postes incluidos) y la línea de fondo hizo milagros para evitar la caída de la portería del siempre sacrificado Guillermo Vizcarra.

Otro factor que nos llevó hacia el final del túnel del autoengaño fue el triunfo frente a Chile en Santiago. Por fin Bolivia, después de treinta años, ganaba un partido en cancha ajena. A pesar del resbalón y lesión de Lampe que facilitó el empate transitorio de la roja a cargo de Vargas, Bolivia como casi nunca sucede se rehízo y anotó a poco de mover la pelota producto del contraste. 2 -1 frente al equipo de Gareca (otra vez Terceros) y a comenzar a soñar en serio con llegar a México-Estados Unidos-Canadá.

Soñar no cuesta nada dice el lugar común y cuando estábamos en lo alto de nuestras ilusionadas expectativas, había que viajar a jugar a Buenos Aires en el Monumental contra el campeón del mundo que en el partido de ida nos había azotado (0-3) en Miraflores, y ahora agregaba media docena a sus estadísticas con un Messi en estado de gracia encabezando una albiceleste que más parece un equipo de champions europea que una selección sudamericana.

Perder de visita y por goleada, nos sitúa en la horrible estadística de haber soportado en esta eliminatoria cinco de los diez resultados más abultados en contra, añadiendolé, por supuesto, el 0 – 4 soportado en el Isidro Romero de Guayaquil contra Ecuador. Si Bolivia había logrado ganar a domicilio después de treinta años, con esta derrota sumó dos goleadas consecutivas en contra y desnudando nuevamente su nula capacidad de competir en la realidad dominante del fútbol mundial que consiste en jugar al nivel del mar.

Ecuador se había impuesto (2-1) en el Hernando Siles en el partido de ida (2023) y ni siquiera por este antecedente, el seleccionador Oscar Villegas se detuvo a pensar que armar dos equipos distintos para esta fecha resultaba equivocado. El razonamiento tiene que ver con la prioridad que Bolivia le asigna a ganar en El Alto y para ello resultaba conveniente no arriesgar a los futbolistas titulares que se decidió, permanecieran en el país, para preparar el partido contra Paraguay a disputarse el  martes 19 de noviembre.  Lo que parecen no considerar relevante, la Federación y el cuerpo técnico de Villegas es que a los suplentes que perecieron en cancha ecuatoriana estaban siendo utilizados como carne de cañón. Los mandaron al frente a sabiendas de la catástrofe que finalmente se produjo.

Armar un equipo de conejillos de indias es una vergüenza para un fútbol que se precia de un cierto profesionalismo. Y el desatino se torna más erróneo si se considera que Bolivia, gane o pierda contra una Paraguay entonada con su triunfo ante Argentina (2-1), llegará a la cancha de Villa Ingenio con ganas de comerse al mundo sin miedo a la Cordillera de los Andes.

Si Bolivia se impone contra Paraguay, alcanzará 15 puntos y en el mejor de los casos permanecerá en el séptimo puesto de la tabla sudamericana. Seguirá por lo tanto el autoengaño de ganar con el expediente de la altura y que cuando salgamos de nuestras fronteras sigamos resignados a los papelones de goleada, y más grave todavía, descuidando la autoestima y el futuro de unos “suplentes” que deben ponerle el pecho a las balas en nombre de una delirante estrategia para llegar al Mundial.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 15 de noviembre de 2024

 

La falacia del vacío de poder

La primera presidenta de Bolivia, Lidia Gueiler Tejada, llegó al cargo por sucesión constitucional. Era presidenta de la Cámara de Diputados. Gracias a la resistencia popular contra el golpista y masacrador de Todos Santos (noviembre, 1979), Gral. Alberto Natusch Busch, quién había sido ministro de Asuntos Campesinos y Agropecuarios de la dictadura del Gral. Hugo Banzer Suárez (1971 – 1978). Gueiler asumió el gobierno de Bolivia luego de una dilatada trayectoria, primero en el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), más tarde en el Partido Revolucionario de Izquierda Nacional (PRIN) de Juan Lechín Oquendo, para luego volver a su casa de origen a la que había representado en el apogeo de la revolución nacional de los 50 como diputada nacional. También fue representante diplomática en Alemania, lo que completa una carrera pública caracterizada por la militancia, la lucha política y la responsabilidad pública.

La segunda presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez hizo carrera política luego de hacerse conocida como presentadora de televisión en su natal Trinidad (Totalvisión). Haber sido asambleísta constituyente representando a Poder Democrático y Social (PODEMOS), liderizado por el delfín del dictador Banzer, Jorge “Tuto” Quiroga,  marca el inicio de una vida pública (2006) vinculada a la actividad partidaria opositora al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) que continuó con su candidatura a Senadora por el departamento del Beni en representación de Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional (PPB-CN) encabezado por Manfred Reyes Villa (2009-2014).

En las siguientes elecciones, cuando Bolivia ya se había convertido en Estado Plurinacional, Áñez continuó en la actividad parlamentaria como Senadora, esta vez, (2015-2020) en representación de Unidad Demócrata (UD), coalición electoral encabezada por el entonces gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas (Movimiento Demócrata Social MDS, “demócratas o “verdes”), y el empresario Samuel Doria Medina (Unidad Nacional UN).

En su condición de Senadora por el Beni, Áñez ejercía la segunda vicepresidencia de la Cámara de Senadores, cargo que le corresponde a la minoría parlamentaria. Su perfil político se fue labrando en función de una rabiosa retórica cargada de adjetivos y odio contra Evo Morales y el Movimiento al Socialismo (MAS). A diferencia de Lidia Gueiler, que militó en el partido de la revolución del 52, Áñez circuló en reductos desde los que se había edificado un sistema político de pactos, sustentado en un programa neoliberal que tuvo vigencia entre 1985 – 2005, tiempo político en que los revolucionarios del MNR de los 50-60 terminaron sellando acuerdos y sociedades políticas de distribución del poder con quienes se colaron por la puerta de la democracia a la política luego de haber encabezado dictaduras militares (1964 – 1982). De esta manera tenemos como único caso en el continente a un militar como Banzer que pasó de dictador de los 70 a demócrata desde los 80.

 A partir de esta cronología se puede comprender que el ala movimientista jefaturizada por Victor Paz Estenssoro (el MNR se fragmentó en varias facciones a lo largo de su vigencia de por lo menos cuatro décadas) hizo sociedad política con líderes militares con los que gobernó en dictadura (Frente Popular Nacionalista FPN conformado por el propio MNR, Falange Socialista Boliviana FSB y las Fuerzas Armadas) y también en democracia, participando en el golpe de Natusch Busch del 79 que generó dos centenares de muertos y 125 desaparecidos (James Dunkerley,
Rebelión en las venas, 1987) y la renuncia del mismo a los quince días de haber asaltado la presidencia de la República y utilizado efectivos militares y tanquetas en la plaza San Francisco de La Paz para acabar con las vidas de trabajadores que salieron a combatir el golpe asestado contra el Presidente Wálter Guevara Arce .

El MNR de Paz Estenssoro y Acción Democrática Nacionalista (ADN) de Banzer, fundada precisamente en 1979, sellaron en 1985 el Pacto por la Democracia, que consolidaría la dictación del Decreto Supremo 21060 con el que se regiría la política económica de Bolivia en las siguientes dos décadas. Fue el primer y único acuerdo entre partidos de la nueva era política boliviana que no supuso cuoteo de cargos o repartición de la administración del aparato público. Paz Estenssoro había respaldado al Banzer dictador (1971 – 1974) y el Banzer demócrata, en reciprocidad, devolvía gentilezas para apuntalar un progama diseñado desde afuera, desde el Consenso de Washington con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) tutelando la economía nacional. Diez años después, cuando Banzer ingresaba a la presidencia en democracia, consta en archivos de prensa que el representante del FMI en Bolivia, Eliahu Kreis, participaba de las reuniones de ministros en el gobierno “democrático” del ex dictador (1997-2001).

En síntesis, la política boliviana con el tutelaje e injerencia de los Estados Unidos y los organismos crediticios multilaterales estuvo marcada por la influencia ejercida por Paz Estenssoro – Banzer desde la Revolución de 1952 hasta 2001, cuando el exdictador reciclado a demócrata falleció por cáncer y generó  la sucesión constitucional de Jorge “Tuto” Quiroga, quién luego de militar en ADN terminó fundando su propia agrupación, Poder Democrático y Social (PODEMOS),  de la que formaría parte Jeanine Áñez, quién en 2006 como asambleísta constituyente trabajó incesantemente por evitar la consolidación de un proyecto que conducía a la puesta en vigencia de una nueva Constitución Política del Estado promovida por el MAS y las organizaciones sociales que en primer lugar fundaron el Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (IPSP), finalmente aprobada a través del voto popular a principios del año 2009 y que dió lugar a que Bolivia adoptara la nueva cualidad de Estado Plurinacional con la incorporación y reconocimiento de derechos ciudadanos a las naciones y pueblos indígena originario campesinos.

Jeanine Áñez es políticamente el producto de lo que Carlos Montenegro  llamaría la antinación (Nacionalismo y coloniaje, 1944) caracterizada por la sumisión y el entreguismo a la geopolítica imperial de los Estados Unidos y es por ello mismo declarada enemiga ideológica de Evo Morales y el Movimiento al Socialismo – Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (MAS – IPSP) que hasta 2019 ya llevaba gobernando durante tres lustros consecutivos y había desmontado el aparato de poder de la democracia de pactos partidarios y el neoliberalismo.

De los 90 presidentes que Bolivia ha tenido desde su fundación en 1825, solamente dos han sido presidentas: Lidia Gueiler Tejada (1979 – 1980) por sucesión constitucional y 39 años después,  Jeanine Áñez (2019-2020) a través de una sucesión inconstitucional que en términos clásicos se llama Golpe de Estado y que tanto ella, como todos quienes fueron parte del derrocamiento del presidente Evo Morales, niegan terminantemente, argumentando que ante un fraude electoral perpetrado en favor de la candidatura oficialista del MAS-IPSP, lo que correspondía era una sucesión transitoria que abriera las puertas hacia un nuevo proceso electoral que debía llamarse en un máximo de noventa días, pero que finalmente se dilató durante once meses y 25 días.

Para que Jeanine Áñez llegara a la Presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia se violó el artículo 169 de la Constitución Política del Estado que dice expresamente: “En caso de impedimento o ausencia definitiva de la Presidenta o del Presidente del Estado, será reemplazada o reemplazado en el cargo por la Vicepresidenta o el Vicepresidente y, a falta de ésta o éste, por la Presidenta o el Presidente del Senado, y a falta de ésta o éste por la Presidente o el Presidente de la Cámara de Diputados. En este último caso, se convocarán nuevas elecciones en el plazo máximo de noventa días. II. En caso de ausencia temporal, asumirá la Presidencia del Estado quien ejerza la Vicepresidencia, por un periodo que no podrá exceder los noventa días.”

A partir de esta disposición constitucional, Áñez no tenía posibilidades de acceso legal a la presidencia debido a que era la segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores en representación de la minoría parlamentaria y esto queda terminantemente confirmado con el artículo 35 del Reglamento de la misma Cámara Alta: “Composición y Elección de la Directiva Camaral. Para cada legislatura, la Cámara elegirá de entre sus miembros una Directiva, conformada por un presidente Electivo, dos Vicepresidentes y tres Secretarios. Está elección se realizará en votación secreta y por mayoría absoluta de los presentes. La directiva así constituida durará en sus funciones un año y se reunirá obligatoriamente por lo menos cada quince días para conocer, coordinar y resolver los asuntos de régimen interno de la Cámara/…/Para asegurar la participación y pluralidad política, la Directiva de la Cámara estará conformada, mínimamente, por dos miembros del Bloque de la Minoría Camaral. El Presidente, el Primer Vicepresidente, el Primer y Tercer Secretario corresponderán al Bloque de Mayoría; el Segundo Vicepresidente y el Segundo Secretario al Bloque de la Minoría.”

Correspondía entonces que ante la renuncia de Adriana Salvatierra a la presidencia del Senado se eligiera una nueva directiva, para que de ella surgiera constitucional y reglamentariamente, el presidente o presidenta que sustituría en la presidencia a Evo Morales. Eso nunca sucedió. No se instaló la que debía ser ineludible sesión para tratar las renuncias del propio Morales, del Vicepresidente Alvaro García Linera y de la también renunciante Salvatierra y se procedió en una irregular sesión que no contaba con el quorum correspondiente, a elegir sin la participación de los senadores de la bancada mayoritaria, la del MAS-IPSP, a Jeanine Áñez como presidenta del Senado y de inmediato a “designarla” presidenta del Estado, cargo que asumió en un salón del Palacio Quemado, recibiendo la banda presidencial de un oficial de las Fuerzas Armadas. Ni siquiera se había intentado cuidar las formas protocolares que exige el Ceremonial del Estado: Los presidentes democráticamente elegidos, a posesionarse, juraron desde 1982 (Hernán Siles Zuazo) en el hemiciclo del antiguo edificio del Congreso Nacional.  

Un segundo argumento con el que los golpistas a la cabeza de Áñez han querido justificar la toma de facto de la presidencia del Estado es que se producía un vacío de poder debido a que Evo Morales, había renunciado, lo mismo que el Vicepresidente Alvaro García Linera y que por instrucciones del mismo Evo, obraron de la misma manera Adriana Salvatierra, presidenta del Senado (también lo hizo Rubén Medinacelli, primer Vicepresidente), y Victor Borda, presidente de Diputados, quién había sido amenazado y la casa de su hermano en Potosí había sido incendiada por agitadores del Comité Cívico a la cabeza de Marco Pumari, que fueron parte de las movilizaciones empeñadas en la defenestración del Presidente Constitucional . El criterio de Evo estaba basado, precisamente, en la idea de que los golpistas “se quedaran con su golpe”.

 Debido a ese supuesto vacío de poder, el servicial abogado de “Tuto” Quiroga, Luis Vásquez Villamor, recordado por haber expulsado a Evo Morales de la Cámara de Diputados en su condición de Presidente (2002) inventó la figura de la sucesión Ipso facto valiéndose de un comunicado de prensa emitido por el Tribunal Constitucional que como bien afirmó oportunamente el Magistrado Petronilo Flores “no tiene valor legal y no es vinculante”.  El comunicado con el que se “habilitó” la presidencia de Áñez pretendía sustentarse en la jurisprudencia de la Declaración Constitucional 0003/01 del 31 de julio de 2001 con la que Jorge “Tuto” Quiroga sucedió constitucionalmente al fallecido Gral. Hugo Banzer Suárez.

Para quienes no están informados o solamente suelen leer los titulares de las noticias debe quedar claro que no hubo vacío de poder en Bolivia entre el 10 y 12 de noviembre de 2019 debido a que la Presidenta en ejercicio de la Cámara de Diputados, Susana Rivero, que sucedió al renunciante Victor Borda, decidió permanecer en el cargo como presidenta en ejercicio a pesar de la instrucción terminante de Evo. Rivero consideraba que con su presencia era necesario tener el argumento para rebatir con los hechos la versión-pretexto del vacío de poder con la que se iba a tomar la presidencia por la fuerza, omitiendo la Constitución y el procedimiento camaral para la recomposición de las directivas de la Asamblea Legislativa Plurinacional.  Acerca de estos hechos, la Red Compañera Mundo, entre otros medios de comunicación, publicó la siguiente noticia en marzo de 2021:

La Paz, 26 de marzo de 2021 (RC). –  El presidente del Estado, Luis Arce, indicó la mañana de este viernes que fue un error el haber reconocido que el gobierno de Jeanine Áñez era constitucional y que desconocía las normas de cómo tendría que haber sucedido y sostuvo que Susana Rivero del MAS debió asumir la presidencia interina/…/“A mi particularmente como muchos nos han hecho creer que era un gobierno constitucional (…). No soy todólogo, entonces puedo cometer errores, no tengo ningún problema en reconocer que nos podemos equivocar en dar alguna precisión, que tal vez a insistencia de los propios periodistas, porque yo di mi respuesta muy clara esa noche, está en los videos que lo demuestran así”, argumentó Arce/…/Arce explicó que junto a juristas, especialistas, constitucionalistas evaluó aspectos que “no había tomado en consideración”, como “el reglamento de debates de la Cámara de Diputados que se debería haber optado (utilizado) para la designación de quien debería haber sido el ‘sucesor’ dado la renuncia del presidente (presidenta) del senado”/…/“Yo no conocía ese reglamento, no conocía esas normativas como muchos de los bolivianos; y nos damos cuenta que debería haber presidido la hermana Susana Rivero, que estaba en la Cámara de Diputados. Y cosas así que cuestionan profundamente lo que hasta ese momento los medios de comunicación nos habían informado”, agregó.

Entre el miércoles 13 y el jueves 14 de noviembre, cuando Áñez ya se había autoproclamado presidenta y se había instalado en el despacho del antiguo palacio de gobierno, cumpliendo con su anunció televisivo (Unitel) del domingo 10 hacia el final de la tarde desde Trinidad, un poco después de que Evo Morales hiciera pública su renuncia, la presidenta en ejercicio de la Cámara de Diputados, Susana Rivero (1), conforme al reglamento correspondiente, dirigió y concretó  la recomposición de la directiva con Sergio Choque elegido como Presidente y había sucedido lo mismo con la Cámara de Senadores, en la que Eva Copa asumió la presidencia. En los dos casos, luego de vulnerarse la Constitución y los reglamentos parlamentarios para consumar la autoproclamación presidencial de Jeanine Äñez,  se cumplía con lo estipulado reglamentariamente: los presidentes de ambas cámaras surgían de las bancadas mayoritarias del MAS-IPSP que se vieron obligadas a lidiar con el gobierno de Áñez durante casi todo el año 2020. En determinado momento corrió la versión de que el gobierno de facto tenía pensado cerrar la Asamblea Legislativa Plurinacional. El Vicecanciller, Manuel Suárez Ávila, le dijo categóricamente a este periodista: “Jamás haríamos algo así.”

 

 

Susana Rivero formalizó su renuncia a la directiva de la Cámara de Diputados como Vicepresidenta el 20 de noviembre de 2019 y renunció a su diputación el 06 de enero de 2020, aduciendo que no continuaría en el cargo durante la gestión de un gobierno golpista. A través de la ley Nº 1270 del 20 de enero de 2020 se promulgó la “Ley excepcional de prórroga del mandato constitucional de autoridades electas hasta la posesión de nuevas autoridades para el período 2020 – 2025”. De esta manera, senadores y diputados que debían concluir sus mandatos el 22 de enero de 2020, fueron prorrogados en sus cargos hasta noviembre de 2020 cuando se produjo la posesión de nuevas autoridades democráticamente elegidas, producto de los comicios realizados el 18 


Originalmente publicado en Animal Político de La Razón el 09 de noviembre de 2024

Tuto, el golpista melindroso

 

En tiempos de desconcierto e incertidumbre, de degradación de la política, de malversación del bloqueo como instrumento de lucha, no se debe perder el foco en el enemigo principal hoy que honramos a nuestros deudos y ayer que recordamos 45 años de la Masacre de Todos Santos, golpe de Estado respaldado por Victor Paz Estenssoro y Hugo Banzer Suárez, y materializado por el Gral. Alberto Natusch Busch, en el que fue protagonista el Gral. Arturo Doria Medina, entonces comandante del Regimiento Rangers. Resultado: Aproximadamente 100 muertos, quinientos heridos y un régimen que hizo aguas en 14 días por su altísimo grado de ilegitimidad, producto de un despiadado uso de la violencia uniformada.

En momentos en que masistas de uno y otro bando van por la vida arrancándose los ojos, la derrotada derecha neoliberal en cuatro elecciones presidenciales consecutivas vuelve a mostrar las pezuñas en el propósito de sacarle rédito a la división en el partido de gobierno y ha arremetido instando al presidente Arce a desbloquear la carretera que une-separa a Cochabamba de Santa Cruz por un lado y de Oruro-La Paz por el otro. Se trata de un burdo intento de instrumentalización en  que además entran en juego actores mediáticos como el execrable operador-persecutor de Arturo Murillo en 2019, Alejandro Entrambasaguas, que desde España busca reactualizar el morbo acerca de la conducta sexual de Evo Morales y Martín Sivak que 16 años después de escribir “Jefazo”,(2008) publica recientemente otro libro (“Vertigos de lo inesperado, el poder, la caída y el reino”, 2024) en el que según sus propias afirmaciones “Evo es un señor de 65 años con algunas cosas infantiles.”(Diario El Deber, 22 de octubre, 10:11 AM).

El enemigo principal de la soberanía y la autodeterminación de la Bolivia nacional popular es la derecha neoliberal nacida en las dictaduras militares y ese enemigo principal, después de su decisiva participación en el golpe de Estado de 2019, se activa nuevamente para ser agendado en los programas televisivos en los que sobre todo se hace un limitado periodismo declarativo de unos contra otros, y muy poco de contextualización e interpretación en el que debiera predominar el debate de ideas con potencia para orientar a las audiencias.  En ese contexto, Tuto Quiroga emerge como el gran portavoz de un obsesivo antimasismo y en su tour de medios no duda en calificar de repugnantes a los alcaldes de Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra, Manfred Reyes Villa y Jhonny Fernández, otrora socios políticos en un artefacto llamado Megacoalición --del que fue parte el propio Tuto (1997-2001)-- tal como lo exhibe una histórica fotografía que no deja de circular en el mundo digital en la que aparecen de izquierda a derecha Jaime Paz Zamora, el propio Jhonny Fernández, el Gral. Banzer al centro, el propio Tuto Quiroga, Oscar “Motete” Zamora Medinacelli, Remedios Loza y detrás de Banzer y Tuto, ¿adivinen quién? El capitán Manfred Reyes Villa , por hoy exitoso y bien posicionado en las encuestas, Alcalde de Cochabamba.  

Si a Tuto le hacen ascos sus ex socios políticos Fernández y Reyes Villa, todo por que hoy serían socios encubiertos del gobierno de Arce, ¿qué podríamos decir de todo lo que fue capaz este señorito que en su juventud jugaba básquet en el Nonis de Santa Cruz?

Como se trata de un personaje que hace gala de su rencor y pontifica desde la adjetivación moralista, es imperativo recordar que fue Tuto quién urdió la salida de Evo Morales del país en 2019 con el comandante de la Fuerza Aérea, Gral. Gonzalo Terceros, porque estaba convencido que si el líder cocalero permanecía en el territorio nacional, el país ardía y Áñez no consolidaba su presidencia. Fiel a su doble discurso, hoy día Tuto califica de cobarde a Evo por haber huído.

¿Pero quién era Tuto en los días del golpe? ¿A quién representaba? ¿Qué institución lo envío a las reuniones de la Universidad Católica? ¿A nombre de quién marcaba territorio en la plaza Murillo el sábado 09 de noviembre por la mañana? Respuesta: Tuto estaba allí con el beneplácito de la Embajada de los Estados Unidos, de la internacional de la derecha latinoamericana, de la heredada militancia del banzerismo. Tuto es una criatura de la dictadura de Banzer que pontifica sobre la dictadura de Maduro. Tuto es el agente del imperialismo norteamericano dos veces derrotado por Evo Morales del que recibió, seguramente para su cabeza, dos traumáticas palizas electorales: 53 por ciento contra 28 en 2005, 61 por ciento contra 9 en 2014, y aquí la yapa:  renuncia a su candidatura en 2020 porque una encuesta le otorgaba un generoso uno por ciento de posibilidades de triunfo.

Finalmente: Tuto llevó a su abogado y compinche Luis Vásquez Villamor para genera el mecanismo “constitucional” que viabilizará la presidencia de Jeanine Áñez.  Es uno de los autores intelectuales de la violación a la sucesión constitucional que generó la presidencia de facto de 2019. Pero claro, como cree que los desmemoriados son mayoría, ahora quiere persuadirnos que Reyes Villa y Jhonny Fernández son repugantes. Para decirlo sin vueltas, Tuto es el gran pichón de la dictadura. Cambio y fuera.




Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 02 de noviembre de 2024

 

Los fundamentalistas del aire acondicionado

 

Primero fueron “Patricio Rey y los redonditos de ricota”. Después de convertirse en la banda de rock que más fanatismo fue capaz de desatar en la Argentina, llegaron “Los fundamentalistas del aire acondicionado” (2006) y ahora que su líder, el Indio Solari, una leyenda venerada por quienes lo siguen desde 1976, con el mal de parkinson visitando su tercera edad, fundó “El Mister y los marsupiales extintos” (2022) para seguir manteniendo conexión con sus creyentes que fue creciendo como una iglesia de fieles incondicionales que en 2017 se congregaron en “La colmena” de Olavarría para sumar aproximadamente medio millón de personas en el que fuera último concierto de Los fundamentalistas, y del que resultaran dos personas muertas.

Junto con “Soda estéreo” al mando de Gustavo Cerati, el Indio Solari y sus bandas, han colmado estadios como ninguna otra propuesta del rock argentino entre finales del siglo XX y las dos primeras décadas del siglo XXI. Luis Alberto Spinetta, Charly García y Fito Páez, tienen carreras gigantescas, pero Soda y el Indio batieron records de convocatoria de acontecimientos musicales en vivo hasta ahora inalcanzables.

El Indio, un personaje revestido de un aura misteriosa, dice que los nombres de sus bandas, tan alucinantes y divertidos como creativos, son producto de ocurrencias y que no obedecen a elaboraciones conceptuales muy sesudas o basadas en visiones filosóficas. “Era una broma, una forma de decir: Hablen mal de Dios, hagan lo que quieran, ¡pero no me saquen el aire acondicionado! Nunca pretendió ser otra cosa que una pavada como “redonditos”. No había sostén intelectual, ni de equilibrio ecológico, ni una mierda. ¡Era una gracia nomás! De todos modos hay que ser cuidadoso con los nombres, porque te reclaman que los sostengas con el lomo”.

En la historia de la música popular, el rock es el que ha desatado alocamientos multitudinarios, histeria, descontrol emocional e impulsividad sostenidos en gran medida por el alcohol y las drogas, blandas y duras, desde que las juventudes hippies clamaran por paz y amor en Woodstock (Wallkill, Nueva York, 1969). El rock es música potente, pero puede pasar a ser religión como sucedió con quienes decidieron seguir ciegamente al Indio Solari desde hace ya casi medio siglo, y cuando se convierte en fe y creencia, los excesos y el riesgo por tocar al ídolo como si se tratara de acariciar el cielo con los dedos puede desembocar en tragedia como la sucedida en Olavarría en 2017.

Si en el fanatismo musical hay peligro, qué diríamos acerca de lo que sucede cuando en la política la tentación estalinista termina haciendo carne en sus dogmáticos líderes y militantes, cuando algún delirante con el cuarto de hora de ejercer de poder que alguna vez le tocó en suerte,  quiere elevar un bloqueo de caminos a categoría de ritual, insinuando que un país debe ser santuario de un líder sempiterno e indiscutible que puede disponer de vidas y haciendas, de cuerpos y voluntades, como lo hicieran los señores feudales de la Edad Media y como lo hicieran Iosef Stalin que desfiguró la esencia original de la revolución rusa en terror de partido único, o como lo hicieran Adolf Hitler y Mao Tse Tung que hicieron de “Mi lucha” y el “Libro rojo”, las biblias del fundamentalismo genocida con millones de hombres y mujeres muriendo por una causa o mejor dicho por un Mesías, un elegido o un caudillo.

Cuando la política y la militancia partidaria se desfiguran en creencia e idolatría, esta dejan de formar parte de un proyecto terrenal para convertir a ciudadanos ilusionados por una causa, en feligreses de un catecismo como si la vida del líder que nació genuino y que con el ejercicio del poder se transfiguró en una entidad patrimonialista –el país, sus habitantes, su territorio pasan a pertenecerle por los siglos de los siglos—tuercen el Sentido Común de un proyecto histórico que termina convirtiéndose en la apariencia de unos apetitos insaciables que desvirtúan las profundas causas populares que necesitan de guías, no de tótems, y con el transcurso del tiempo, cediendo espacios para que llegue la saludable sangre fresca y renovadora que hace de los procesos políticos, proyectos colectivos inspirados en la búsqueda de equidad: Un país debe aspirar a ser el lugar de todos, no la hacienda de unos cuantos herederos o el campo santo de un falso predestinado.

El fundamentalismo y sus cultores abonan los suelos de campos explosivos, de desgracia y muerte eyectadas por el odio. Benjamín Netanyahu es por hoy el fundamentalista principal, el exterminador israelí que ya se ha cargado en escombros más de 50 mil hombres, mujeres, ancianos y niños palestinos. Es un criminal abominable que ha respondido con su fuego a otros fundamentalistas de menor capacidad destructiva.

En los lugares cálidos y húmedos con temperaturas y sensaciones térmicas extenuantes, uno puede darse la licencia de ser un fundamentalista del aire acondicionado, siempre y cuando esto no lastime al prójimo. En la política, el fundamentalismo es el disparador que casi siempre termina en la obsesión de eliminar al otro por esa destructiva e individualista vocación de perpetuidad.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 19 de octubre de 2024

 

De Mafalda a Claudia Sheinbaum

 

Una niña a la que no le gusta la sopa y se resiste a tomarla a pesar de todas las maneras en que su madre trata de convencerla de sus bondades nutritivas, nos enseñó desde relaciones humanas hasta geopolítica a partir del día en que el inmenso Joaquín Salvador Lavado Tejón (Quino) decidiera reconducir el camino de su Mafalda, originalmente creada para una campaña publicitaria de electrodomésticos y luego posicionada para siempre como la voz de la conciencia y el espíritu crítico desde las nimiedades del barrio hasta las grandes tragedias de la guerra y la desolación.

Mafalda es la mujer que desde su lúcida e informada infancia les enseñó a nuestros hijas e hijos a tomarse la vida y sus alrededores con espíritu crítico, lo más lejos posible de la frivolidad y a miles de kilómetros de la adopción de la mediocridad como forma de estar en el mundo. Acaba de cumplir 60 años y resulta un deber y una ritualidad a tomarse en serio leerla y releerla a través de sus conversaciones y reflexiones en voz alta,  compartiendo y ventilando sus diferencias con Manolito, el descorazonado amasador de fortuna, hijo del dueño del almacen; Susanita, la conservadora que cree que la vida pasa por casarse, tener hijos y jugar a la felicidad de comer perdices; Felipe, el perfecto mejor amigo dientes de conejo y Libertad, la más pequeña de todas, con el nombre simbolicamente empequeñecido en tantísimas latitudes autoritarias, represivas, racistas y exterminadoras: la Libertad en este mundo es muy chiquita.

Mafalda es una niña. Mafalda es una mujer. Mafalda es un mujerón que nos ilumina con su agudeza, pero fundamentalmente es el personaje femenino que habla a través de un hombre que la dibuja y le pone palabras a sus viñetas con la idea de que la mujer vale por su inteligencia, su autonomía, su independencia laboral, su iniciativa que es profundamente más aguda y multidireccional que la iniciativa masculina. Mafalda, en buenas cuentas, se ha instalado en el imaginario para decirnos, en muchas historietas sin decirlo, que el mundo sería bastante mejor, o probablemente algo menos cruel si estuviera gobernado por ellas en primer lugar y en segunda línea por hombres que las respaldan, las acompañan y tratan de fortalecerlas emocionalmente y no más por los patriarcas de la subestimación y la crueldad, por los machos gobernados por sus apetitos perversos y degradantes, producto del ejercicio del poder político y la invencibilidad económica.

Mafalda, a seis décadas de su nacimiento, es una de las mujeres más influyentes en la historia contemporánea de América Latina y que ha trascendido hacia mundos en los que a fuerza de inventiva y popularidad se ha hecho políglota. Sin Mafalda, muy probablemente, no habríamos tenido posibilidades tan amplias de conversar con las nuestras y nuestros, acerca de la Guerra Fría, la inutilidad de la ONU, la banalidad de pensarse mujer en función de con quién se casa una, o la frialdad que exige la acumulación en la compra venta del mini mercado tan capitalista y exacerbador de ese consumismo que ha construido legiones de idiotas dispuestos a comprar incluso cosas inservibles: Gastar es tan importante como tomar agua. Mafalda nos ha hecho pensar a fondo sobre asuntos que de tan cotidianos, no sabemos detenernos para conocer el tamaño de su importancia.

Y si de tamaños de las cosas y de los procesos histórico sociales hablamos, en este tiempos de Presidenta y ya no de Presidente, hay que escuchar más de una vez el discurso con el que Claudia Sheinbaum acaba de asumir la presidencia de México –Tomar protesta se dice por allá--, con el que percibimos que hay personas con ciertas cualidades y conocimiento, previos a la demostración de cuanto pueden hacer a partir de esas potencialidades. Sheinbaum hizo un discurso de Estadista con la experiencia que le ha otorgado gobernar su ciudad capital (jefa de Gobierno de Ciudad de México 2018 – 2023), poniendo en evidencia cuanto sabe de tamaños que no tienen que ver con mediciones masculinas, sino acerca de las necesidades y las esperanzas de quienes representa al haber votado por ella, el casi 60 por ciento del electorado.

Como una maquinaria humana que no necesita grandes pausas para saber lo que se debe hacer a continuación con  el segundo piso al que sube para continuar la llamada Cuarta Transformación, la multifacética primera mandataria que recibió la posta de Andrés Manuel López Obrador, supo decirnos con claridad didáctica qué dimensiones tiene para ella el Estado mexicano, cuan importantes son los negocios para su país y fundamentalmente en que horizonte camina el pueblo mexicano que con sus 71 pueblos indígenas la recibió en la Plaza del Zócalo con una bienvenida de diversidad originaria profundamente sentida traducida en la entrega de un Bastón de Mando.  

“Mujeres de fuego, mujeres de nieve” como canta Silvio Rodríguez es lo que necesita el planeta no solo en calidad, sino en cantidad. Este perro mundo necesita de más Mafaldas y Claudias Sheinbaums, para seguir combatiendo a los obsesivos de la miseria humana empecinados en sus obsesiones.




Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 05 de octubre de 2024

Amarás a Evo por sobre todas las cosas

 

Las valoraciones acerca del rendimiento del gobierno de Luis Arce son una cosa y la crisis que ha quebrado al MAS-IPSP es otra, pensarán algunos, cuando en realidad las posibilidades de conducir una gestión presidencial medianamente fluida pasan ineludiblemente por la gobernabilidad, condición indispensable con la que Evo Morales estuvo al mando del país durante casi 14 años, gozando primero de mayoría parlamentaria y al final, incluso, con dos tercios del voto de la Asamblea Legislativa Plurinacional.

A estas alturas hay que decirlo de manera clara y concisa: Evo Morales nunca creyó en el triunfo de Luis Arce en las urnas. Impuso su candidatura porque argumentaba que era el momento de la clase media y por ello había que desplazar a lo indígena originario campesino a un segundo plano en el binomio. A partir de una investigación a cargo de este periodista, la conclusión, confirmada por varias voces es que Morales calculaba que el ganador sería Carlos Mesa, que el MAS pasaría a la oposición y se dedicaría a sembrar el camino hacia las elecciones de 2025. 

Los candidatos a la presidencia y a la vicepresidencia de las organizaciones sociales, información de dominio público, eran David Choquehuanca y Andrónico Rodríguez, pero como Evo odia con toda el alma al Jilata porque entre otra cosas alguien lo inflamó contándole que es “agente de los gringos”, forcejeó hasta imponerse al Pacto de Unidad que se vió en la durísima tarea de convencer a las organizaciones y a sus bases que esta era la salida para garantizar la unidad, imprescindible requisito en la búsqueda del triunfo para las elecciones que finalmente se realizaron el 18 de octubre de 2020. En aras de no quebrar al “Instrumento”, Choquehuanca se bajó de la candidatura presidencial por decisión propia y de esa manera el temporal amainaba y se podía comenzar a encarar la campaña con “Arce Presidente” y el “vamos a salir adelante”.

Nunca Evo Morales aceptó que el MAS podía continuar su camino en la construcción de su llamado Proceso de Cambio con alternancia interna y continuidad programática. Pensó siempre –sigue pensando—que después de Evo Morales solamente existe Evo Morales, lo que nos lleva a pensar que el oriundo de Orinoca se convirtió en la entidad humana en la que se concentraba el Estado, con todo lo que eso significa en términos estalinistas de utilización del poder y de decisiones para el funcionamiento del país.

Cuando Arce Catacora ganó las elecciones con un rotundo 55.10 por ciento, Evo seguramente quedó bien sentado en la primera silla que encontró, que por supuesto ya no era la presidencial,  para intentar reaccionar ante un resultado que para el era impensado. A esas alturas, ya había inventado el Conalcam para sustituir al Pacto de Unidad y privilegiar a un entorno de ministros a los que consolidó como su círculo íntimo en su exilio en Buenos Aires, sobre todo a partir del momento en que las organizaciones le dijeron que no querían saber de ninguno de sus colaboradores “de García Linera para abajo”, es decir, comenzando por el ex Vicepresidente.

“Esos ex ministros son más leales que ustedes”, les dijo Evo Morales a dirigentes del Pacto de Unidad con lo que quedaba sellada en términos prácticos una ruptura entre el ex presidente y esas organizaciones que con el nombre de Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (IPSP) dio lugar al surgimiento del Movimiento al Socialismo (MAS).  

No es cierto que en principio Luis Arce comenzó sometiéndose a las directivas de Evo. Desde los inicios mismo de la campaña electoral se advirtieron diferencias y quedó claro que Evo era el jefe de campaña desde Buenos Aires y Arce el candidato que tenía el derecho de tomar algunas decisiones estratégicas en tanto era el quién asumía el desafío de por lo menos igualar o superar los números que había logrado Evo en anteriores elecciones. Dicho y hecho, Lucho pulverizó las previsiones de encuestas que decían que partía con una base del 20 por ciento del voto duro: Logró el 55.1, superando el 53.7 logrado por Evo en su primera elección de 2005.

En ese trayecto Evo tenía que decidir si le sumaba el acompañar al gobierno de Lucho como jefe del partido experimentado ex Presidente, o era mejor desmarcarse precisamente para sacarle rédito a esa ruptura y proyectar su candidatura hacia las elecciones de 2025. Las decisiones están a la vista y a estas alturas  del resquebrajamiento del MAS-IPSP Evo pasó efectivamente a la oposición pero no de Carlos Mesa, sino de su mismísimo ex Ministro de Economía y Finanzas Públicas.

Así llegamos, luego de muchísimos encontrones, congresos frustrasdos y no reconocidos, incumplimiento con las obligaciones ante el Tribunal Supremo Electoral y una feroz campaña opositora para socavar al gobierno de Arce, que Evo está otra vez en la carretera en marcha, parece que caminando poco y viajando cómodamente en una 4 por 4 con vidrios polarizados, dice que para “salvar a Bolivia”, lo que traducido asus expectativas y agenda significa alcanzar nuevamente la candidatura presidencial pase lo que pase, cueste lo que cueste.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 21 de septiembre de 2024

 

 

El éxito no se analiza

 Decía César Luis Menotti, entre las tantísimas cosas inteligentes que lo distinguían acerca de su capacidad para leer-escribir el fútbol, que el éxito no se analiza. Eso significaría que el éxito puede derivar en exitismo que consiste en el exceso de celebración luego de conseguido un objetivo. No analizar en el contexto de un resultado feliz lo acontecido en un campo de juego significa que se impone la hora de tirar cohetes y descorchar botellas y que no cabe otra cosa que danzar y saltar, que gritar vivas hasta secar gargantas.

Para el lenguaje empresarial, lo acontecido en el estadio de Villa Ingenio de El Alto es un Caso de Éxito, basado en el modelo aplicado por Fernando Costas, Presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) en su club, el Always Ready de La Paz, que terminó convirtiendo en equipo alteño con el propósito, finalmente conseguido, de ascenderlo a la división profesional . El pasado 20 de febrero, el llamado equipo de la banda roja le propinó una histórica goleada al Sporting Cristal del Perú (6-1) en su casa a un poco más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar, por Copa Libertadores de América. El entrenador de ese equipo era Oscar Villegas, el mismo que hace cuarenta y ocho horas debutó como seleccionador en las clasificatorias o eliminatorias que conducen hacia la Copa del Mundo a jugarse en 2026 en canchas de México, Estados Unidos y Canadá.

Contradigamos por esta vez a Menotti para diseccionar los componentes que dieron lugar a ese rotundo 4-0 con el que la verde boliviana se impuso incuestionablemente a la vinotinto venezolana. En esta misma columna, hace catorce días, se dijo que Bolivia había decidido jugar en el cielo, que subir del histórico Hernando Siles de La Paz al estadio alteño era una apuesta, en primer lugar, por maximizar la ventaja que supone desempeñarse en la altura. Pues bien, este primer argumento puesto en práctica por la FBF ha funcionado a la perfección, en tanto Venezuela decidió no ser ni la sombra de lo que había expuesto en sus partidos de Copa América y de esta misma etapa mundialista que la sitúa en el cuarto lugar de la tabla de posiciones y que hasta el partido con Bolivia estaba invicta con dos triunfos y tres empates.

La recuperación de la ventaja de jugar a cuatro miles de metros sobre el nivel del mar, por lo tanto, funcionó sin fisuras. El argentino Fernando Baptista, seleccionador de Venezuela, se mantuvo invariable, antes y después del partido, en su posición de no referirse al argumento-pretexto de la altura, exhibiendo una ética deportiva infrecuente en el mundillo futbolero caracterizado por las excusas para justificar malos resultados. Queda claro entonces: La altura juega cuando el equipo nacional sabe que hacer en la cancha haciendo valer su condición de anfitrión y en esa medida, así como Villegas supo sacarle ventaja a la ciudad y al estadio en el que jugaba cuando dirigía Always Ready, puso en evidencia su oficio, experiencia y algo que hacía muchísimo tiempo les faltaba a quienes se hacían cargo de la selección boliviana y que  pasa por la actitud y el inicio de la construcción de una mística, aspectos claramente expuestos por el joven equipo por el que apostó el seleccionador.

Para completar el análisis, pensemos a continuación lo que sucede con la selección boliviana cuando queda obligada en su condición de visitante a prescindir de la ventaja de la altura. La verde debe jugar este 72 horas contra Chile en Santiago, ciudad que se encuentra al nivel del mar. Nuestra selección llega a ese partido con un abrumador antecedente: La última vez que Bolivia ganó fuera de casa fue el 18 de julio de 1993 precisamente contra Venezuela en Puerto Ordaz (7-1!!!), lo que quiere decir que su último triunfo se produjo hace 67 partidos y 31 años.

A partir de las cinco de la tarde del martes 10 de septiembre, Bolivia estará obligada solamente a pensar en el juego, en su propuesta exclusivamente futbolística frente a una selección chilena que acaba de ser pasada por encima (0-3) en Buenos Aires, por ese equipo de autor como definiera Marcelo Bielsa a la selección argentina campeona del mundo dirigida por Lionel Scaloni.

Villegas tiene clarísimo el guión de su emprendimiento. Dice que en la lista de sus prioridades  figura el trabajo que demandará una década con las juveniles, pero que eso no signfica que vaya a descuidar a la selección mayor en la que finalmente, después de tanto debate reiterativo, se ha decidido apostar por una nueva generación de futbolistas que han comenzado esta nueva etapa desatando una celebración que los alteños y las alteñas se merecen. Bolivia ha sabido jugar con la altura a su favor frente a Venezuela. Ahora contra Chile debe dedicar sus esfuerzos nada más que a jugar al fútbol. Los futboleros tan proclives al exitismo, saben que esto recién comienza y que la paciencia es clave para permitir que un trabajo pensado a mediano y largo plazo pueda generar algún fruto.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 07 de septiembre de 2024

La inocencia nunca nos vale

  En tiempos de redes sociales y de fiebre tiktokera los orígenes de hechos históricos trascendentes se han perdido irreversiblemente en la ...