sábado, 28 de junio de 2025

¿Étnicos o cívicos?

 

Las campañas electorales resultan escuálidas para quienes se toman en serio la línea de tiempo colonial, republicana y plurinacional. Cien días carajo. Un día carajo. Ni un día, ahora mismo. Se farrearon la plata de las empanadas, es decir, del gas. Quieren que seamos como Venezuela y Cuba. El modelo económico ha fracasado (firmado, Andrónico Rodríguez). Evo será candidato si o si, de lo contrario no habrán elecciones…¿De verdad creen que con este tipo de expresiones, con este coyunturalismo barato, se resolverán los problemas del país que tiene históricamente irresuelto el choque entre nación cívica y nación étnica? (“Rescoldos del pasado, Conflictos culturales en sociedades postcoloniales”, Javier Sanjinés, PIEB, 2009).

Impuesto el nuevo tiempo cotidiano a través de las redes socio-digitales, vivimos/soportamos la dictadura del aquí y ahora, prescindiendo del antes, del ayer, del pasado como acumulación de memoria, sentido comunitario e identidad. Todos los candidatos  están en el juego, llevados de las narices por la oligarquía tecnológica, incluidos aquellos que se precian de ser antiimperialistas hasta el tuétano, pero que usan las redes imperiales para hacer de las noticias falsas la narrativa que les permite sostenerse en el debate político.

Ese lugar común que dice que lo importante siempre queda pospuesto por lo urgente es en el que hoy día navegamos hacia el 17 de agosto de 2025. Todos, absolutamente todos los candidatos, neoliberales y nacional populares coinciden en que sin la asistencia del crédito internacional no habrá manera de controlar la economía, inyectando dólares al mercado, estabilizando los precios de la canasta básica de alimentos y regularizando  la provisión de combustible que permita recuperar la normalidad que permite el contar con diésel y gasolina, necesarios para un considerable espectro de las actividades productivas.

Las fórmulas para remontar este momento adverso de la economía nacional borran fronteras ideológicas. Unos acudirían al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional, los otros persistirían en que los grandes negocios pasan por tratar con China y Rusia, que no se meten en listas de comandantes y ministros, en tanto su pragmatismo no pasa por el intervencionismo en los asuntos internos de países dependientes como el nuestro. Esto significa que quedará otra vez pospuesta la discusión estructural de por qué no podremos tener otra cosa que estas dos bolivias a las que el ya citado Sanjinés caracteriza de la siguiente manera: “Las concepciones de nación cívica  y de nación étnica deben ser consideradas como dimensiones problemáticas de un mismo fenómeno: la construcción del Estado-nación. La búsqueda de una ecuación entre ambas nociones, entre, por una parte la nación como una comunidad política de ciudadanos, y, por otra la nación como una mezcla de culturas, fue en el pasado y sigue siendo hoy, una lucha constante en el imaginario político de las sociedades latinoamericanas."

Lo cívico, tal como lo señala la práctica del Comité Pro Santa Cruz es negación de lo diverso y potente expresión racializadora, mientras que lo étnico trae lo ancestral, lo originario, como marca del pasado-presente que se transfiguran en un solo tiempo: Aymaras, quechuas, guaraníes y todos los pueblos indígenas desde el antes, desde siempre y con marca distintiva en el ahora debido a la constitucionalización de esa “mezcla de culturas” a la que se refiere Sanjinés y que se traduce en la puesta en vigencia del Estado Plurinacional.

En otras palabras,  este asunto hace a la esencia de los orígenes de lo boliviano, antes y después de la fundación republicana, y fueron el MNR el siglo pasado (Revolución de 1952) y el MAS-IPSP en sus dos primeras gestiones gubernamentales, las únicas dos expresiones políticas en nuestra historia que se tomaron en serio la reorganización de la sociedad desde la mestización de lo indígena (campesinos) y desde la inclusión a la ciudadanía desde lo originario campesino con resultados que a ojos vista resultan inacabados, imperfectos y que mantienen dicha cuestión nacional medular en la suspensión contínua de su tratamiento. El político que no quiera entender que Bolivia es un país de indios, nunca entenderá la esencia identitaria del país, y como consecuencia, seguirá funcionando con la insuficiente lógica de la receta economicista.

El Estado Plurinacional es un proceso inacabado y un proyecto político interrumpido por la división y la autodestrucción, crisis que por supuesto los agentes del capital transnacional culturalmente uniformizante están aprovechando para recuperar el poder estatal que perdieron hace ya más de dos décadas.

Si los muy poco letrados políticos bolivianos y varios de ellos, enemigos del pensamiento y de la memoria, leyeran “El espejismo del mestizaje” (2004) y el ya citado “Rescoldos del pasado” de Javier Sanjinés, profesor asociado de Literatura Latinoamericana y de Estudios Culturales en la Universidad de Michigan, EE.UU. podrían comenzar a salir del estado de ignorancia sobre su propio país en el que deambulan desde hace por lo menos cuatro dècadas.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 28 de junio

miércoles, 25 de junio de 2025

La película que no será


 

En lugar de endilgarles la culpa a los que menos culpa tienen, los operadores del evismo, del androniquismo y del evismo-androniquismo podrían comenzar por hacer un mea culpa acerca del desastre nacional al que nos ha conducido el caudillo de Isallavi-Orinoca, dejando por un minuto en la antesala del psicoanalista los atuendos de sacerdotes y sacerdotisas de esa iglesia fundamentalista instalada en los dominios chapareños y desde la que se vienen urdiendo marchas, bloqueos, amenazas, ultimátums y noticias falsas de todos los tamaños.

Los caminos por los que ha decidido transitar Evo Morales desde que decidiera quebrar la bancada masista en la Asamblea Legislativa Plurinacional (septiembre, 2022), nos llevan por rutas y estados de ánimo de diversa sintomatología, todas ellas de consecuencias nefastas. En primer lugar, a quienes creímos en el y votamos desde 2002 para que fuera presidente, nos produce lástima y decepción desde que apostó por la enajenación de convertirse en presidente vitalicio. A continuación nos provoca indignación porque entre las cosas que dice a diario desde su guarida de Kawsachun Coca y las que verificamos en la realidad, hay un basural de diagnósticos delirantes, burdas mentiras y acusaciones en forma de calumnias e injurias.  Finalmente, las últimas acciones decididas por su maltrecha figura que va desde la debilidad por las menores de edad hasta la demagogia más grosera, nos generan impotencia: Jovencitas abusadas y silenciadas con la maquinaria del poder y policías asesinados en Llallagua que fueron enviados para reestablecer el orden y la calma en plan de superar el bandidaje a sueldo promovido para generar el caos suficiente que precipite la renuncia del presidente Arce y del vicepresidente Choquehuanca.

Esta horrible película en formas de pesadillas varias pudo haber sido otra si Evo hubiera aceptado las reglas y estilo de juego que pretendía Luis Arce para su presidencia. Si en lugar de boicotearlo desde el primer día de campaña electoral y desde el primer día de su gobierno, hubiera aceptado su rol de conductor del MAS-IPSP superando las obsesiones a las que lleva creerse lo que uno ya no es ni puede ser: Evo se hizo presidente imaginario desde el 8 de noviembre de 2020 y así comenzó la caída libre. Quitado Choquehuanca del camino –un indio por otro indio suponía el acabose político de Evo-- , si a Arce le iba medianamente bien como le fue en el combate al Covid-19, Evo hubiera tenido que olvidarse de pensar en el retorno a la silla y como tal cosa era inconcebible, puso a funcionar a su puñado de tirasacos para que lo ayudaran a sabotear al gobierno que el mismo había gestado, hasta que quedara hecho astillas.

Evo hizo de Andrónico un obediente operador que desde la presidencia del Senado cumplió con las instrucciones de sabotear al Ejecutivo y hoy día, como buen aprendiz de demagogo culpa al gobierno por la crisis económica, se estrella contra el presidente Arce cada que lo considera necesario achacándole todos los males que padece el país, cuando el inicio del desmoronamiento de la estructura política nacional popular fue decidido por su jefe eterno para a continuación culpar al presidente saliente por la crisis multifactorial de carestía de combustibles, encarecimento del costo de vida y desaparición del dólar de los mercados nacionales.

La película deseada para la fase 2020-2025 pasaba por facilitarle la vida a Arce para que pudiera encarar sin obstáculos y con fortaleza política la mano pesada que se nos venía encima. Solamente con abstenerse de pretender meterle mano al gabinete ministerial y de no dar directrices invasivas para el funcionamiento del Ejecutivo, Evo se habría situado en posición de liderazgo acompañante y de solidaridad ante la cruda realidad de la duplicación de los precios de la canasta de alimentos y la subida del dólar de 6.96 a 15, 17 y hasta 20 bolivianos. Si así se hubiera procedido, el MAS-IPSP seguiría siendo uno solo y batallando en unidad y fortaleza contra la crisis y evitando el acrecentamiento de expectativas de retorno de cualquiera de los candidatos de la derecha de los que hasta ahora no se conoce una aggiornada visión de país que ha cambiado con la incorporación de las clases subalternas y los pueblos originarios a la vida ciudadana de Bolivia.

Evo no quiso esa película. Se deshizo de Eva Copa y esta le contestó con un triunfo de sesenta y pico por ciento de votos para ganar la Alcaldía de El Alto. Atacó a Del Castillo con esa misma mala onda y sin fundamentos, y este hizo tabla rasa para acabar con las mini unidades de negocios narcotraficantes en el Chapare logrando records que superan largamente los números obtenidos por sus antecesores. Y en lugar de dejarlo volar sólo, sujetó a Andrónico de los cojones para que nunca pudiera ser el mismo y no más muñeco de ventrílocuo. De esta manera, Evo trituró el instrumento político que con tanto sacrificio se construyó en casi tres décadas. Eso sí, a todos lo que creímos en el nos amenazan por las calles y plazas del conservadurismo llamandonos masistas de mierda.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 14 de junio 

Ídolo de barro

 

El año pasado le pregunté a un académico cochabambino a través de un audio de whatsapp si sabía quién había promocionado un viaje de Andrónico Rodríguez a Colombia, considerando que en calidad de asesor del Presidente del Senado, seguramente tenía claridad y precisión sobre el asunto. La respuesta que me dió tenía forma de pregunta: “¿Qué has estado fumando?”.  De esta manera me quiso decir que de asesor de Andrónico no tenía nada, y mi replica fue terminante en sentido de que nada más le estaba haciendo una pregunta periodística. Para fines de contextualización, el académico en cuestión si fuma, vicio universitario que felizmente dejé atrás hace cuarenta años.

Resulta que hace unos días, recibí la información de que el fumatérico investigador encabeza un grupículo que podría denominarse “Los adoradores de Andrónico” que suena más como nombre de una banda musical que forma parte del Alba carnavalera de Oruro. Pues bien, este grupo de profesores, asesores o como quieran llamarse, que probablemente se reúnen en alguna sajra hora para elucubrar acerca de las tareas del nuevo predestinado, ha decidido convertir en Dios al también Vicepresidente de las seis federaciones de campesinos cocaleros del Chapare, al que parece haberse inducido a buscar una carrera presidencial cual si fuera el ídolo del sueño del rey Nabucodonosor sobre una estatua gigante con cabeza de oro, torso de plata, caderas de bronce, piernas de hierro y pies de barro cocido.  Andrónico, según estos idolatras, podría tener una cabeza dorada, pero en lo que todavía no parecen haberse fijado es que efectivamente tiene unos piececitos hechos de adobe de mala calidad, en tanto los pasos que ha dado hasta ahora para buscar la candidatura presidencial se han caracterizado por la incoherencia y la improvisación.

Una o dos encuestas que lo situaban en el primer lugar de las preferencias electorales realizadas en el primer trimestre del año, inflamaron la testa de Rodríguez que brega por tener personalidad definida, pero que lleva un marca pasos que le hace funcionar el corazón evista. Entre querer ser el mismo y batallar por no ser tachado de traidor, Andrónico es un androniquista-evista o un evista-androniquiano, es decir un artefacto político perjudicado por esa mal entendida lealtad que lo llevó a pactar con la derecha para continuar como presidente del Senado (2024 – 2025) y ejecutar implacablemente el bloqueo de créditos (1800 millones de dólares dormidos en la Asamblea) y el sabotaje contra el gobierno de Luis Arce, para finalmente llegar a decir su única frase resonante: “Este modelo económico ha fracasado”.

Lo que no dice hasta ahora Andrónico es en que consiste el ideario político que sustenta su lanzamiento. Por qué cree un deber, ser candidato presidencial. Con que estructura partidaria cuenta. Cuál podría ser su programa de gobierno. Quiénes lo acompañarían en su desafío para contar con una bancada parlamentaria sólida, resistente y proactiva. Lo que sí ha mostrado el hasta ahora proyecto de candidato es falta de  sentido de previsión al lanzarse a los brazos del Movimiento Tercer Sistema (MTS) de Félix Patzi, a pesar de haber sido prevenido de que la sigla confrontaría problemas debido a las arbitrariedades y abusos de tufo patriarcal cometidos por el ex ministro de Educación y ex gobernador de La Paz. Dicho y hecho, el partido de Patzi ha quedado fuera de la carrera electoral y ha dejado a Andrónico a la intemperie que ahora va en busca del zigzagueante Johny Fernández que ya ha afirmado que se tomará su tiempo para decidir que hará con su UCS…hasta julio!

 “Cuidado con hacer de Andrónico otro caudillo” (8 de febrero de 2025) escribí en esta columna. Y le metieron nomás. Al más puro estilo. Le dicen que está elevado a unas alturas desde las que no tiene por qué descender para hablar con el común de los mortales, mientras émulos de Elon Musk le auguran convertirse en la mejor oposición de izquierda y el continúa emperrado en que el “arcismo” ha llevado al país hacia este momento crítico, cuando el mismo se convirtió en parte del problema al sabotear al gobierno nacido de su misma entraña partidaria y al persistir en convertirse en un mini Dios que ama y teme al Dios mayor, pero que como no puede ser candidato (no tiene sigla y está inhabilitado), le toca a el tomar una posta que nadie le entregó.

Los politólogos de TV, esos que abrazan la exposición pública por sobre todas las cosas, y algunos otros que se autodefinen como “intelectuales de izquierda” han hecho de Andrónico Rodríguez un empaque político de diseño llamativo, digamos una atractiva cáscara fabricada desde el marketing y las encuestas,  pero que vistas las cosas hasta aquí, no es nada más que el resultado de una engañosa estrategia desde la que se ofrece humo en cajitas de fósforos. Andrónico, que sepamos, no ha dejado de ser militante del MAS-IPSP, es precandidato no se sabe de qué partido y ha sellado con su errática conducta la división del bloque popular. ¿Qué has estado fumando? podría preguntarle su asesor mayor.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 30 de mayo

 

Martes 13

Estaba a una semana de cumplir noventa años, pero su energía fue tan extraordinaria que le cambió el sentido supersticioso al martes 13 para dejar de respirar por la tarde de este día como nos lo había anticipado hace algunos meses. El Pepe Mujica ha tenido una vida tan extraordinaria y tan abrazadora de la humanidad que hasta parece habernos advertido que así lo haría, que se moriría el día de la mala suerte, para convertir el momento de su fallecimiento en un día de celebración de todo lo que fue su vida junto a Lucía Topolansky, su compañera de lucha y lecho, con la que compartieron su sencilla casa de campo de Rincón del Cerro, situada en las afueras de Montevideo.

Se ha recibido con serena tristeza la noticia de la partida de este maestro de la vida, de este padre de la esperanza vital, de este comunista bueno y lúcido como ninguno en América Latina, que certifica que el comunismo pudo haber sido distorsionado por la enajenación a la que puede conducir el ejercicio del poder, pero que comunistas como este Pepe Mujica nos recuerdan que pensar la vida como la comunidad humana que debiéramos ser, nos hace personas de entrañas con alma, personas que militamos en la diversidad de  tiempos y pueblos, aquellos milenarios que nos trajeron hasta aquí, y aquellos otros que se reinventan en la vorágine de la contemporaneidad.

Ha partido este uruguayo del mundo, pero no se ira de ese infinito Nosotros desde el que alguna vez pensamos  que cuando fueramos grandes debiéramos ser como el Pepe Mujica. Para decirlo en el sentido argentino del término, muchos ya estamos grandes, de sesentones para arriba y en estas nuestras edades hechas de memorias persistentes de sensibilidad, recordaremos escuchando una y otra vez a este que se convirtió en gran influencer de las redes sociodigitales con su palabra cargada de una filosofía de la cotidianidad para comprender el sentido de lo humano.

Ese mismo martes 13, como si se tratara de un homenaje subliminal a Mujica en el día de su partida, Luis Arce Catacora, en horas de la noche, informaba que había decidido declinar a su repostulación a la Presidencia para las elecciones previstas para este 17 de agosto de 2025. Invocó a la unidad como tantas veces lo hiciera Fidel Castro defendiendo la revolución cubana y su “sentido de momento histórico”. Ya lo había hecho David Choquehuanca en 2020, bajándose de una candidatura pedida por las organizaciones sociales, cediendo el paso al  propio Arce, en aras de la preservación del MAS-IPSP como fuerza política monolítica del bloque popular y ahora le tocaba al presidente-candidato que mayor cantidad de votos obtuvo en la historia electoral de Bolivia (3 millones 393.978 mil bolivianas y bolivianos votaron por el).

Arce se bajó de la candidatura el día de la partida del Pepe y sus casi cinco años en el ejercicio  presidencial nos recordaron esa otra cara de la condición humana, esa repleta de obsesiones personalistas, odio incontenible, calumnias por doquier y otras bajezas que tomaron forma de sabotaje persistente contra una gestión gubernamental asediada por los delirios de Evo y la obsecuencia evista que un día decidió convertir al que hizo candidato en su principal enemigo, en el espectro de sus pesadillas, en la personificación de la traición, en el blanco perfecto para, incluso, cerrar acuerdos con los partidos de la derecha en la Asamblea Legislativa Plurinacional. A propósito de esto el Pepe Mujica fue terminante el 29 de noviembre de 2024: “En la vida hay un tiempo para llegar y otro tiempo para irse (...) Lo de Evo es inconcebible”.

Arce ha optado por una dificilísima decisión que se explica con una frase alguna vez pronunciada por el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan: “La democracia es un tranvía, cuando llegas a tu parada, te bajas.” Pues bien, Arce decidió bajarse luego de haber soportado cinco años de sabotaje a partir del rompimiento de la gobernabilidad que desde la Asamblea Legislativa decidieron senadores y diputados alineados con el evismo y que dió lugar a una gestión diariamente boicoteada, envilecida por los peores instintos que convertían al ex compañero en enemigo irreconciliable. Con esta decisión, Arce ha demostrado que jamás le interesó que se gestara el arcismo en el MAS-IPSP, que estaba muy lejos de su horizonte de vida pretender un culto a la personalidad con el que comenzó a destrozarse al instrumento político del bloque popular, erigiendo a Evo en deidad.

Hay evismo alentado por un puñado de fundamentalistas, no hay arcismo y ojalá que no haya androniquismo y que comience a discutirse en profundidad la necesidad de  eliminar de la estructura jurídico constitucional la reelección, estableciendosé una sola gestión para cualquiera que llegue a la Presidencia como hizo el Pepe Mujica que con un solo mandato (2010-2015) como presidente del Uruguay, tuvo suficiente tiempo para incidir con su palabra orientadora que trascendió fronteras: Un presidente puede optar por el camino de intentar seguir influyendo buenamente en su país y más allá, considerando que por su finitud, el ser humano está hecho de entradas y salidas mientras habite los tiempos y espacios de esta vida.  

 



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 16 de mayo

lunes, 12 de mayo de 2025

El tercer hombre

 

Cuando comenzaba la marcha decidida por Evo Morales contra el gobierno de Luis Arce (“Para salvar a Bolivia”), el hasta entonces presidente del MAS-IPSP, señaló a Andrónico Rodríguez como al tercer hombre del Estado. Estaba diciendo, entre líneas, que como Arce-Choquehuanca habían fracasado y traicionado al pueblo, el presidente del Senado estaba ahí, en la línea de sucesión constitucional y que sus tareas debían enfilar hacia el acortamiento del mandato del que fuera señalado como elegido por el jefazo para la candidatura el año 2020, que derivó en un indiscutible triunfo con el 55.10 por ciento de los votos.

Era 17 de septiembre (2024) y el segundo día de la marcha cuando Evo levantó la bandera a cuadros a Andrónico, marcha que finalmente fracasaría con su llegada a una pasarela de la autopista La Paz-El Alto, próxima a la avenida Montes, en la que se dieron cita apenas tres mil personas, de las cuales, las más descontroladas, no tuvieron mejor idea que cometer destrozos contra una escuela dependiente de la Fuerza Naval, mientras Evo, terminado el acto de cierre, dió media vuelta para regresar al Chapare.

El señalamiento hecho por Morales acerca de la jerarquía y “la misión” que le esperaba a Andrónico, provocó que el mandamás del Senado y Vicepresidente de la Coordinadora de las seis federaciones de campesinos cocaleros, desapareciera de la carretera y que  hasta el día de hoy, sus encuentros con Evo se hicieran esporádicos y excepcionales. Sus penúltimas intervenciones públicas sirvieron para ratificar lealtad en sentido de que el único candidato del MAS-IPSP era Evo Morales.(Sus últimas intervenciones, lo exhiben proclamado como precandidato para las elecciones del 17 de agosto).

Ese era el momento para que Andrónico diera un golpe sobre la mesa para interpelar al jefe de su partido y al Presidente del Estado diciéndoles que había llegado el momento de sentarse y discutir en profundidad las consecuencias que podía traer una fractura irrerversible en el MAS-IPSP. Hubiera significado que el “tercer hombre” estaba en condiciones de dar vuelta al sentido de la misión golpista a la que Evo quería forzarlo, para convertirla en la gran oportunidad de igualarse en musculatura política al jefazo y al Presidente y más todavía, podía haber por lo menos intentado inventar el escenario indispensable para gestar un genuino congreso ajustado al artículo 13 del estatuto que decía que la cúpula partidaria debía concertar los contenidos del mismo con las organizaciones representadas por el Pacto de Unidad.

Hasta ese momento la lealtad al jefazo había sido privilegiada por Andrónico que no dudó en cerrar un acuerdo con Comunidad Ciudadana y Creemos para reelegirse como cabeza del Senado, cuando el contexto parlamentario quedaba caracterizado por haber destrozado la gobernabilidad de la gestión de Arce y acometer un sistemático sabotaje, sobre todo, con la no aprobación de créditos internacionales en momentos en que el país comenzaba a padecer dificultades por iliquidez para el pago de importación de carburantes y de prácticamente la desaparición del dólar de la economía nacional. A continuación, el joven cocalero fue más allá, afirmando en un foro realizado en febrero de este año en Santa Cruz de la Sierra, que el modelo económico había fracasado, igualando así, la crítica contra el gobierno de su propio partido a las que hacen por lo menos hace quince años, personajes de las oposiciones de derecha como Samuel Doria Medina y Tuto Quiroga.

De esta manera, el tercer hombre de Evo se ha convertido en el tercer candidato posible del llamado Bloque Popular. Entre viajes programados fuera del país (Colombia, España, Paraguay, Marruecos) y proclamaciones “espontáneas” activadas por ex masistas y ex evistas (Mario Cronenbold, Jessica Jordan), Andrónico ni se brinda ni se excusa, y es que el no brindarse ni excusarse define su estilo ambiguo, indeterminado, indefinido y culipandero, que según el diccionario de la lengua española significa “evadir una dificultad prevista para no enfrentarla”.

Evo está inhabilitado pero se autodefine candidato, aunque sin sigla partidaria. Arce es el candidato a la reelección de un MAS-IPSP fuertemente golpeado por la división que se expresa formalmente en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Andrónico,--que sepamos, todavía militante del MAS-IPSP-- parece que sí, parece que no, sería la opción de salvataje, producto del apantallamiento que han generado dos encuestas realizadas por la derecha que lo sitúan como primera opción ganadora.

En esto anda la que se constituyera en primera gran fuerza política boliviana del siglo XXI con un caudillo obsesionado con el retorno, un presidente víctima de una emboscada sistemática desde que se hiciera candidato, y una figura de nueva generación que hasta ahora no exhibe necesarias cualidades de liderazgo y determinación si se trata de ponerse al frente de un proyecto político con vocación de poder.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 03 de mayo   

De regreso a Lima para morír

 

La reina del papel couché, Isabel Preysler, acababa de romper con Mario Vargas Llosa. Había decidido deshacer su noviazgo de revista del corazón –¡Hola!- para terminar ahuyentando las miles de hojas de papel ahuesado en las que descansan las soberbias novelas del escritor peruano. Como recién había pasado  a formar parte del registro de los “ex” de Isabel, no se me ocurrió otra cosa que traer a la memoria una canción de Julio Iglesias, el primero de los cuatro célebres ex de esta señora filipina, reportera estrella de reinas, príncipes, casas reales y otros lugares de diseño en los que el lujo es más importante, por supuesto, que la fiesta de un chivo, donde se puede leer la historia ficcionada de un dictador centroamericano, narrada con la rigurosidad y la maestría del escritor arequipeño.

Julio Iglesias no sospechaba en 1987 cuando se publicó este su disco, que terminaría cantándonle “Un hombre solo” sin querer queriendo nada menos que al úlitmo novio de la madre de sus hijos, entre los que figura como primogenito otro cantamañanas igual que el, de nombre Enrique, y que ha hecho de la pseudopoética para señoras que juegan al bridge, la marca exitosa traducida en millones de copias vendidas por continentes y mares.

Lo tenía bien merecido Vargas Llosa, por arriesgarse a jugar a chico estupendo a los ochenta y pico años, con una señora de setenta y pico, pero que parece de cincuenta. En el último tramo de su vida, luego de descubierta una dolencia incurable de la que no se ha sabido gracias a la discreción disciplinada de los suyos, retornó al redil familiar limeño, arropado por Patricia, Alvaro, Gonzalo y Morgana.

Dicen que habían celos de por medio. Dicen que eran incompatibles el vaporoso estilo de vida de Isabel, la reportera estrella de ¡Hola! con la disciplina literaria de Mario. Dicen , por lo tanto, que la vida del espectáculo público de alfombra roja es incompatible con la de la cultura, las ideas, los libros, la ficción, la novela. Falso. Vargas Llosa con el egocentrismo propio de su celebridad, creía que todo cabía en un mismo sitio. Alrededor suyo. Que a su tercera edad, era suficiente con que las erecciones fueran novela, cuento o columna de opinión donde exponía sus esquemáticas ideas neoliberales anticomunistas, bañadas de rencores contra su propio pasado como militante del boom literario latinoamericano de los 70-80.

Si de algo se salvó, Vargas Llosa al haber roto con Isabel, es de haber dejado de ser padrastro temporal de Enrique Iglesias, ese joven casado con la relampagueante tenista rusa Ana Kournikova, que ha seguido por el insoportable camino paterno de la balada romántica y nos ha taladrado de manera inmisericorde durante por lo menos dos décadas cuando teníamos que escucharlo por culpa del taxista o el micrero de turno. Desconsolado, el coqueto escritor comentó alguna vez cuando se alojó en casa de su hijastro que “habían muchas canchas de tenis, pero ninguna habitación apta para poder escribir”.

Finalmente, Vargas Llosa no terminó como el hombre sólo de la canción. Fue un entusiasta militante de la revolución cubana para pasar a converso rabioso neoliberal. Estuvo casado con una tía. Estuvo casado con una prima, Patricia, que le reabrió la puerta de la casa familiar para enfrentar su tránsito hacia la muerte: Infidelidad perdonada. Además de sus dos hijos y una hija, ya tenía media docena de nietos. Es Premio Nobel de Literatura. Ingresó por merecimientos en la academia francesa. Fue candidato a la presidencia del Perú y perdió contra un outsider (Alberto Fujimori) de origen cholo japonés, es decir que como político fracasó y cada vez que lo recordaba seguramente sufría de tormentos, y cuando su última pareja le dijo adiós, tuvo que saber, de manera definitiva, que en la vida no todas son victorias del ego, sino que a veces se imponen motivos sentimentales por fuera del control del oficio para escribir, todos los días, en los mismos horarios, con disciplina jesuita.

Hay, sin embargo, un motivo para seguir creyendo en el novelista peruano que dejó este mundo a poco de habe cumplido 89 años y para ello hay que leer Tiempos recios” (2019) que recrea la Guatemala de los años 50 cuando los Estados Unidos usando a la omnipresente CIA auspició a Carlos Castillo Armas para derrocar al gobierno de Jacobo Arbenz. El neoliberal de las columnas de El País de España, queda aquí suspendido por el autor de ficción que se despacha sin concesiones en una descripción de los métodos intervencionistas y tutelares de los gringos en América Latina. Es que el subconciente colectivo es muy poderoso y con esto queda demostrada una afirmación rotunda de Juan Rulfo: “La literatura es una mentira que sirve para decir la verdad” y que el propio Marito enfocaría a partir de su libro de ensayos “La verdad de las mentiras”. Vargas Llosa creyó que escribir dentro la burbuja que le preparó Isabel era posible. Finalmente supo que la cursilería también puede ser literatura y que en la profundidad más recóndita de su alma nunca dejó de habitar un antiimperialista.

(Columna originalmente publicada el 31 de diciembre de 2022 y actualizada debido al fallecimiento del escritor peruano).




Originalmente publicada en la columa Contragolpe de La Razón el 19 de abril

Educación, la asignatura olvidada

 

Llegué al mundo durante el primer año del segundo mandato de Paz Estenssoro. Fui al kinder bajo  la bota militar de Barrientos. Me asustaron con el comunismo que llegaba con Jota Jota Torres y la Asamblea del Pueblo liderizada por Juan Lechín. Me hicieron creer que durante el septenio dictatorial del banzerato se había salvado al país del comunismo. Continuó Pereda Asbún  que con golpe al golpista pretendió ejercer la presidencia luego de unas fraudulentas elecciones: Duró cuatro meses en la silla. Arribó a continuación otro milico, David Padilla Arancibia, del que casi nadie recuerda nada. Irrumpieron García Meza y Arce Gómez con su narcodictadura, luego de las presidencias de Guevara Arce, Natusch Busch, el masacrador de Todos Santos y Lidia Gueiler defenestrada, por su primo  en segundo grado, destacado jinete del Ejército.

Se instaló la nueva democracia después de las intrascendtes presidencias de los generales Torrelio y Vildoso, con una primera alianza que atemorizaba porque era naranja por fuera y roja por dentro, a la cabeza de Hernán Siles Zuazo con su MNRI, secundado por el MIR y el Partido Comunista. Siles Zuazo era el rival histórico de Paz Estenssoro en el MNR de la Revolución del 52, quien volvió al poder en 1985 para completar un cuarto mandato con la ayuda de Banzer que luego de pelearse con Sanchez de Lozada, le prestó apoyo a su ex perseguido, Jaime Paz Zamora, que siendo tercero en las elecciones del 89 llegó al Palacio Quemado.

Sanchez de Lozada, delfín de Paz Estenssoro, fue presidente entre el 93 y el 97, para que Banzer lo sustituyera hasta su muerte, convirtiéndose en el único militar golpista de los 70 en América Latina, regresando al poder por la vía democrática. Tuto Quiroga, delfín de Banzer, sustituyó  por cáncer terminal al General y le quedó sabor a poco luego de ejercer mandato sólo por un año. Volvió Sanchez de Lozada que en el primer y único año de su segundo mandato (2002 – 2003) hizo del país un desastre con 68 muertos bajo su presidencia antes de huir del país en octubre. Lo sucedió Carlos Mesa, a quién había contratado como candidato vicepresidencial sacándolo de su trono televisivo, también le fue mal y tuvo que renunciar para entregar la banda presidencial por sucesión constitucional al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez Veltzé que honró el sentido transitorio de su gobierno para convocar a elecciones que dieron lugar al triunfo de Evo Morales en 2005, que caracterizó sus dos primeros mandatos por transformaciones políticas, económicas y sociales con la definitiva incorporación de indígenas y campesinos a la ciudadanía boliviana, hasta que decidió desbarrancarse desconociendo el resultado de un referéndum que lo inhabilitaba para una nueva repostulación.

A  través de sucesión inconstitucional o golpe de Estado, asumió Jeanine Áñez que gobernó flanqueada por varios de los que ahora pelean por la candidatura dizque unitaria de la derecha. Su gobierno puede entendenalmente publicada en la columna Contragolpe de La Razón el 05 de abrilrse como un globo de ensayo de lo que le podría sucederle a Bolivia si llegan a ganar elecciones, Tuto Quiroga, Samuel Doria Medina o Manfred Reyes Villa. A continuación, por paliza electoral, ganó la presidencia Luis Arce, bendecido por el dedo del jefazo histórico del MAS, Evo Morales, que en realidad le había hecho una emboscada para ponerle todos los santos días, palos a las ruedas a la nueva gestión de su partido, el MAS-IPSP. Los caudillos son así, no toleran que haya otros que puedan superar sus records electorales y así nos va.

 Este apretado y esquemático resumen histórico es desconocido por las generaciones tiktokeras y de los nombrados solamente puede reconocerse a Paz Estenssoro como autor de una reforma educativa, inscrita en las medidas transformadoras de la Revolución del 52. Dicha reforma estaba referida a la universalización del acceso a educación y que según  la Constitución del 67 se trataba de “una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado.”

A 73 años de de la llamada revolución nacional, la educación en Bolivia ha sido sistemáticamente subordinada a segundos y terceros planos. Nunca más, ninguna de las gestiones presidenciales citadas, volvieron a pensar y a inscribir en el primer lugar de sus prioridades a la educación pública, notablemente limitada frente a la educación impartida por privados a través de escuelas y colegios de élite, de convenio religioso dominantemente católico o de gestión cooperativa. Ni que decir de las carreras de formación universitaria y de escuelas técnicas, públicas y privadas.

Por cómo se perfilan las campañas electorales que desembocarán en elecciones el próximo 17 de agosto, las políticas educativas volverán a quedar por fuera del debate político y así seguirán transcurriendo la vida con una educación que reclama a gritos, nuevas políticas para la generación de recursos humanos y contenidos actualizados en el proceso enseñanza-aprendizaje ajustados a este siglo XXI, bajo las coordenadas de memoria, presente y futuro.  

Con panorama tan sombrío, podríamos comenzar por ponernos de acuerdo para leer “Pedagogía del oprimido” (1968) del gran pedagogo brasileño Paolo Freire. Combatir el desconocimiento debiera ser otra de las más altas funciones del Estado.



Originalmente publicada en la columna Contragolpe de La Razón el 05 de abril 

Antonio Gasalla, el genial travestido

 

Cuando se apagan las luces del teatro Solís de Montevideo, un reflector apunta hacia la puerta de ingreso: Comienza a caminar lentamente hacia el escenario como si flotara entre nosotros, espectadores, Soledad Dolores Solari, una mujer con apariencia de solterona amargada, con los cabellos lacios y planchados, con una carterita ridícula colgandolé en la muñeca derecha. Todos mudos e hipnotizados, miramos el trayecto de esta que en realidad es una maestra de escuela que vive sin la compañía de nadie y tiene la capacidad de vomitar todos los prejuicios y fobias con las que ha construido una personalidad feroz y prejuiciosa cargada de malicia y lucidez. Detrás de Soledad, debajo, encima o de costado, hay un actor dueño de un estilo huracanado y desopilante que se llama Antonio Gasalla y que a los 84 años acaba de dejar este perro mundo, después de un padecimiento de demencia senil que lo condujo por el laberinto de la desmemoria que se manifestaba en actitudes como las de mandar a la concha de su madre a los noteros de los programas televisivos del espectáculo bonaerense que lo abordaban en las inmediaciones de su apartamento.

Habitante de personajes femeninos en el teatro, la televisión y el cine, Gasalla supo desatar risas y carcajadas, producto de interpretaciones con personajes femeninos por el mismo creados, que quedarán por siempre registrados en el imaginario colectivo porteño, en esa mágica ciudad que resulta más difícilmente comprensible si no se conoce algo de sus actrices, actores, escritores, músicos, boxeadores y cracks del fútbol.

Ya en el escenario ante una sala abarrotada de público, Soledad Dolores Solari, nombre nada casual de su personaje, comienza a hablar mientras plancha la ropa, exponiendo su pensamiento en voz alta acerca de todo lo que pasa por fuera de ese hábitat que solo es capaz de compartir consigo misma. Su timbrada voz no necesita micrófonos, sus ojos bien abiertos son de una expresividad que pasa de la reflexividad a la ira, de la escandalización a la sentencia moral.

Gasalla pudo ser una mujer afeada por sus frustraciones, otra mujer felliniana (Barbara Don´t Worry, presentadora de televisión), profesora de educación sexual (la maestra Noelia) y la Abuela que se sienta en el living de Susana Jiménez para enrostrarle las barbaridades que todos piensan, pensamos, y que la mayoría reprimida por los manuales de urbanidad y buenos modales no se atrevería a decir. Durante varias temporadas, la viejita llena de achaques y la cabeza intacta no se guarda nada y le profiere a la histórica rubia de la televisión argentina todo lo que se le canta: el tamaño de las tetas, los galanes con los que se habría, o no podido acostar y los hombres que como instintivos machos van detrás de las mujeres provistos de malas intenciones. Como todos sus personajes, la Abuela-Gasalla lo dice todo sin filtros, siempre atraviada de vestuarios femeninos, y maquillajes que destacan su feminidad, su mal gusto o su decrepitud.

Es tan incontenible la influencia de Gasalla, que en la actualidad se presentan en el teatro nuevas versiones de “Esperando la carroza” (1985), película de Alejandro Doria que a través de una comedia excesiva, retrata a la “famiglia” porteña de clase media que tiene a Mamá Cora –la primera abuela de todas sus personajes—en el centro del desmadre y la confusión, propia de esa cultura de conventillo en la que los comportamientos ruìnes son el resultado de pugnas e intrigas familiares. Hoy día, Martín “Campi” Campilongo es la Mamá Cora del teatro, o sea, el intérprete del mismísimo Gasalla que inmortalizó al personaje que mantiene vigencia durante cuatro décadas y que recupera actualidad en el teatro Broadway de Buenos Aires. Así de indeleble será la marca de un estilo, la de un teatro útil para estudiantes de sociología que a través de las ficciones y los delirantes personajes puestos en escena por Gasalla, se puede conocer con nitidez cómo es esa clase media, heredera de las taras europeas, sobre todo italianas y españolas.

Antonio Gasalla será recordado por su talento para ser varias mujeres en los escenarios y en el último tiempo por la obra teatral “Más respeto que soy tu madre” en la que el capocómico se mete en la piel de Mirta Bertotti, una ama de casa que combate domesticamente con su marido, un suegro adicto a las drogas y tres hijos adolescentes y que estuvo cinco años consecutivos en cartelera en el teatro Gran Rex, sumando un millón de espectadores.

También capaz de interpretar personajes masculinos, Gasalla copratagonizó con la inmensa Graciela Borges la película “Dos hermanos” (Daniel Burman, 2010) en la que se narra una relación de amor-odio, que sólo pueden encarnar intérpretes de muchos quilates y enorme rodaje en las tablas y en las locaciones cinematográficas.

Se ha ido Gasalla, aunque en realidad los grandes actores, aquellos que son capaces de contarnos las vicisitudes de la vida desde el juego escénico, nunca se van debido a esa mágica eternidad que son capaces de construir entre los mortales, estos genios de la palabra y la interpretación actoral.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 22 de marzo

 

Eunice

 

Entre las Fernandas del cine brasileño hay 26 años de travesía y dos películas que confluyen en la carrera del director Wálter Salles. En 1998, Fernanda Montenegro encabezó el elenco de “Estación Central” que le valió a la actriz una nominación para el Oscar. Seis años después, Salles volvió a la carga con “Diarios de motocicleta” (2004) con la que “Al otro lado del río” del uruguayo Jorge Drexler se alzó con la estatuilla hollywoodense a mejor canción original que en lugar de ofrecer palabras de circunstancia en el momento de recibir el premio, se permitió  la travesura de cantar su composición, luego de que los organizadores decidieran que la interpretación de la misma estaría a cargo de Carlos Santana y Antonio Banderas. Desobediente con la academia de la industria cinematográfica,  Drexler puso en evidencia por qué podía ganar la música de una película referida a los viajes que el Che Guevara había realizado en carreteras sudamericanas en 1952.

Montenegro nominada en 1998, Drexler, oscarizado por su canción en 2004-5 y finalmente,  por su interpretación en “Aún estoy aquí”, la otra Fernanda (Torres) hija de la Montenegro, era también nominada a mejor actriz por su rol protagónico y que le ha significado al cineasta carioca, premios internacionales entre los que resuena por su impacto comercial y mediático, el Oscar a mejor película internacional, que antes se le llamaba oficialmente “película extranjera”.

Walter Salles proviene de una acaudalada familia de empresarios banqueros (Unibanco, Itaú), pero que a contracorriente de la predominante ideología del mundillo de los ricos, sus películas son de una clara e inequívoca orientación progresista. Un comunista. Un zurdo dirían los ex ministros Arturo Murillo Prijic y Branko Marinkovic.  En una declaración hecha al diario El Mundo de España Salles ha dicho que cuando la derecha llega al poder “lo primero que ataca es a la educación pública y a la memoria.”

Precisamente, “Aún estoy aquí” es una película basada en la memoria del activista político Rubens Paiva (Selton Mello), detenido, desaparecido y asesinado por la dictadura brasileña en 1971, memoria escrita (e interpretada en la película) por Marcelo, hijo de Rubens y de Eunice Facciola Paiva (Fernanda Torres) que luego del apresamiento político de su esposo se convirtió en una prominente abogada defensora de los derechos humanos en Brasil.

Hasta aquí, cualquier reaccionario de los que amenazan como moscas por calles y plazas estaría gustoso de pensar que se trata de una película-panfleto, pero cuando uno se interna en la narración de Salles, sabe que está asistiendo a la historia de una familia que festeja la vida cotidiana en una sencilla casa  situada a pocos pasos de la playa de Copacabana. “Aún estoy aquí” es una propuesta con fuerte base de información política e histórica, pero pone el foco en la personalidad de Eunice, que mientras su esposo hace activismo por teléfono desde su escritorio y al mismo tiempo sabe ejercer de padre amoroso y presente, maneja con lucidez maternal las relaciones con sus hijas e hijo que transitan entre la adolescencia y  la juventud, en tiempos compulsivos en que sobrevuela sobre nuestras cabezas el Plan Cóndor.

De la luminosidad diaria, las risotadas a las horas del almuerzo, los tiempos compartidos junto al mar con la elección de una fotografía que nos remite a los viejos álbums de hace por lo menos medio siglo donde quedan registradas imágenes de tiempos felices, la película pasa súbitamente hacia lo sombrío y oscuro determinado por la presencia paramilitar en la casa de los Paiva, primero para llevarse a Rubens y luego para vigilar a Eunice e hijos y así evitar posibilidades de desesperados pedidos de socorro. El tiempo de la angustia y la impotencia cierra con la detención de Eunice a la que se incomunica para masajearla psicológicamente hacia la resignación de que su compañero nunca más retornará, resignación que se convertirá en fortaleza para aceptar la fatalidad con entereza y hacer de la resistencia emocional una forma de vida cotidiana.

Transcurridos los peores momentos de la crisis familiar, cuando un periodista de la revista Placard les pide a Eunice y familia que pongan caras de circunstancia y que “no sonrían” para ilustrar la cobertura sobre el asesinato de Rubens, Eunice-Fernanda Torres les dice a hijas e hijo que hagan lo contrario: ellos no conciben, a pesar del dolor, una vida capturada por los rencores y las amarguras. El recuerdo amable del padre es más poderoso que la impotencia de haberlo perdido por sus convicciones y compromisos con las causas de la democracia y la libertad. Tristeza nao tem fim, felicidade sim cantaron Vinicius de Moraes y Tom Jobim: con “Aún estoy aquí”, Wálter Salles respaldado por las Fernandas, madre e hija, Montenegro y Torres, acaba de desmentirlos.




Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 08 de marzo

domingo, 23 de febrero de 2025

El comentador

 Cuando Rafael Archondo Quiroga (RAQ) publicó hace ya muchos años que una dupla electoral con posibilidades de éxito podría estar conformada por Juan del Granado y Ernesto Suárez no se advertía que solamente estaba opinando como un hijo de vecino cualquiera, que su idea no era el resultado de los conocimientos que le otorgaron sus años universitarios para hacer prognosis. Transcurrido el tiempo, quedó claro que se trataba nada más que de una ocurrencia, o como ahora dice, de un comentario. No son bromas de mal gusto como las que resultan de los textillos feisbuqueros de este personaje que se ha ganado el apelativo de francotirador de Puebla (México), por haberse dedicado a disparar desde lejos contra todos los que le caen mal, los que no encajan en su lista de amiguetes que le palmotean la espalda para hacerle creer que es estupendo y que ahora es fan de María Corina Machado y toda su corte de reaccionarios, enemigos de la Venezuela de Maduro.

¿Estará RAQ entre los seis mil operadores mediáticos que se quedarán sin los sobres que USAID, a punto de desaparecer, militantes del periodismo “independiente” para seguir sustentando una organización que podríamos llamar “La mentira organizada”? Este es, como los suyos, un comentario, pero en forma de pregunta, no otra cosa. Por siaca.

Cuando RAQ mete las gambas, lo hace con éxtasis de autocontemplación, esta vez como aplaudiendosé frente al espejo para celebrar una nueva teoría que le permita, vanamente, intentar salir del paso. Dice que cuando afirmó que el binomio del MAS estaría conformado por Eduardo y Andrónico Rodríguez estaba nada más haciendo un comentario, que eso no tiene por qué ofender a nadie y que si el expresidente de la transición 2005-2006 no quiere exponerse a ser fotografiado debería encerrarse entre cuatro paredes de modo que sus reuniones “secretas” no queden en evidencia.

En esa misma línea argumental inscrita en la nueva “teoría del comentario”,  se puede decir que cuando un puñado de fiscales del gobierno de facto presidido por Jeanine Áñez pretendían extorsionar al propietario de este diario, para arrebatárselo a través de un apriete judicial (año 2020), La Razón quedaría en manos de un par de golpistas a cambio de inversión cero. De esa nueva composición accionaria emergería RAQ  que andaba husmeando en reuniones de este diario para incidir en su desestabilización y para buscar convertir su sueño de ser director de este medio.  Ojo, no hay por qué enojarse, utilizando la misma nueva teoría que el personaje acaba de inventar, se trata de un comentario y por lo tanto, tiene que estar todo bien sin lugar para rencores.  

Corresponde a continuación contar la historia tal como fue: La imagen registrada por el militante del Movimiento Sin Miedo, y Sol.bo, Edwin Herrera, lleva el siguiente texto: “Las tres corrientes del MAS en un café. Sebastián Michel, embajador de Luis Arce; Eduardo Rodríguez, cercano a Evo Morales; y Diego Pary, exembajador de Choquehuanca fueron fotografíados conversando en un local de la avenida Arce de La Paz. De fútbol, seguro que no fue”. Para averiguar lo verdaderamente sucedido, se imponía acceder a versiones de primera mano que en este caso permiten establecer que jamás se trató de una reunión concertada de quienes fueron “capturados” por Herrera.

A continuación “Asuntos centrales”, programa de radio Marítima de Santa Cruz de la Sierra convocó a Herrera y a RAQ para hablar de la foto como si se tratara de un hallazgo, cuando en realidad no pasaba de una anécdota. “Asuntos centrales” publicó posteriomente (con la fotografía de RAQ): “Periodista asegura que el binomio del MAS será Rodríguez-Rodríguez” quién pretende justificarse de la siguiente manera: “Lo que usted ve acá es un comentario. La palabra de una persona identificable y responsable. No es una noticia por ningún lado que se lo mire” y el programa radiofónico de Marítima deslinda responsabilidades: “El periodista, Rafael Archondo interpretó que la foto de Sebastián Michel, Eduardo Rodríguez y Diego Pary sugiere que el binomio del MAS estará compuesto por Eduardo Rodríguez Veltzé y Andrónico Rodríguez.”

Los expertos en noticias falsas y cultores de posverdades encabezados por RAQ, recibieron la siguiente respuesta de Rodríguez Veltzé: “No fui, no soy, ni seré candidato en las próximas elecciones. El Código Nacional de Ética Periodística (2012) prevé que los “periodistas” deben informar con veracidad y contextualizando contenidos, diferenciándolos claramente de sus propios comentarios, respetando  la intimidad de personas públicas y o privadas, sin invadir su privacidad con imágenes no autorizadas ni especulando sobre sus contenidos.”

Sobre fotografías y persecución política RAQ, tiene experiencia. Algunos de sus amigos las utilizaron para colaborar con el régimen represivo de Arturo Murillo cuando andaban intentado instalar en noviembre de 2019 que lo que habíamos vivido no fue un golpe de Estado, sino un fraude. Queda claro que para el comentador todo es fotografiable, aunque el precio sea el uso indebido de imagen contemplado en el art.21 de la CPE y  en el art.16 del Código Civil.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe del diario La Razón el 22 de febrero de 2025

Cuidado con hacer de Andrónico otro caudillo

 

El caudillismo le ha costado a Bolivia la instalación de dictaduras militares durante 18 años a partir de 1964 cuando el Gral. René Barrientos Ortuño derrocó a su presidente Victor Paz Estenssoro, líder de la revolución del 52 que quería seguir y seguir en el poder, pero con una notable debilidad por los militares que le pagaron mal. Primero fue Barrientos, su vicepresidente, que le dió una primera patada en el traste, luego le tocó al Gral. Banzer que le dió una segunda patada en 1974, expulsando al MNR junto con la Falange de la estructura gubernamental dictatorial. A su vez, Banzer fue un caudillo uniformado (siete años de dictadura, tres de gobierno democrático) que lejos de haberlo divisado, se convirtió en el referente histórico ideológico para perpetrar el golpe de Estado de 2019. El último caudillo es Evo Morales, otro con vocación prorroguista y recibió, también un patada por la retaguardia por el Alto Mando a la cabeza de los generales Kalimán y Terceros, a los que había mimado y privilegiado durante casi catorce años.

En plan autodestructivo –creía que eso le facilitaba un retorno express al poder-- Morales ha logrado debilitar in extremis al gobierno de su propio candidato de 2020, Luis Arce Catacora, hasta el punto casi terminal de la destrucción del MAS-IPSP que en marzo enfrentará el mayor desafío de su devenir partidario consistente en recoger del suelo los destrozos para intentar convertirlos en piezas de un nuevo puzzle, y así  generar una recomposición partidaria institucional que viabilice un binomio para las elecciones de 2019.

Luis Fernando Camacho, el principal paramilitar del golpe que llevó a Jeanine Áñéz a la presidencia, dice continuamente desde Chonchocoro que el MAS está acabado, que ya no tiene nada que ofrecerle al país, que ha destrozado la economía del país. Si fuera como dice el individuo que perpetró un golpe de Estado con la ayuda de su papá, no habría  la mínima necesidad de pensar en una candidatura de unidad y tampoco en encuestas convertidas en primarias para decidir quién puede enfrentar al partido de gobierno que con la interrupción de 2019-2020, lleva gobernando Bolivia, durante dos décadas. Todos contra el MAS es la consigna y si así se tiene definido es porque cada uno por su cuenta, solita su alma, considera que no tiene con qué enfrentar al partido azul, independientemente de quienes vayan a ser sus candidatos.

El valiente del nuevo escenario parecía ser Manfred Reyes Villa que decidió llevar adelante su candidatura con su propio partido  y sus propios candidatos a senadores y diputados, sin tratar de buscar alianzas forzadas que suelen servir para después, no para antes de las elecciones. Resulta que en los últimas horas, el alcalde cochabambino ha anunciado que para hacer campaña no renunciará a su cargo, que sólo pedirá licencia. ¿Ya le llegó también a el, el temor al monstruo masista?

En medio de este precipitado desmadre proselitista, en el que incluidos Branko Marinkovic y Chi Hyung Chu, saben que sus techos en las preferencias están por llegar a su límite, emerge la figura de un campesino cocalero de nueva generación, algo así como un quechua-fashion que tiene la cabellera recortada y rapada a los lados cual si fuera futbolista de la Premier inglesa y que ha aparecido en vallas publicitarias con fotografía de vocalista cantamañanas, el  hashtag “unidad ante todo” con un mensaje principal que dice “Andrónico bicentenario” al que alguna mano invisible con conocimientos de estrategias de campaña está posicionando como el candidato no candidato. En esa ambigüedad, en esa indeterminación, si se quiere en la tibieza de sus maneras se está intentando instalar al presidente del Senado como la figura-bisagra para reunificar al MAS-IPSP y de esa manera agarrar vuelo hacia el 17 de agosto.

El diablo no sabe para quién trabaja. El caudillo Evo engendró a Andrónico al nombrarlo tercer hombre al comenzar la marcha del MAS el  pasado año. Quería forzarlo a la arremetida para acortarle el mandato al presidente Arce y en ese momento el joven cocalero demostró que podía enojarse abandonando la travesía para no volver y afirmar categóricamente que no es ningún golpista. A partir de ese momento, el evismo se partió. Empezaron a surgir las voces de proclamación con “Andrónico presidente”, quién por ahora solo muestra astucia y les viene pegando por igual a Evo, del que no termina de destetarse al reafirmarse como orgánico, y al presidente Arce, para significar que el nada tiene que ver con el achacado fracaso gubernamental presente.

Si finalmente Andrónico Rodríguez termina convirtiéndose en opción electoral, optando el MAS por el mismo método de encumbramiento con el que se endiosó a Evo Morales, no nos quejemos: En la próxima década podríamos tener un nuevo caudillo que otra vez podría meternos en graves problemas de viabilidad política como en su momento lo hicieron Paz Estenssoro, Banzer y Evo Morales.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe del diario La Razón el 08 de febrero de 2025

El juego sucio del "todo pasa"

 

Debido a  la muerte de su esposa (2012), Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) durante 35 años, decidió dejar de usar un anillo con una inscripción que decía “Todo pasa”.  Manifestó entonces que eso era prácticamente lo único en su vida que no volvería a suceder: el compartir el día a día con la señora que lo dejó viudo.

“Todo pasa” es una frase mafiosa. Algo así como un axioma que se cumple de todas maneras en sentido de que no hay vuelta atrás y eso, en el territorio de las triquiñuelas, ayuda enormemente a que la impunidad se convierta en fortaleza institucional en un mundillo donde la coordenada ganar/perder tiene cada vez más que ver con la circulación de cientos de millones de dólares de una industria en la que los derechos de televisión crecen progresiva y geométricamente, mientras las casas de apuestas tienen la potencia para inducir a amaños de partidos en los que llegan a participar algunos futbolistas igual de inescrupulosos que sus patrones.

Esta es, respetables aficionados, aficionadas y aficionades, la verdad de la milanesa en la frenética industria del fútbol del siglo XXI y en ese frenesí, hay realidades futbolísticas poderosas por el dinero, prolíficas por la conversión de diamantes en bruto en verdaderas joyas del juego (canteras organizadas y trabajadas hasta el mínimo detalle), y tan artesanales como mediocres en las que el “Todo pasa” de Grondona se utiliza a rajatabla todos los días. A esta última categoría pertenece el fútbol boliviano en el que la improvisación y las malas artes dominan su identidad.

El jugador del Club Aurora, Diego Montaño, se llama en realidad Gabriel, y no tiene 19 años, sino 25. Falsificó su identidad inducido por algún genio que lo ayudó a quitarle seis años a su verdadera edad, probablemente para poder ser convocado a selecciones juveniles con la ventaja deportiva que supone una contextura física engañosa tal como sucedía en los años 90 de la Academia Tahuichi,  cuando su procer, Rolando Aguilera Pareja, decía que era más importante la patria chica que la patria grande y alguna vez, endiablado de rabia, --lo dominaba un temperamento muy sanguíneo--,  no tuvo mejor idea que orinar en una maceta del antiguo edificio del parlamento boliviano.

La práctica de alterar edades para equiparar físicamente a nuestros menudos y frágiles futbolistas con los del vecindario sudamericano era entonces un secreto a voces. De esta manera teníamos que jóvenes promesas de la pelota aparecían con documentos de haber cumplido entre 12 y 15 años, cuando en realidad ya tenían por lo menos entre 16 y 19. Dicha ventaja deportiva ayudó a Tahuichi a brillar competitivamente en el concierto sudamericano durante los años 90 y de esta manera pudo ganar varios “Mundialitos Paz y Unidad”.  ¿Pruebas? Una sola para sustentar esta versión: Una figura de la selección boliviana de fútbol que participó de la Copa del Mundo Estados Unidos 94 le preguntó alguna vez al seleccionador Azkargorta si quería saber su edad real o la “edad Tahuichi”. Esa práctica extendida en el más importante semillero del fútbol boliviano era comentada en voz baja en los malolientes pasillos de la componenda futbolera.

Con estos antecedentes, no tiene por qué sorprendernos lo de Diego-Gabriel Montaño, empeñado por ahora, en eximir de responsabilidades al presidente de Aurora y a su esposa que funge como apoderada del futbolista,  de los delitos cometidos que podrían significarle una condena a tres años de privación de libertad: Falsedad material, falsedad ideológica y uso de instrumento falsificado. Las consecuencias para el deportista podrían dar lugar a la prematura  finalización de su carrera, pero muy probablemente no sucederá lo mismo con el presidente del club, Jaime Cornejo y para su señora esposa, Sandra Valencia. Valga subrayar que la familia Cornejo Valencia podría ser considerada, cuando menos, como muy especial: La hija de los capataces del cochabambino “equipo del pueblo”, Alejandra, matrimoniada con otro futbolista, René Barbosa, descargó insultos racistas en abril de 2022 contra el afro ecuatoriano Kevin Mina que entonces vestía la camiseta de Guabirá de Montero.

Todo pasa. Probablemente todo pasará para la familia empresarial Montaño Valencia. Como pasó sin que se supiera publicamente que un prominente dirigente de uno de los grandes del fútbol boliviano, bastante pasado en copas, le confesara a este periodista que alguna vez había comprado los servicios de un árbitro para que su equipo ganará un partido de Copa Libertadores. Todo pasa para el futbolista al que en pleno vestuario, dirigentes e hinchas agarraron a golpes en el estadio de Villa Ingenio. Continúa en su club. Está convocado a la selección. Todo pasa en el fútbol boliviano, pero en realidad, vistas las cosas desde las despobladas graderías de nuestros estadios y desde la comodidad de los sofás frente a nuestros televisores, no pasa nada y seguirá sin pasar nada. Julio Grondona que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe del diario La Razón el 25 de enero de 2025

sábado, 18 de enero de 2025

El bicentenario de la república colonial

 

El odio clasemediero conservador contra el MAS parece encontrarse en pausa porque estaba fundamentalmente concentrado en la figura de Evo Morales que por estos días, ya se sabe, no es más jefe del partido y su condición electoral vigente es la de la inhabilitación que le impide buscar una postulación que pudiera conducirlo a una cuarta presidencia, luego de las tres ejercidas entre 2006 y 2019.

 Como Evo ya no será, el “¡masista!” como insulto callejero ha dejado de ser tan estruendoso en el último año, pero no por ello se debe perder de vista que ese odio ha permitido configurar en las dos últimas décadas el Odiometro antimasista que probablemente tiene entre los tres de su podio a un opinador que sus amigos pititas llaman “Chino”, quién el 8 de agosto del pasado año ha publicado “Los tres mitos a superar antes del bicentenario”, un artículo en el que se antepone el oficio de peón ideológico desprovisto de rigor conceptual con respecto de la los hechos que han configurado una república colonial fundada en 1825 y que desde 2009 tiene inscrita la misión de construir un Estado plural e incluyente desde la constitucionalización de sus pueblos y naciones indígenas originarias y a continuación campesinas.

El primer mito al que se refiere este operador dice que “somos pobres por culpa del imperio (o de otros”. Bastará con que el escribidor lea “Las venas abiertas de América Latina” (1971) de Eduardo Galeano para recordar que tal afirmación no puede ser otra cosa que una simplificación de la histórica condición de dependencia de nuestros países sometidos al capital transnacional, con injerencia en lo político y económico de nuestras presuntas “repúblicas independientes y soberanas”. No somos pobres por culpa del imperio, en todo caso no somos lo ricos que pudiéramos ser porque para que el imperio tuviera éxito en llevarse nuesto oro a cambio de baratijas, eran imprescindibles agentes locales (cipayos) que facilitaran los voraces objetivos de la “inversión extranjera” que ahora andan afanados por nuestro litio. En síntesis, esa condición de pobreza material de nuestras mayorías nacionales se la debemos en gran medida a las élites gobernantes a las que Carlos Montenegro caracterizó en “Nacionalismio y coloniaje” (1944) como la antinación. Para una correcta documentación que permita un conocimiento procedente de la investigación académica (el autor es estadounidense) es imprescindible leer “Minas, balas y gringos, Bolivia y la Alianza para el Progreso en la era Kennedy” (2016) de Thomas C. Field Jr.

El segundo mito, según este operador de la derecha, dice que “el pasado precolombino era mejor” e intenta justificar esta afirmación con frívola liviandad: “el pasado trajo cosas negativas como positivas. Siglos después, concluimos que los quechuas no habríamos sido los quechuas sin el contacto con España y los otros pueblos”, es decir que los quechuas se habrían quechuizado gracias al contacto con los conquistadores debido a la colonización de los cuerpos de las mujeres indígenas con las que se edificó el mestizaje. Sería muy bueno que el autor de semejante interpretación nos informara sobre las fuentes de esa “nostalgia precolombina”. Que sepamos contemporáneamente, el mismísimo Papa Francisco pidió perdón “por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas” (2021), mientras que el rey emérito de España, Felipe VI no fue invitado a la posesión de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum (2024), precisamente por haberse negado a pedir perdón por la violencia exterminadora, explotadora y saqueadora de la conquista española. No es que el pasado precolombino haya sido mejor para nuestros pueblos indígenas, sucede que a partir de la llegada española a nuestras tierras comenzaron “cinco siglos igual” como canta León Gieco.

El tercer mito es para una contra-antología: “Somos ricos porque tenemos recursos naturales. Este cuento es muy reproducido en las escuelas, colegios, universidades y otros centros de información y tiene como fin ubicar al país como objetivo de las potencias extranjeras que ambicionan nuestra riqueza”. Para respaldar su genialidad dice que nos falta conocimiento porque en realidad somos pobres por lo mismo, por poseer recursos naturales y no estar preparados profesionalmente para dejar de serlo.

 Ningún cuento chino o cosa parecida: Tenemos un país materialmente rico pero históricamente saqueado. Con solamente examinar los desmembramientos territoriales sufridos contra Chile, Brasil y Paraguay, comprobaremos que las guerras del Pacífico, del Acre y del Chaco fueron activadas por intereses de los grandes capitales: guano, salitre, goma, petróleo y gas. Con sólo revisar la historia de la Standard Oil por estas tierras, llegaremos a la conclusión que estos supuestos tres mitos, son en realidad parte de la explicación de nuestra historia, ahora que conmemoramos los doscientos años de creación de la república colonial de Bolivia.




Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 11 de enero de 2025

 

jueves, 2 de enero de 2025

La inocencia nunca nos vale

 

En tiempos de redes sociales y de fiebre tiktokera los orígenes de hechos históricos trascendentes se han perdido irreversiblemente en la noche de los tiempos. Para los que no lo saben, el día de los Santos Inocentes recuerda la persecución de Hérodes contra un niño recién nacido llamado Jesús que había sido nombrado rey de los judios. Herodes, rey de Judea, decidió que, luego de adorarlo hipocriticamente anoticiado de su nacimiento, había que matar a Jesús para eliminarlo de la faz de la tierra y para tal cometido el camino más seguro era emprenderla contra todos los niños menores de dos años, de tal manera que el margen de error para cazar al Mesías se redujera a cero, pero que terminó convirtiéndose en un error absoluto: Protegido por sus padres, Jesús escapó a Egipto y permaneció allí hasta la muerte de Herodes que había matado a quienes no eran el que buscaba. Desde entonces, la humanidad recuerda cada 28 de diciembre, tres días después de la noche buena del nacimiento, el día de inocentes que con el transcurso del tiempo se ha convertido en el especial momento del año para gastarles bromas a quienes resbalan en ingenuidades de engullirse cualquier caramelo.

En el último lustro, el día de inocentes en Bolivia presenta datos significativos: El 28 de diciembre de 2019, Luis Fernando Camacho se hizo viral cuando en rueda de amigotes y cómplices de la conspiración contra el gobierno de Evo Morales, dijo que había sido su papá el que había conversado con militares y policías para que “no salieran”. Traducción: Para que se dieran vuelta contra el orden constituído y de esa manera aceleraran el derrocamiento del gobierno masista, lo que da lugar a concluir que en día tan simbólico, los culpables confesos ya insinuaban a jugar a inocentes y heroicas palomas.

 Un año después (2020), el flamante gobierno de Luis Arce, promulgaba la ley 1357 del impuesto a las grandes fortunas: Los culpables de la explotación histórica de los  trabajadores se enteraban que nacía un tributo especial sobre sus privilegios precisamente en el día de inocentes.

 En 2021, exactamente en la misma fecha, el gobierno informaba sobre la llegada de 1.965.600 vacunas donadas por los gobiernos de Alemania y España y de esta manera se sumaba un total de 6.735.140 millones de dosis que permitieron combatir el covid – 19.

Exactamente tres años después de haber fanfarroneado acerca de las habilidades persuasivas de su papá, precisamente un 28 de diciembre, el mismo Luis Fernando Camacho era capturado en un operativo de características hollywoodenses por la Policía Boliviana por acusaciones en el llamado caso Golpe de Estado I que desde entonces mantienen privado de libertad en el penal de Chonchocoro al jefe de Creemos y gobernador de Santa Cruz suspendido de sus funciones. Aquél día no faltaron, quienes prevenidos por la fecha, creyeron que se trataba de una de las bromas del día que generalmente termina con el cliché de “la inocencia te valga” para dejar en claro de que se trataba de una mentira. Quedaba claro que en el día de inocentes, el ministerio público se hacía cargo de un presunto culpable por delitos cometidos en el marco de la sucesión inconstitucional de Jeanine Áñez.

Y el 28 de diciembre de 2023, hace exactamente año, antes de que feneciera legalmente su período reglamentario en funciones, el Tribunal Constitucional Plurinacional emitió la sentencia 1010 con la que se inhabilitó a Evo Morales para ser candidato presidencial en futuras elecciones. Tampoco era una broma de inocentes, aunque para el ex presidente pareciera que sí, porque habla todos los días como si tal inhabilitación fuera sólo producto de la imaginación de todos aquellos que a lo largo de por lo menos tres décadas, han deseado que lo partiera un rayo. En este específico caso no queda en el escenario un solo inocente, ni Evo Morales que se benefició con una ilegal habiltación como candidato presidencial en 2017, y menos los miembros del Tribunal Constitucional que contradiciendo su decisión de seis años atrás, le quitaban a Evo el “derecho humano” de ser candidato las veces que se le pegara la gana.

Como acabamos de revisar, hay circunstancias en que las casualidades y las causalidades se parecen y  eso de haber convertido una masacre de niños en una fecha festivalera y de torneos acerca de quién inventa la mentira más creible, no es otra cosa que el resultado de una práctica de la edad media en que los jóvenes clérigos celebraban la fiesta de los locos en clave carnavelera e irreverente.

Lo más probable para los militantes camachistas es que la detención de su líder era una broma de mal gusto, propia del día de inocentes y por eso incendiaron el edificio de la Fiscalía Departamental, situada a pocos metros del Cristo Redentor, ese al que Herodes persiguió para matar, pero que astutamente protegido fue puesto a buen recaudo. Nos queda claro entonces que eso de que “la inocencia nos valga” es una trillada frase impuesta por costumbre, pero que poco tiene que ver con la realidad. Está claro que para Camacho, Evo y otros actores del escenario público la inocencia no nos puede valer, y menos la culpabilidad.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 28 de diciembre de 2024

Pepe Mujica, el indiscutible

 

A 54 años de haber sido rodeado por la policía en el bar La Vía de Montevideo junto a sus compañeros del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, portando una Colt 45, José Alberto Mujica Cordano, luego de sus turbulentos años de guerrilla y privación de libertad (1972 – 1985), ha podido demostrar que en un país que luego de superar la dictadura de los 70, existían posibilidades de hacer lo que el periodista Mauricio Rabuffetti ha definido como una revolución tranquila.

Uruguay es un país del que se dice hoy posee una democracia aburrida, que el día de las elecciones presidenciales no reviste un carácter especial, porque ciudadanos y ciudadanas han aprendido a asumir los cambios de gobierno con la liviandad que se asume el paso del otoñó hacia el invierno o de la primavera hacia el verano, y esto se nota más cuando el Frente Amplio debe dejar el poder para el regreso de la derecha, o lo contrario, como acaba de suceder con el triunfo de Yamandú Orsi, el nuevo final de la derecha para el retorno de la izquierda al poder de la que el Pepe Mujica es guía y símbolo, piedra y camino como dice la zamba de Atahualpa Yupanqui.

Sin proponérselo, sin buscar reconocimiento, medallas o algún bronce en alguna plaza principal, el Pepe es hoy el faro que no sólo nos guía hacia la reconciliación con el sentido profundo de la cotidianidad simple y austera, sino que se ha erigido en el salvador de las voces disidentes que desde la izquierda y sin lugar para la traición, reniegan y rechazan frontalmente prorroguismos y obsesivas prácticas estalinistas.

Mientras los medios de comunicación del establishment bailan al ritmo que imponen millonarios fascistoides puestos de moda por las redes sociales y que saltan a la política para preservar sus inmensos patrimonios, y en lo posible acrecentarlos, producto de la despiadada explotación a la que conduce la acumulación capitalista, desde su casa rural de Rincón del Cerro, el presidente más internacional de la historia de su país, el “terrorista” que cambió los fierros por el poder de la palabra, la emprende contra Maduro, Evo Morales, Daniel Ortega y contra Cristina: “La vieja Kirchner está al frente del peronismo jodiendo, en lugar de dejar a las nuevas generaciones; ¡cómo le cuesta largar el pastel!”.

Mujica critica a diestra y siniestra, al capitalismo y a su peor dispositivo, el consumismo, y a los que se consideran de su mismo riñón ideológico, con la honestidad intelectual y la rectitud que lo ha caracterizado como servidor público y no hay quién salga a contradecirlo o siquiera a contestarle timidamente. Lo ha demostrarlo hace un par de semanas con los líderes políticos aquí citados, y todos los aludidos optaron por refugiarse en la prudencia del silencio, simple y sencillamente porque no hay manera de rebatir a este líder empoderado no por el dinero y la fama, sino por la descomunal autoridad moral que le ha dado su paso por la vida pública como Senador, Ministro y Presidente de la República Oriental del Uruguay.

El Pepe no lo sabe, pero su palabra está salvando a todos y todas quienes en los últimos tiempos fueron tachados de traidores y vendidos al imperialismo norteamericano, por la sencilla y transparente pretensión de reclamar democracia interna y renovación partidaria para la construcción de un proceso político que hoy día en Bolivia ha quedado abollado desde la cabeza hasta los pies debido a una feroz campaña de erosión al interior del partido más grande con el que cuenta hoy el país desde principios de este siglo XXI. “Lo de Evo Morales en Bolivia es inconcebible” ha dicho Mujica y Evo Morales, chitón, no le quedó otra que mirar para otro lado. Y lo de Daniel Ortega que originalmente fue concebido para combatir la dictadura de Somoza en Nicaragua es “monstruoso” ha afirmado el Pepe sin que desde Managua haya salido una sola palabra de respuesta.

Con apenas tres millones cuatroscientos mil habitantes, Uruguay es el ejemplo atípico por virtud de nuestro Continente en el que un presidente ha sido capaz de imponer el discurso de que las drogas no son un asunto policiaco, sino de salúd pública, y en ese marco, los uruguayos pueden comprar marihuana respaldados por la ley. En ese trayecto de vida, sin hijos, pero con una compañera de lucha y lecho como Lucía Topolansky, también Senadora por el Frente Amplio, Mujica acaba de vencer un cáncer y en mayo de 2025 cumpliría 90 años. Saber de el, y escuchar su palabra lúcida, percatándonos de asuntos que se caen de obvios, pero que con sus reflexiones alcanzan categoría de irrefutables, nos ayuda a no perder la esperanza y la vocación de lucha, esa con la que se camina hasta la tumba cuando las convicciones colectivas logran superar las tentaciones surgidas de la vanidad individualista.

Mujica ha sentido que está cerca de marcharse de este mundo. Los que sabemos quién es y sabemos cuan orientadora es su palabra, estamos seguros de las palabras labradas en piedra y son precisamente esas palabras las que nos ofrecen la certeza de que el Pepe no se irá nunca. Es parte de nuestro patrimonio humano inspirado en eso de que es mejor tener gobernantes que privilegian y saben repartir para abajo.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 14 de diciembre de 2024

 

 

Un hincha en la línea de cal

 

La memorable escena de “El Secreto de sus ojos” (Juan José Campanella, Oscar a la mejor película extranjera 2009) basada en la novela de Eduardo Sacheri (La pregunta de sus ojos, 2003) explica la mentalidad del asesino de una mujer al que persiguen Benjamin (Ricardo Darín) y su ayudante Sandoval (Guillermo Francella). El autor del crimen es hincha de un club de fútbol y en ese contexto nos encontramos con la siguiente brillante conclusión: “¿Te das cuenta, Benjamín? El tipo puede cambiar de todo —le dice Sandoval, mientras se aproxima—: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín: no puede cambiar de pasión.”

Sandoval es un ayudante de juzgado presa de su afición por el alcohol que consume sin límites en un bar cualquiera de Buenos Aires, debilidad que no le impide desarrollar su lúcida capacidad deductiva y resulta que la pasión de la que habla se llama Racing Club de Avellaneda. De esta manera, Benjamin y Sandoval han detectado la pista perfecta que conducirá a atrapar al escurridizo asesino nada menos que divisandoló en la tribuna del estadio en el que está jugando el equipo de sus amores contra Huracán, esa pasión con la que un hincha de fútbol de pura cepa está dispuesto a ir hasta la tumba.

El asesino es de Racing, pero resulta que el actor que encarna a Sandoval es en la vida real también declarado hincha de la academia de Avellaneda, así como para los cultores de leyendas urbanas lo fue el Gral. Juan Domingo Perón, aunque la historia se encargó de aclarar que en realidad era de Boca, cosa que no impidió que el llamado Cilindro llevara el nombre del caudillo argentino que en su condición de presidente de la nación, fue el principal propulsor del estadio inaugurado el 03 de septiembre de 1950.

El fútbol es pasión en todas partes, pero en Argentina es un rasgo distintivo que se reconoce en sus impresionantes hinchadas que saltan y cantan durante los noventa minutos de cada partido. Se han erigido en una expresión socio cultural que ha llevado a muchos a concluir, que no hay mejor público para cualquier espectáculo de muchedumbre en América Latina que el argentino y en este caso, con el añadido de que la camiseta de la academia de Avellaneda que adoptó los colores de la enseña patria, sirvió de inspiración para que la selección nacional copiara el diseño albiceleste con franjas verticales. 

El recuerdo de la película de Campanella se conecta con la manera en que se comporta en la línea de cal, Diego Simeone, el Cholo, entrenador del Atlético de Madrid desde hace trece años. Grita, gesticula, se lleva las manos a la cabeza, putea al arbitro, festeja los goles como un descosido. Otra coincidencia: resulta que el Cholo Simeone terminó su carrera como futbolista en Racing (2006) e inició su andadura como técnico en el mismo club una semana después de haber colgado los botines.

Pero si el Cholo es tan sanguíneo a la hora de saltar al Wanda Metropolítano para dirigir los partidos del Atlético de Madrid, Gustavo Costas ha superado en fervor y pulsaciones a todos sus colegas del planeta entero. Se para en la línea de cal  en el rectángulo previsto para uno de los entrenadores en el campo de juego, pero aguanta quieto apenas unos segundos, porque lo suyo es correr, gritar, saltar,  taparse la cara cuando uno de los suyos no la emboca y extender los brazos con vista al cielo cuando Juan Fer Quintero, Adrián Maravilla Martínez, Gastón Martirena o Roger Martínez anotan. Costas es un hincha más que contagia a su equipo como una fiera suelta al borde del campo de juego. Vive los partidos como uno más de los racinguistas instalados en las tribunas. Su pasión –bendita pasión dirían los creyentes -- emociona, contagia y confirma una autodefinición en que la euforia parece no conocer límites: “Primero soy de Racing, después soy argentino”, es decir la patria es la camiseta antes que la bandera.

Para poder darse la ilimitada licencia de ponerse en escena como el primer hincha del club (mascota, jugador, entrenador del club en distintos tiempos, toda una vida), Gustavo Costas tiene que ser tranquilo, cerebral y medido tal como lo atestiguan jugadores como Maximiliano Salas que cuentan lo distinto que se muestra en las prácticas durante la semana. Lo confirman sus hijos, Gustavo y Federico que forman parte del cuerpo técnico de la academia y subrayan que su padre es un profesional que trabaja la táctica con el rigor y la experiencia que le han dado los años dirigiendo en Paraguay, Ecuador, Colombia, Perú, Chile y Arabia Saudita.

En un video de principios de año, se escucha a Costas junto a su equipo de trabajo decir cómo y con quienes jugará el equipo. Transcurridos diez meses, Racing jugó como lo había concebido su conductor y así acaba de ganar la Copa Sudamericana. Que lección esclarecedora: Como el Sandoval de la película de Campanella hay que cultivar la pasión, pero para que esa pasión pueda desembocar en felicidad, pensar primero y hacer las pausas necesarias para las acciones futuras, son condiciones previas e imprescindibles. Pareciera que en Gustavo Costas, corazón y cabeza son una misma cosa.




Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 30 de noviembre de 2024

 

¿Étnicos o cívicos?

  Las campañas electorales resultan escuálidas para quienes se toman en serio la línea de tiempo colonial, republicana y plurinacional. Cien...