El año pasado le
pregunté a un académico cochabambino a través de un audio de whatsapp si sabía
quién había promocionado un viaje de Andrónico Rodríguez a Colombia,
considerando que en calidad de asesor del Presidente del Senado, seguramente
tenía claridad y precisión sobre el asunto. La respuesta que me dió tenía forma
de pregunta: “¿Qué has estado fumando?”. De esta manera me quiso decir que de asesor de
Andrónico no tenía nada, y mi replica fue terminante en sentido de que nada más
le estaba haciendo una pregunta periodística. Para fines de contextualización,
el académico en cuestión si fuma, vicio universitario que felizmente dejé atrás
hace cuarenta años.
Resulta que hace
unos días, recibí la información de que el fumatérico investigador encabeza un
grupículo que podría denominarse “Los adoradores de Andrónico” que suena más
como nombre de una banda musical que forma parte del Alba carnavalera de Oruro.
Pues bien, este grupo de profesores, asesores o como quieran llamarse, que
probablemente se reúnen en alguna sajra hora para elucubrar acerca de las
tareas del nuevo predestinado, ha decidido convertir en Dios al también
Vicepresidente de las seis federaciones de campesinos cocaleros del Chapare, al
que parece haberse inducido a buscar una carrera presidencial cual si fuera el
ídolo del sueño del rey Nabucodonosor sobre una estatua gigante con cabeza de
oro, torso de plata, caderas de bronce, piernas de hierro y pies de barro
cocido. Andrónico, según estos idolatras,
podría tener una cabeza dorada, pero en lo que todavía no parecen haberse
fijado es que efectivamente tiene unos piececitos hechos de adobe de mala
calidad, en tanto los pasos que ha dado hasta ahora para buscar la candidatura
presidencial se han caracterizado por la incoherencia y la improvisación.
Una o dos
encuestas que lo situaban en el primer lugar de las preferencias electorales
realizadas en el primer trimestre del año, inflamaron la testa de Rodríguez que
brega por tener personalidad definida, pero que lleva un marca pasos que le
hace funcionar el corazón evista. Entre querer ser el mismo y batallar por no
ser tachado de traidor, Andrónico es un androniquista-evista o un
evista-androniquiano, es decir un artefacto político perjudicado por esa mal
entendida lealtad que lo llevó a pactar con la derecha para continuar como
presidente del Senado (2024 – 2025) y ejecutar implacablemente el bloqueo de
créditos (1800 millones de dólares dormidos en la Asamblea) y el sabotaje
contra el gobierno de Luis Arce, para finalmente llegar a decir su única frase
resonante: “Este modelo económico ha fracasado”.
Lo que no dice
hasta ahora Andrónico es en que consiste el ideario político que sustenta su
lanzamiento. Por qué cree un deber, ser candidato presidencial. Con que
estructura partidaria cuenta. Cuál podría ser su programa de gobierno. Quiénes
lo acompañarían en su desafío para contar con una bancada parlamentaria sólida,
resistente y proactiva. Lo que sí ha mostrado el hasta ahora proyecto de
candidato es falta de sentido de
previsión al lanzarse a los brazos del Movimiento Tercer Sistema (MTS) de Félix
Patzi, a pesar de haber sido prevenido de que la sigla confrontaría problemas
debido a las arbitrariedades y abusos de tufo patriarcal cometidos por el ex
ministro de Educación y ex gobernador de La Paz. Dicho y hecho, el partido de
Patzi ha quedado fuera de la carrera electoral y ha dejado a Andrónico a la
intemperie que ahora va en busca del zigzagueante Johny Fernández que ya ha
afirmado que se tomará su tiempo para decidir que hará con su UCS…hasta julio!
“Cuidado con hacer de Andrónico otro caudillo”
(8 de febrero de 2025) escribí en esta columna. Y le metieron nomás. Al más
puro estilo. Le dicen que está elevado a unas alturas desde las que no tiene
por qué descender para hablar con el común de los mortales, mientras émulos de
Elon Musk le auguran convertirse en la mejor oposición de izquierda y el
continúa emperrado en que el “arcismo” ha llevado al país hacia este momento
crítico, cuando el mismo se convirtió en parte del problema al sabotear al
gobierno nacido de su misma entraña partidaria y al persistir en convertirse en
un mini Dios que ama y teme al Dios mayor, pero que como no puede ser candidato
(no tiene sigla y está inhabilitado), le toca a el tomar una posta que nadie le
entregó.
Los politólogos
de TV, esos que abrazan la exposición pública por sobre todas las cosas, y algunos
otros que se autodefinen como “intelectuales de izquierda” han hecho de
Andrónico Rodríguez un empaque político de diseño llamativo, digamos una
atractiva cáscara fabricada desde el marketing y las encuestas, pero que vistas las cosas hasta aquí, no es
nada más que el resultado de una engañosa estrategia desde la que se ofrece
humo en cajitas de fósforos. Andrónico, que sepamos, no ha dejado de ser
militante del MAS-IPSP, es precandidato no se sabe de qué partido y ha sellado
con su errática conducta la división del bloque popular. ¿Qué has estado
fumando? podría preguntarle su asesor mayor.
Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 30 de mayo
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