miércoles, 25 de junio de 2025

Ídolo de barro

 

El año pasado le pregunté a un académico cochabambino a través de un audio de whatsapp si sabía quién había promocionado un viaje de Andrónico Rodríguez a Colombia, considerando que en calidad de asesor del Presidente del Senado, seguramente tenía claridad y precisión sobre el asunto. La respuesta que me dió tenía forma de pregunta: “¿Qué has estado fumando?”.  De esta manera me quiso decir que de asesor de Andrónico no tenía nada, y mi replica fue terminante en sentido de que nada más le estaba haciendo una pregunta periodística. Para fines de contextualización, el académico en cuestión si fuma, vicio universitario que felizmente dejé atrás hace cuarenta años.

Resulta que hace unos días, recibí la información de que el fumatérico investigador encabeza un grupículo que podría denominarse “Los adoradores de Andrónico” que suena más como nombre de una banda musical que forma parte del Alba carnavalera de Oruro. Pues bien, este grupo de profesores, asesores o como quieran llamarse, que probablemente se reúnen en alguna sajra hora para elucubrar acerca de las tareas del nuevo predestinado, ha decidido convertir en Dios al también Vicepresidente de las seis federaciones de campesinos cocaleros del Chapare, al que parece haberse inducido a buscar una carrera presidencial cual si fuera el ídolo del sueño del rey Nabucodonosor sobre una estatua gigante con cabeza de oro, torso de plata, caderas de bronce, piernas de hierro y pies de barro cocido.  Andrónico, según estos idolatras, podría tener una cabeza dorada, pero en lo que todavía no parecen haberse fijado es que efectivamente tiene unos piececitos hechos de adobe de mala calidad, en tanto los pasos que ha dado hasta ahora para buscar la candidatura presidencial se han caracterizado por la incoherencia y la improvisación.

Una o dos encuestas que lo situaban en el primer lugar de las preferencias electorales realizadas en el primer trimestre del año, inflamaron la testa de Rodríguez que brega por tener personalidad definida, pero que lleva un marca pasos que le hace funcionar el corazón evista. Entre querer ser el mismo y batallar por no ser tachado de traidor, Andrónico es un androniquista-evista o un evista-androniquiano, es decir un artefacto político perjudicado por esa mal entendida lealtad que lo llevó a pactar con la derecha para continuar como presidente del Senado (2024 – 2025) y ejecutar implacablemente el bloqueo de créditos (1800 millones de dólares dormidos en la Asamblea) y el sabotaje contra el gobierno de Luis Arce, para finalmente llegar a decir su única frase resonante: “Este modelo económico ha fracasado”.

Lo que no dice hasta ahora Andrónico es en que consiste el ideario político que sustenta su lanzamiento. Por qué cree un deber, ser candidato presidencial. Con que estructura partidaria cuenta. Cuál podría ser su programa de gobierno. Quiénes lo acompañarían en su desafío para contar con una bancada parlamentaria sólida, resistente y proactiva. Lo que sí ha mostrado el hasta ahora proyecto de candidato es falta de  sentido de previsión al lanzarse a los brazos del Movimiento Tercer Sistema (MTS) de Félix Patzi, a pesar de haber sido prevenido de que la sigla confrontaría problemas debido a las arbitrariedades y abusos de tufo patriarcal cometidos por el ex ministro de Educación y ex gobernador de La Paz. Dicho y hecho, el partido de Patzi ha quedado fuera de la carrera electoral y ha dejado a Andrónico a la intemperie que ahora va en busca del zigzagueante Johny Fernández que ya ha afirmado que se tomará su tiempo para decidir que hará con su UCS…hasta julio!

 “Cuidado con hacer de Andrónico otro caudillo” (8 de febrero de 2025) escribí en esta columna. Y le metieron nomás. Al más puro estilo. Le dicen que está elevado a unas alturas desde las que no tiene por qué descender para hablar con el común de los mortales, mientras émulos de Elon Musk le auguran convertirse en la mejor oposición de izquierda y el continúa emperrado en que el “arcismo” ha llevado al país hacia este momento crítico, cuando el mismo se convirtió en parte del problema al sabotear al gobierno nacido de su misma entraña partidaria y al persistir en convertirse en un mini Dios que ama y teme al Dios mayor, pero que como no puede ser candidato (no tiene sigla y está inhabilitado), le toca a el tomar una posta que nadie le entregó.

Los politólogos de TV, esos que abrazan la exposición pública por sobre todas las cosas, y algunos otros que se autodefinen como “intelectuales de izquierda” han hecho de Andrónico Rodríguez un empaque político de diseño llamativo, digamos una atractiva cáscara fabricada desde el marketing y las encuestas,  pero que vistas las cosas hasta aquí, no es nada más que el resultado de una engañosa estrategia desde la que se ofrece humo en cajitas de fósforos. Andrónico, que sepamos, no ha dejado de ser militante del MAS-IPSP, es precandidato no se sabe de qué partido y ha sellado con su errática conducta la división del bloque popular. ¿Qué has estado fumando? podría preguntarle su asesor mayor.



Originalmente publicado en la columna Contragolpe de La Razón el 30 de mayo

 

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