Interesante desafío el de establecer
cuál de los referentes paternos de Jorge Quiroga Ramírez ha influído más en esa
vida de winner, graduado en
universidad texana y regresado a Bolivia para trabajar en el sistema financiero
y a continuación ser reclutado por el Canciller de la República, Carlos
Iturralde Ballivián en el gobierno de Jaime Paz Zamora. El despegue de Quiroga
se inicia en el comercio exterior emprendiendo una carrera pública con esa
vocación ganadora que se inculca en los reductos de la competencia individualista,
desde el colegio La Salle, pasando por la práctica del basquetbol en el Nonis
de Santa Cruz de la Sierra y más tarde escalando montañas, whipala en mano,
para demostrarse a si mismo que si tenía vocación para las maratones y la conquista
horizontal del mundo, también podía hacerlo verticalmente , buscando llegar al
pico más alto.
Fernando Ramírez Velarde, abuelo
materno de Quiroga, fallecido apenas a los 35 años es autor de “Socavones de
angustia” (1947), novela minera que narra el desgarro y sacrificio cotidiano de
esa vanguardia obrera de Bolivia y que según una reseña crítica de Guillermo
Lora (Partido Obrero Revolucionario) apuesta por una visión despolitizada, en
la que el conflicto visto desde el
análisis marxista de las contradicciones de clase no asoma en sus páginas.
Para Ramírez Velarde, según Lora, la salvación de los mineros se encuentra en
la educación, no en la lucha social. En estos términos, la clase trabajadora
nunca fue un asunto que le haya quitado el sueño a este segundo Tuto, porque el
primero, su padre, se llama Jorge Joaquín Quiroga Luizaga (1933).
Tuto hijo aprende de su padre, y
para verificarlo sólo se necesitan deducciones elementales, en la medida en que
se constituye en el embajador de la dictadura del Coronel-General Hugo Banzer
Suárez ante el Consejo Internacional del Estaño con sede en Malasia, país al
que se traslada con toda su familia para ejercer dicha representación
diplomático comercial, con su hijo mayor transitando de la infancia a la
adolescencia.
Si el abuelo materno, escritor de
una sola y muy reconocida novela no influye especialmente en la vida de Tuto
hijo, sí lo hace Tuto padre que en 1987 forma parte del directorio de la
Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) junto a personalidades como Carlos
Morales Landívar alias “Quinciño”, el Gral. José Antonio Zelaya, Joaquín
Aguirre Lavayen, Iván Guzmán de Rojas y Roger Levy. Dos décadas más tarde, ya
en su condición de Vicepresidente del reciclado Banzer a la democracia, Tuto
hijo organiza la Unidad de Asuntos Estratégicos de la Presidencia (UNASEP)
conformada con el mismo criterio, por su propio hermano menor, Luis Fernando
–luego viceministro de Coordinación Sectorial (Ministerio de Desarrollo
Económico)--, José Luis Lupo, Salvador Romero, Raúl Peñaranda, Alberto Valdés y
Alberto Leytón.
Los criterios de Tuto padre y
Tuto hijo aparecen idénticos: formar equipos en que los apellidos y las
calificaciones profesionales queden empatados. La UNASEP concebida por el
Vicepresidente Quiroga se constituye, en esa lógica, en el equipo pensante del segundo
gobierno de Banzer con propósitos de alerta temprana, monitoreo, realización de
estudios de opinión y de otros métodos investigativos, todo ello apuntando al
mejoramiento de los niveles de gobernabilidad.
Ya tenemos que el abuelo
novelista no deja una huella profunda en el nieto, pero en cambio el padre se
erige en el eslabón que le permite, años más tarde, acercarse al Gral. Banzer
que queda muy entusiasmado al haber encontrado a su delfín, a quién llevará en
1997 a la candidatura vicepresidencial. Para Banzer, ese lobo con piel de
cordero que de la dictadura se obsesiona con pasar a la democracia y descubre a
este ingeniero de sistemas, hijo de un amigo al que hiciera embajador durante
el septenio dictatorial, Tuto es el complemento de nueva generación, y que ya
había mostrado sus habilidades contables y organizativas como Subsecretario de
Inversión Pública y Cooperación Internacional y como Ministro de Finanzas del gobierno del llamado
Acuerdo Patriótico presidido por Jaime Paz Zamora que tiene al General como
socio principal.
Tuto es veloz. Es ministro a los
32 años. Paz Zamora queda encantado con la eficiencia de este yuppie que según alguna leyenda urbana es
capaz de sumar mentalmente cifras de ocho dígitos. Todo un prodigio que en 1993
es nombrado jefe de campaña del binomio
Banzer – Zamora Medinacelli, el 95 asume la subjefatura nacional del partido
–Acción Democrática Nacionalista (ADN)—y el 97 forma tándem electoral con el
General para llegar al poder con un 22.26 % de los votos, con devolución de
favores de Jaime Paz Zamora y su partido, el Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR), para acceder a la presidencia. Para entonces, los
verdugos banzeristas de la dictadura y las víctimas de la misma, los miristas,
ya han cruzado muy juntos y varias veces los que se llamaron ríos de sangre, a
partir de una coalición que se amplía con la participación de otras tiendas
políticas como CONDEPA (Carlos Palenque), la UCS (Johny Fernández), la NFR
(Manfred Reyes Villa) y el FRI (Oscar Zamora Medinacelli).
Con la entereza de Forrest Gump,
pero con el ego del chico guapo de la fiesta, Tuto llega a la presidencia (2001-
2002) porque su mentor y padre político renuncia para morír por un cáncer
pulmonar. Con el General enterrado, la historia empieza a cobrar otro vuelo,
luego de haber formado parte de un
gobierno, tres años en calidad de vicepresidente y uno como primer mandatario.
A partir de entonces, con el transcurso del tiempo dejará de citar a Banzer, y saboteará
al binomio de su propio partido, (Ronald MacLean-Tito Hoz de Vila (+)) para las
elecciones de 2002 cuando la ADN ha ingresado en la recta final de su
existencia, camino a la desaparición. El binomio adenista obtiene un 3.4% de la
votación.
Transcurridos cuatro años, con la
Guerra del Agua como antecedente funesto en términos represivos, Quiroga
Ramírez corre y corre, esta vez hacia a la fundación de su propia fuerza
política, Poder Democrático y Social (PODEMOS) que el año 2005 decide
participar en elecciones acompañado por la presentadora de televisión, María
René Duchén, como candidata a la Vicepresidencias, luego de un estrepitoso
final de la llamada noche neoliberal con la salida del poder de Gonzalo Sánchez
de Lozada, y más adelante de su sucesor, Carlos Mesa.
Lo que el presidente Jorge Quiroga Ramírez no llega a
medir durante su mandato, son las consecuencias que le acarreará el haber
articulado la expulsión de Evo Morales de la Cámara de Diputados, acusado de asesinatos
nunca demostrados en la zona del Chapare, subtrópico cochabambino, expulsión
que potencia el liderazgo del dirigente cocalero, uno más de los personajes de
la vida política del país que termina beneficiándose de la cultura de la
victimización con la obtención del segundo lugar en las presidenciales (2002),
resultado que al Movimiento al Socialismo (MAS) le permite instalar una bancada
de treinta y cinco senadores y diputados y que termina jugando un rol
definitorio en las caídas de Sanchez de Lozada (2003) y Mesa (2005). A partir
de entonces, el líder indígena de las federaciones cocaleras se convertirá en
la pesadilla que llevará a Tuto del podio de los ganadores en sus estudios
universitarios y en la función pública, a la zona de los perdedores electorales
más notables de la democracia instalada en Bolivia en 1982.
18 de diciembre de 2005
¿Quién le gana?...Nadie le
gana…sería un perfecto estribillo para resumir el sentimiento clasemediero conservador-neoliberal
en la campaña electoral que conduce a las elecciones presidenciales con Tuto
candidato a conquistar la presidencia. Al frente tenía a Evo Morales, que según
encuestas llegaba a un máximo de 35% de las preferencias para el 18D,
porcentaje que pulveriza al alcanzar el 53.7%, destrozando todas las
previsiones de los estudios de opinión del momento y que desnuda un alarmante
margen de error de 18%.
Evo presidente. Por primera vez,
luego del retorno a la democracia producido en 1982, un candidato gana con
mayoría absoluta. Y le propina una tunda a su principal adversario, Tuto
Quiroga, que obtiene el 28 por ciento. En Televisión Boliviana asociada
entonces con el diario El Deber de Santa Cruz, el moderador en pantalla del
operativo de cobertura de elecciones, se ve obligado a abandonar por unos minutos
el set televisivo. Su incredulidad y su indisposición estomacal se han puesto
de acuerdo: ¿Evo presidente? Ese mismo conductor termina, transcurridos los
años y superados sus espasmos, como embajador del gobierno del Movimiento al
Socialismo (MAS) en el Vaticano.
Cuando Tuto Quiroga fue nombrado
por el Ministro de Planeamiento, Enrique García, Subsecretario de Inversión
Pública y Cooperación Internacional (1990), la comidilla de economistas y
tecnócratas es que se trata de un fuera de serie, perfil que se enaltece cuando
Samuel Doria Medina sustituye a García, y el staff del nuevo dignatario de
Estado es conformado por José Luis Lupo, Juan Carlos y Mario Requena, Flavio
Escóbar y por supuesto que este ingeniero hijo de otro ingeniero que sobre Evo
Morales llega a decir: “Si este pueblo vota por un ignorante, que lo padezca”. Ese “ignorante” como afirmaría Tuto Padre
(“Nuevas elecciones en una nueva Bolivia”, NODAL, Lucio Garriga Olmo) se
convertirá en el presidente que con su presencia en el poder postergará, parece
que ad eternum, la ilusión
presidencial de Tuto hijo por la vía eleccionaria.
En su propósito sistemático de
restarle autenticidad a los logros de los gobiernos de Evo Morales, Quiroga
declara en 2014: “Basta con las mentiras
de que la bonanza se debe a la nacionalización. Es absolutamente falso. Hoy el
país exporta 10 veces más que hace una década. La nacionalización no tiene nada
que ver. Hay bonanza económica por los precios altos. Los vecinos nos compran
más materia prima/…/Además, hay dinero por la bonanza del gas que se dio por
varios factores… Hay bonanza por el contrato de venta a Brasil que hizo Herbert
Müller (su ministro de Hidrocarburos), que estipula los costos y volúmenes con
los que hoy se vende; por los gasoductos que se hizo en mi gestión; por la ley
de IDH que propuso Hormando Vaca Diez (Presidente del Senado) y hay bonanza por
la venta de materias primas.”
Para Tuto no hubo nacionalización
y por lo tanto ninguna acción transformadora en la relación Estado
boliviano-inversionistas extranjeros, tema sobre el cual, recibe la siguiente
respuesta: El presidente ejecutivo de YPFB, Carlos Villegas, acusó a Jorge
Quiroga, candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC) de pretender regalar
todo el “gas rico” que hoy beneficia a los bolivianos mediante la
nacionalización de los hidrocarburos.
“Usted señor Jorge Quiroga, es el principal promotor de regalar nuestro
gas con todos sus componentes a Brasil”,
enfatizó al recordar que en todo el periodo de privatización que vivió Bolivia
a fines de la década de los años 1990 y la mitad de la década de 2000, su
gobierno, ni otros partidos aliados, realizaron gestión alguna para recuperar
las fracciones líquidas contenidas en el gas rico exportado a precios de gas
seco.
En función a las gestiones
realizadas personalmente por el presidente Evo Morales, a partir de 2006, hemos
recuperado, Petrobras acaba de pagar a YPFB $us 434 millones por la deuda de
los componentes del “gas rico” y las Plantas de Separación de Líquidos, Rio
Grande en pleno funcionamiento en Santa Cruz y la nueva Gran Chaco próxima a
inaugurarse en Tarija permiten separar Gas Licuado de Petróleo (GLP) y
gasolinas que se quedan y autoabastecen a Bolivia y además facilitar la
exportación de excedentes a varios países de la región.
Por otro lado, Carlos Villegas
dijo que en las páginas negras de nuestra historia, también está escrito cómo
Jorge Quiroga Ramirez remató o privatizó las refinerías Gualberto Villarroel de
Cochabamba y Guillermo Elder Bell de Santa Cruz, además de la cesión de
mayoristas privados de las atribuciones de comercialización de carburantes en
Bolivia.
“Estoy seguro que si no
recuperábamos, nuestras refinerías, era inminente en la actualidad una crisis
energética de magnitud en Bolivia”, subrayó. (Nota de prensa de 31 de agosto de
2009, YPFB).
En las elecciones presidenciales
de 2014 –en las de 2009 no participa--, cuando Tuto ya está encaramado en las
redes sociales para emprender una nueva carrera, esta vez de descalificaciones
siempre adjetivadoras contra Evo Morales, el MAS, y gran parte del progresismo latinoamericano, Tuto es
nuevamente candidato a la presidencia, sin PODEMOS que no pudo, esta vez con la
sigla prestada del vetusto Partido Demócrata Cristiano (PDC) y formando binomio
con Tomasa Yarhui, quién fuera su ministra de Asuntos Indígenas en 2002. En
esta ocasión, Morales gana con el 61% y Tuto termina tercero con apenas el
9.02% de los votos.
Fiel a su estilo de participar
intercaladamente en elecciones, Tuto no figura en la papeleta de 2014 y vuelve
a habilitarse para 2020. Entonces la cosa se le pinta mucho peor: Las encuestas
no le dan mas que uno por ciento de las preferencias ciudadanas, muy por debajo
de Luis Arce (MAS) e incluso de Carlos Mesa (CC), cruda realidad que lo conduce
a bajarse de la candidatura, luego de haber sido estratega fundamental de la
interrupción constitucional perpetrada entre el 10 y el 12 de noviembre de 2019
con el indispensable asesoramiento de su abogado y amigo, Luis Vásquez
Villamor, aquél que fuera presidente de la Cámara de Diputados y concretara la
expulsión de Evo Morales en 2002. Tuto pasea la plaza Murillo el sábado 9 de
noviembre y es quién dirige operativos clave como la salida de Evo Morales,
luego de su defenestración, con el Alto Mando Militar encabezado por el Gral.
Williams Kalimán.
Tuto es el hijo pródigo de la
Bolivia en que por clase o casta deben mandar los de arriba. Los de abajo han
obedecido históricamente, hasta que aprendieron a ganar elecciones en 2005. Para
la memoria histórica es siempre necesario subrayar que cuando se resistían a
las instrucciones basadas en el manual de buenos ciudadanos, terminaron
masacrados, muertos sin nombre, sin apellidos alemanes o judíos y por lo tanto
no merecedores de semblanzas por sus servicios a la nación de parte de los
diarios del establishment.
Tuto ingresa hacia la tercera
edad con su amigo Raúl Garafulic Lehm, dueño de Página Siete, pidiendo que no
se vote por él, porque Mesa representa el voto útil para ganarle al MAS. Garafulic
dice que Tuto es el mejor, pero que no ganará, y en la lógica e itinerario
vital del heredero de Banzer, lo que cuenta es ganar y desde 2005 ha estado
dedicado a perder, y perder contra el MAS queda terminantemente prohibido. Este
amigo entrañable de la embajada de los Estados Unidos, no ha dejado de perder,
aunque tenga por consuelo el haber participado de la exitosa conspiración que
expulsó a Evo Morales de la presidencia el 10 de noviembre de 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario