Conciente de asistir en el próximo tiempo a la inauguración de un sólo Estado conformado por varias naciones bajo el común denominativo de Bolivia, independientemente del éxito o fracaso inmediato de la Asamblea Constituyente, podría elegir el camino del recuento pormenorizado de lo que nos pasa como país "hacia el mundo" en los planos habituales con que se mide el tamaño, la incidencia política en la arena internacional y el momento económico de un Estado moderno, pero creo que tal elección volvería a posponer la prioridad de buscar datos y la necesidad generar estructuras de investigación acerca del desarrollo humano, asunto llamativamente postergado en un momento que todos suponemos de cambio.
Desde el punto de vista de la conciencia de autoidentificación, respeto por las diferencias étnico culturales como principio de igualdad ciudadana, sentido de soberanía, lucha por los derechos ciudadanos desde los sujetos colectivos, preservación e intervención en la explotación y uso de los recursos naturales, participación en la base social para la toma de decisiones, los bolivianos calificamos con nota sobresaliente.
Es desde el ámbito de los saberes, la capacitación técnica, la formación entendida desde la necesidad de la actualización permanente que tenemos severos problemas que con la "revolución democrática y cultural" firmada por Félix Patzi no se resuelven, porque si para los seguidores de un andinocentrista es suficiente con enarbolar una whipala y un par de consignas estamos fundidos.
¿En qué se notan las rajaduras, por ejemplo, de la gestión gubernamental? En lo que refleja la multicolor y dispareja composición del MAS que bajo el genérico denominativo de Movimiento de Movimientos (lease movimientos sociales) expone una fortaleza masiva envidiable para arremeter con vistas a la toma del poder total, pero unas debilidades a partir no sólo desde la condición originaria de la gran mayoría de sus componentes, sino sobre todo, desde los espacios de actividad económica y productiva de todos quienes se sienten identificados como masistas.
Bien apunta el corresponsal de Clarín Pablo Stefanoni en un artículo publicado en Pulso hace unas horas que una cosa es un masista con perfil indianista como el Canciller David Choquehuanca, y otra cosa sería el señor Juan Carlos Ortíz, ex presidente de YPFB, autonombrado masista, procedente del mundo karayana oriental, "clase media" con paso laboral por transnacionales del petroleo.
Esa desigualdad de raíces, itinerarios vitales, formaciones académicas, experiencia y excelencia laborales se advierte de manera nítida en el gabinete de ministros en el que se puede encontrar de todo: Una activista rural en el Ministerio de Justicia, un ex militar e intelectual sociólogo en el Ministerio de la Presidencia, un economista subsecretario de la UDP en el Ministerio de Planificación del Desarrollo y un dirigente de la COB de los 70-80 en el Ministerio de Trabajo, estos dos últimos antiguos militantes del MIR, una médica con recorrido académico y militancia comunista en la UMSA en el ministerio de Salud, un abogado especializado en asuntos empresariales en el ministerio de Defensa...
Ninguno de los nombrados tiene que ver con una matriz cocalera o campesina, a excepción de Célima Torrico, y en alguna medida de David Choquehuanca. Y así como tenemos al ex presidente del Colegio de Abogados de La Paz, en la misma mesa de trabajo se sienta una dirigenta acusada de hechos reñidos con la legalidad durante los cruentos sucesos de Cochabamba en enero pasado.
No se trata de buscar uniformidad a la hora de elegir al equipo de trabajo, pero sí, en lo posible, de armar un grupo parejo en condiciones intelectuales y de experiencia en las especialidades correspondientes que permita jugar todos los torneos con alto sentido de trabajo colectivo. Pero esto en Bolivia no es posible. Como la exclusión de siglos ha sido tan despiadada es más importante por ahora la participación que la excelencia y el conocimiento, y es esta, desde mi punto de vista, la matriz para llevar a buen puerto una verdadera revolución democrática y cultural.
En los últimos veinte años han surgido una pléyade de brillantes intelectuales aymaras como Esteban Ticona, Director de la Academia Diplomática de nuestra Cancillería. Pero nuestra nación de naciones necesita formación académica, teórica y especializada para hombres y mujeres de las otras treinta y cinco pueblos y naciones indígenas de Bolivia, porque con el espíritu de lucha llegara un momento en que no será suficiente.
Para tener un gabinete mayoritariamente indígena como quisieran los más indigenistas e indianistas hay que recorrer rutas muy largas y eso se puede demostrar con lo siguiente: Los ministros a los que más consulta Evo Morales no son indígenas, los aliados políticos del Presidente,con liderazgo como Juan del Granado no son indígenas, los alcaldes a los que el presidente entrega cheques en todos los departamentos de la República no son indígenas, y lamentablemente muchos de los indígenas y campesinos que llegan a alguna instancia de decisión son seducidos por las taras y las triquiñuelas de la burocracia pública que los alejan de sus territorios y comunidades originarias que les entregaron la confianza para luchar por sus derechos y aspiraciones.
Periodicamente se viene informando acerca de la erradicación absoluta de analfabetismo en varias poblaciones rurales del país. Leer y escribir son los primeros pasos y ojalá que este plan se masificara y propendiera a un proceso asentado en la memoria larga, de lecto-escritura embadurnado de espíritu crítico. El gran Roberto Rosellini decía al respecto que "un espíritu libre no puede aprender como esclavo". En otras palabras, por aquí comienza el destierro del colonizador alojado en la cabeza del colonizado como bien dijo el maestro brasileño Paolo Freire.
Con todo esto quiero significar que un proceso de cambio sólo será posible propiciando una descomunal revolución en el interior de todos nosotros, bolivianos. El día en que consigamos equilibrar el derecho y el acceso al conocimiento y a la formación seguro que las clases medias ignorantes y que hacen gala de esa ignorancia, emergerán a la vida con muchos menos prejuicios y comprenderán que la ciudadanía universal es una cualidad o condición a la que debemos llegar a empatarnos todos los bolivianos.
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1 comentario:
El cambio se dara cuando cada boliviano sea participe de esto, cuando cada uno comprenda que el cambio no esta en las masas sino en cada uno de nosotros.
Respecto al gabinete, lastimosamente es lo que hay, la gente del MAS anda distribuida entre alcaldias, prefecturas, ministerios, asamblea constituyente, fuerzas armadas y todo lo demas, todo le cayo demasiado rapido al MAS, falto un proceso en todo esto....y de ahiq eu mucha gnte se aprovecho del momento y se autonombro revolucionario.
En fin esperemos que las cosas mejoren y aportar cada uno con nuestro granito de arena.
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