Conozco desde hace muchos años a varios personajes de la derecha: Fortún, Guiteras, Leopoldo Fernández.
Personajes como estos, alineados en el conservadurismo/neoliberalismo tienen la virtud de no esconder nada e incluso de sentirse orgullosos por las trayectorias públicas que acumularon. Los derechones de derecha, está claro, son preferibles a los que se desenmascararon en el último año como derechones de izquierda luego de la emergencia y consolidación del MAS como nueva entidad política con vocación hegemónica, tal como lo fuera el MNR de los 50 y 60.
Una vez instalado el MAS como partido de gobierno, con serias posibilidades de reproducir su rendimiento electoral de 2005, esos izquierdistas de columna periodística o de paseo dominical en el "Sopocachi de mis sueños juveniles" andan horrorizados con el "masismo", con la visibilizada e indiscutible identidad plurinacional de Bolivia, con la interculturalidad, con el Estado recuperando el tamaño que necesita para encarnar las necesidades sociales mayoritarias del país, con el proceso descolonizador que debiera cambiar nuestros formatos mentales de aquí a cincuenta años.
Los socialistas de la bancada de Marcelo en los años 80 --el caso más evidente es el de "Chunka" Gutiérrez en Sucre-- habían sido unos rojillos de manual que leyeron el Manifiesto Comunista, el 18 Brumario y la introducción de El Capital de Marx y que jamás pensaron en una izquierda con las mayorías originarias indígenas de este lado del mundo, para las que el gran Karl, y Engels, y Lenín, y Trotsky, y Stalin!!! podrían ser lo mismo, líderes de algún proceso político como futbolistas de algún equipo europeo al que ni siquiera verán alguna vez por TV.
¿Qué pasó compañeros? ¿O en realidad nunca fueron compañeros, sino un puñado de snobs en tiempos en que ser de izquierda era llevar jeans raídos, bufandas coloridas y cabellos grasos? Pasó, simple y llanamente, lo que el lúcido comunicólogo Jesús Martín Barbero resumió en una sola frase: "Aman al pueblo en nombre de la democracia, pero lo desprecian en nombre de la razón".
Estos brillantes individuos (finalmente brillosos y nada más) habían sido notablemente individiualistas (no confundir: el gran Fellini diferenciaba bien el individualismo del personalismo) y marchaban por la vida, tan campantes, ellos, cojudeando al prójimo que no había leído y comprendido lo que ellos estaban en condiciones de explicar en plan paternal tal como hiciera Carlos Diego Mesa Gisbert, que nos instruyó a todos en qué consistía la democracia desde la televisión y luego quiso utilizar el mismo método desde sus insoportables discursos presidenciales para retearnos por lo burros que todos éramos, menos él.
Los tiempos cambiaron y los aprendices del tiempo televisivo crecieron y se hicieron ciudadanos demócratas, capaces de diferenciar un pañuelo blanco fabricado para lágrimas de utilería y las reales intenciones de un tipo que quería prorrogarse y que ahora critica al presidente Evo Morales de autoritario. Genio y figura Carlitos, terminó demostrando ser un perfecto idiota ilustrado, es decir, muy leído, pero carente de inteligencia para leer sin prejuicios el país, y desprovisto de autenticidad y de agallas para entrarle, como se debe, a la lucha política, tal como hicieran su propio padrino, Sánchez de Lozada, el General y Jaime Paz Zamora, otro izquierdista de derecha, digamos el pionero del disfraz ideológico en Bolivia.
Izquierdistas de derecha. Algunos de ellos van a participar en las presidenciales de diciembre y van a perder como en la guerra. Nada más por impostores.
Personajes como estos, alineados en el conservadurismo/neoliberalismo tienen la virtud de no esconder nada e incluso de sentirse orgullosos por las trayectorias públicas que acumularon. Los derechones de derecha, está claro, son preferibles a los que se desenmascararon en el último año como derechones de izquierda luego de la emergencia y consolidación del MAS como nueva entidad política con vocación hegemónica, tal como lo fuera el MNR de los 50 y 60.
Una vez instalado el MAS como partido de gobierno, con serias posibilidades de reproducir su rendimiento electoral de 2005, esos izquierdistas de columna periodística o de paseo dominical en el "Sopocachi de mis sueños juveniles" andan horrorizados con el "masismo", con la visibilizada e indiscutible identidad plurinacional de Bolivia, con la interculturalidad, con el Estado recuperando el tamaño que necesita para encarnar las necesidades sociales mayoritarias del país, con el proceso descolonizador que debiera cambiar nuestros formatos mentales de aquí a cincuenta años.
Los socialistas de la bancada de Marcelo en los años 80 --el caso más evidente es el de "Chunka" Gutiérrez en Sucre-- habían sido unos rojillos de manual que leyeron el Manifiesto Comunista, el 18 Brumario y la introducción de El Capital de Marx y que jamás pensaron en una izquierda con las mayorías originarias indígenas de este lado del mundo, para las que el gran Karl, y Engels, y Lenín, y Trotsky, y Stalin!!! podrían ser lo mismo, líderes de algún proceso político como futbolistas de algún equipo europeo al que ni siquiera verán alguna vez por TV.
¿Qué pasó compañeros? ¿O en realidad nunca fueron compañeros, sino un puñado de snobs en tiempos en que ser de izquierda era llevar jeans raídos, bufandas coloridas y cabellos grasos? Pasó, simple y llanamente, lo que el lúcido comunicólogo Jesús Martín Barbero resumió en una sola frase: "Aman al pueblo en nombre de la democracia, pero lo desprecian en nombre de la razón".
Estos brillantes individuos (finalmente brillosos y nada más) habían sido notablemente individiualistas (no confundir: el gran Fellini diferenciaba bien el individualismo del personalismo) y marchaban por la vida, tan campantes, ellos, cojudeando al prójimo que no había leído y comprendido lo que ellos estaban en condiciones de explicar en plan paternal tal como hiciera Carlos Diego Mesa Gisbert, que nos instruyó a todos en qué consistía la democracia desde la televisión y luego quiso utilizar el mismo método desde sus insoportables discursos presidenciales para retearnos por lo burros que todos éramos, menos él.
Los tiempos cambiaron y los aprendices del tiempo televisivo crecieron y se hicieron ciudadanos demócratas, capaces de diferenciar un pañuelo blanco fabricado para lágrimas de utilería y las reales intenciones de un tipo que quería prorrogarse y que ahora critica al presidente Evo Morales de autoritario. Genio y figura Carlitos, terminó demostrando ser un perfecto idiota ilustrado, es decir, muy leído, pero carente de inteligencia para leer sin prejuicios el país, y desprovisto de autenticidad y de agallas para entrarle, como se debe, a la lucha política, tal como hicieran su propio padrino, Sánchez de Lozada, el General y Jaime Paz Zamora, otro izquierdista de derecha, digamos el pionero del disfraz ideológico en Bolivia.
Izquierdistas de derecha. Algunos de ellos van a participar en las presidenciales de diciembre y van a perder como en la guerra. Nada más por impostores.
8 comentarios:
gracias Julio por mostrarnos las verdaderas caras de estos lobos trasvestidos, ojala la gente ya no se deje engañar mas.
Así es Julio, un ejemplo reciente es el de Hugo San Martín, que declaró que era "un socialista dentro del M.N.R.". Ni hablar.
Realmente la derecha está "haciendo aguas" ya no saben que decir y si dicen se equivocan más, porque primero hablan luego piensan (¿?) un ejemplo: ahora estan desagraviando al himno de Santa Cruz(!¡)por favor!! hay que dejar los chauvinismo regionalistas; por otro lado los lídres del estado plurinacional deben tener más cuidado con lo que van a decir y hacer, para no dar argumentos a la arcaica derecha, porque ni eso tienen, argumentos. El crear nuevas estructuras para un país de verdad toma mucho tiempo hay que tener paciencia y avanzar.
Es oportuno desenmascarar a los izquierdistas de derecha que como paracaidistas oficiosos han copado puestos de poder.....salidos del ejército represor y asesores de ministros neoliberales y de la capitalización gonista. Ciertamente el estado plurinacional se hace visible y patene ante el mundo con las casi triple cantidad de hectáreas dedicadas al cultivo de la milenaria coca...siendo que con 12 mil has se cubren las necesidades culturales del acullico y usos medicinales, y con el nuevo sistema estas hectareas crecen desplazando cultivos de alto valor nutricional como los cítricos, frutas y también café. Ahora cítricos, papa y cebolla vienen del Perú. El pluralismo nacional se refleja en la declaración del año aymara, pues parece ser que años moxeños, quechuas urus no existen.
Ja ja ja, izquierdistas de derecha... quieren ser ambidextros y terminan siendo dislexos.
Me apena por el jovenzuelo ex UN, Petter Maldonado. ..... que manera de aruinarse la existencia. ¿quien es el tarado que lo apoya? ... en fin .. yo no creo que sean dislexos, mas los veo como MANCOS.
Rene Castro
bien muy bien, que no pase contigo
Exelente trabajo Julio....saludos
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